Alcanar: el otro atentado del 17-A
¡®Mossos¡¯ y bomberos heridos en la segunda explosi¨®n de la casa ocupada por la c¨¦lula de Ripoll declaran en el juicio: ¡°Tem¨ª quedar atrapado entre los escombros¡±
Barcelona y Cambrils no fueron los ¨²nicos escenarios de los ataques terroristas del 17 de agosto de 2017. Ese d¨ªa hubo se produjo otro atentado, involuntario y fortuito, en la localidad de Alcanar. La segunda explosi¨®n en la casa ocupada por la c¨¦lula yihadista, poco antes de las cinco de la tarde, dej¨® m¨¢s de 20 heridos entre mossos y bomberos, que este martes han ofrecido su testimonio en el juicio como v¨ªctimas.
La noche del 16 de agosto, ...
Barcelona y Cambrils no fueron los ¨²nicos escenarios de los ataques terroristas del 17 de agosto de 2017. Ese d¨ªa hubo se produjo otro atentado, involuntario y fortuito, en la localidad de Alcanar. La segunda explosi¨®n en la casa ocupada por la c¨¦lula yihadista, poco antes de las cinco de la tarde, dej¨® m¨¢s de 20 heridos entre mossos y bomberos, que este martes han ofrecido su testimonio en el juicio como v¨ªctimas.
La noche del 16 de agosto, una gigantesca explosi¨®n destroz¨® la finca, convertida por la c¨¦lula de Ripoll en el mayor almac¨¦n ilegal de explosivos de Europa. All¨ª almacenaban el TATP (explosivo conocido como la madre de Sat¨¢n) con el que pretend¨ªan la voladura de la Sagrada Familia. El accidente mat¨® a dos miembros del grupo (el im¨¢n Abdelbaki Es Satty, cerebro de los ataques, y su primer disc¨ªpulo, Yousseff Aalla) y oblig¨® al resto a improvisar lo que, finalmente, ser¨ªan los atentados del 17-A.
Tras una primera inspecci¨®n nocturna, agentes de los Mossos y bomberos se desplazaron a primera hora de la ma?ana del 17 de agosto a la urbanizaci¨®n Montecarlo, junto a la playa de Alcanar. Buscaban respuestas al origen de a explosi¨®n: un escape de gas, tal vez un laboratorio de drogas¡ No hab¨ªa, entonces, pistas s¨®lidas que hiciesen pensar en actividad terrorista, aunque no se descartaba ninguna hip¨®tesis.
Por la tarde, una retroexcavadora fue llevada a la casa para limpiar el terreno. Apenas hab¨ªa dado cinco o seis mordiscos a la monta?a de escombros cuando la pala toc¨® el explosivo almacenado en lo que antes era un cuarto de ba?o. Casi al mismo tiempo, Younes Abouyaaqoub arrollaba a cientos de personas en La Rambla de Barcelona. La segunda explosi¨®n fren¨® las pesquisas sobre el terreno: la prioridad era atender a los heridos.
¡°Me hab¨ªa retirado a hacer una llamada, porque con la excavadora no o¨ªa nada. Escuch¨¦ una explosi¨®n muy fuerte. Corr¨ª para refugiarme bajo el coche patrulla. Ca¨ªan piedras de grandes dimensiones, trozos de plancha¡¡±, ha relatado el mosso 9076, jefe de la Unidad de Informaci¨®n de los Mossos en la regi¨®n. Llam¨® a su jefe. ¡°Me contest¨® que estaba yendo para La Rambla¡ Entonces tuve la intuici¨®n que ambos sucesos tendr¨ªan relaci¨®n¡±. Su intuici¨®n se confirm¨® a las 19 horas, cuando los Mossos hallaron el pasaporte de Mohamed Houli ¡ªuno de los tres acusados en el juicio y herido en la explosi¨®n inicial¡ª en la furgoneta de La Rambla.
El mosso 5580 tambi¨¦n estaba all¨ª, contemplando una casa ¡°arrasada completamente¡±, cuando sobrevino la cat¨¢strofe. ¡°Se me nubl¨® todo¡ Me preocupaba quedar atrapado en la lluvia de escombros. Comprob¨¦ mis extremidades, que estaba entero¡ Perdone, se?or¨ªa, estoy muy nervioso¡±, ha contado ante el magistrado F¨¦lix Alfonso Guevara, que en esta quinta sesi¨®n de la vista ha mostrado un talante mucho m¨¢s conciliador y apenas ha interrumpido a los abogados. El agente 5580 no ha podido volver a trabajar desde entonces y sigue bajo terapia. Ha sido reconocido como v¨ªctima del terrorismo por el Ministerio del Interior e indemnizado, al contrario, curiosamente, que otros compa?eros que pasaron por el mismo mal trago.
El juicio por los atentados del 17-A est¨¢ revelando c¨®mo un mismo suceso afecta de forma distinta a las v¨ªctimas, c¨®mo cada una lo vive a su manera. Unos se emocionan, luchan a¨²n por sobreponerse. Otros testifican como quien lee un parte de guerra: ¡°Hubo una explosi¨®n, se hizo el silencio absoluto, nos escondimos como pudimos, nos agachamos y ya est¨¢¡±. Hay matices, tambi¨¦n, seg¨²n sea el uniforme que se vista. El bombero 121 estaba junto al operario de la retroexcavadora. El t¨ªmpano del o¨ªdo izquierdo le qued¨® totalmente perforado, una lesi¨®n que le ha impedido promocionar e incorporarse a la unidad de actividades subacu¨¢ticas. ¡°Cuando oigo ruidos fuertes, me viene a la mente aquella situaci¨®n¡±. Su compa?ero 3592 tambi¨¦n recuerda ese d¨ªa: ¡°Nos quedamos todos a oscuras¡±. Reaccion¨® y pens¨® en el operario: ¡°Me preocup¨¦ por el t¨ªo de la retro. Pens¨¦ que estar¨ªa deshecho¡±. No fue as¨ª.
En la sesi¨®n han declarado agentes que estuvieron recogiendo indicios en la casa. La segunda explosi¨®n tuvo otra consecuencia parad¨®jica: la monta?a de escombros vol¨® y salieron a la luz multitud de documentos y objetos personales que permitieron reconstruir la vida de los miembros de la c¨¦lula y que dejan constancia, tambi¨¦n, de su paso por este mundo antes de convertirse en yihadistas. Todos ellos murieron durante los ataques.