La guerra fratricida de la derecha se instala en el Congreso
Vox y el PP se intercambian descalificaciones de calibre grueso, desde ¡°xen¨®fobos¡± a ¡°miserables¡±
Vox se ha desplegado este jueves para una incisiva sesi¨®n de control parlamentario. El controlado, eso s¨ª, m¨¢s que el Gobierno, ha sido el primer partido de la oposici¨®n. O, seg¨²n la extrema derecha, el nuevo socio del Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez, porque es ah¨ª, junto a ¡°comunistas, golpistas y filoetarras¡±, donde sit¨²a ahora Vox al PP. Lo ha dejado claro su portavoz, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, aprovechando una pregunta a la vicepresidenta Carmen Calvo: ¡°Han conseguido tener a todos los partidos de la C¨¢mara de su lado, excepto a uno¡±. ...
Vox se ha desplegado este jueves para una incisiva sesi¨®n de control parlamentario. El controlado, eso s¨ª, m¨¢s que el Gobierno, ha sido el primer partido de la oposici¨®n. O, seg¨²n la extrema derecha, el nuevo socio del Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez, porque es ah¨ª, junto a ¡°comunistas, golpistas y filoetarras¡±, donde sit¨²a ahora Vox al PP. Lo ha dejado claro su portavoz, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, aprovechando una pregunta a la vicepresidenta Carmen Calvo: ¡°Han conseguido tener a todos los partidos de la C¨¢mara de su lado, excepto a uno¡±. La guerra abierta en la derecha se ha instalado en el Congreso de los Diputados, con acusaciones de calibre muy grueso: de ¡°miserables¡± o ¡°indignos¡± a ¡°xen¨®fobos¡±.
La fallida moci¨®n de censura de Vox y la ruptura de Pablo Casado con Santiago Abascal resuenan a¨²n por los salones de la C¨¢mara. El Gobierno le ha tomado la palabra al l¨ªder del PP para exigirle moderaci¨®n, tanto que el vicepresidente Pablo Iglesias ha le¨ªdo un p¨¢rrafo del discurso de Casado de la pasada semana, aquel en el que promet¨ªa no sumarse nunca a un proyecto de ¡°involuci¨®n fascista¡±. Mientras el PP busca recolocarse como oposici¨®n, el enfrentamiento en la derecha es ya total. Porque el no del PP a la moci¨®n de censura de Abascal ha sido algo m¨¢s, ¡°ha sido un no a la existencia de Vox¡±, seg¨²n la diputada de ese partido Macarena Olona.
Las escaramuzas hab¨ªan comenzado ca¨ªda la noche del martes, entre los bostezos de una sesi¨®n parlamentaria que agonizaba con el hemiciclo semivac¨ªo. En un debate sobre la situaci¨®n de los menores inmigrantes, la diputada m¨¢s joven de la extrema derecha, Roc¨ªo de Meer, protagoniz¨® una intervenci¨®n tremenda, jaleada con una enorme ovaci¨®n de su grupo. La esencia del discurso de De Meer fue cultural: hay barrios en Espa?a que viven bajo el ¡°terror multicultural¡±, la pol¨ªtica inmigratoria del Gobierno es un ¡°suicidio cultural¡± y frente a ellos Vox es el ¨²nico que defiende la ¡°identidad cultural espa?ola¡±. La inmediata r¨¦plica no le lleg¨® desde las filas del Gobierno, sino del PP. Dirigi¨¦ndose a la ¡°extrema derecha de Vox¡±, el diputado popular Jos¨¦ Ortiz le reproch¨®: ¡°Su discurso roza o llega a la xenofobia¡±.
El episodio se le qued¨® grabado a Olona, que este mi¨¦rcoles ha estallado: ¡°Llamarnos extrema derecha¡ ?qu¨¦ poca verg¨¹enza! Si eran ustedes a los que les llamaban fascistas¡±. La sesi¨®n de ca?onazos a Casado se hab¨ªa abierto ya con Espinosa de los Monteros, muy solemne para advertir que hablaba en nombre del ¡°¨²nico partido de la oposici¨®n¡±. El PP ha sido ¡°domesticado¡± y ahora vaga por el Congreso ¡°suplicando alg¨²n tipo de acuerdo al Gobierno¡±. ¡°No es que Vox se haya quedado solo, es que ya solo queda Vox¡±, ha sentenciado su portavoz.
Ha tomado el relevo Olona, quien, como otros miembros de su partido, clamaba contra el manifiesto que el PSOE, junto a toda la izquierda y los nacionalistas, firm¨® la pasada semana para pedir un cord¨®n sanitario a Vox. En ese documento que el partido de Abascal llama ¡°panfleto basura¡±, ¡°solo falta una firma¡±, junto a las de ¡°filoetarras y golpistas¡±: ¡°la de los populares¡±, descritos por Olona como ¡°la derecha sumisa, complaciente, contemplativa y lastrada por la corrupci¨®n¡±. La diputada ha llegado a insinuar que el PSOE est¨¢ retrasando la puesta en marcha de la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre el espionaje a Luis B¨¢rcenas para no incomodar al PP.
La ¨²ltima andanada ten¨ªa una carga especial porque proven¨ªa de Ignacio Gil-L¨¢zaro, con su historial de cuatro d¨¦cadas en las filas populares antes de dar el salto a Vox. El diputado valenciano ha acusado a su anterior partido de dejarse encandilar por el ¡°aplauso hip¨®crita de la izquierda¡± y perpetrar as¨ª una ¡°rendici¨®n vergonzosa e indigna¡±. Vox, en cambio, no sucumbir¨¢ ¡°ni al matonismo del Gobierno ni a los insultos miserables de otros¡±. Como remate, Gil-L¨¢zaro ha hecho un gesto con la mano se?alando al resto del hemiciclo para definirlo como ¡°la voz corrupta de la Espa?a oficial que todos ustedes representan¡±.
Los populares han soportado los ataques con estoicismo, atrapados entre las soflamas enfurecidas de Vox y la pullas del Gobierno que dudaban de la sinceridad de su giro. Iglesias hasta se ha animado a remedar un refr¨¢n: ¡°Aunque los aliados de Vox se vistan de seda, aliados de Vox se quedan¡±.