Sonia Iglesias: muerte sin cuerpo
Se esfum¨® hace 10 a?os en Pontevedra y el principal sospechoso ha fallecido. El hijo pide que la declaren muerta
Ten¨ªa ocho a?os cuando su madre fue vista por ¨²ltima vez la ma?ana del 18 de agosto de 2010, en pleno bullicio comercial de Pontevedra. Ahora, doblemente hu¨¦rfano, Alejandro Ara¨²jo ha pedido al juzgado que certifique su muerte, despu¨¦s de que la b¨²squeda de Sonia Iglesias, en los lugares m¨¢s insospechados, no diera resultado. El principal sospechoso, el marido de Sonia y padre de Alejandro, falleci¨® hace tres meses.
La tragedia ha marcado la ni?ez y adolescencia de Alejandro. La ¨²ltima vez que ...
Ten¨ªa ocho a?os cuando su madre fue vista por ¨²ltima vez la ma?ana del 18 de agosto de 2010, en pleno bullicio comercial de Pontevedra. Ahora, doblemente hu¨¦rfano, Alejandro Ara¨²jo ha pedido al juzgado que certifique su muerte, despu¨¦s de que la b¨²squeda de Sonia Iglesias, en los lugares m¨¢s insospechados, no diera resultado. El principal sospechoso, el marido de Sonia y padre de Alejandro, falleci¨® hace tres meses.
La tragedia ha marcado la ni?ez y adolescencia de Alejandro. La ¨²ltima vez que la familia se reuni¨® fue el d¨ªa de su primera comuni¨®n, v¨ªsperas de la desaparici¨®n de su madre. Precisamente esa fat¨ªdica ma?ana, uno de los recorridos que ella ten¨ªa previsto hacer por la ciudad era ir a ver c¨®mo hab¨ªan quedado las fotos de la fiesta antes de ir a trabajar en la tienda de Massimo Dutti de la que era encargada.
Marcado por esta p¨¦rdida, Alejandro ha tenido que enfrentarse tambi¨¦n a la imputaci¨®n de su padre como principal sospechoso del crimen, la hip¨®tesis que siempre ha sostenido la Polic¨ªa. El m¨®vil que baraj¨® fue el divorcio que semanas antes le hab¨ªa planteado Sonia y la relaci¨®n que esta hab¨ªa iniciado con un empresario espa?ol residente en Venezuela. Pese a todo, el chico ha convivido con ¨¦l y le ha acompa?ado en su larga enfermedad, aquejado de un c¨¢ncer, hasta su muerte en septiembre pasado.
El caso Sonia Iglesias se cerr¨® provisionalmente en dos ocasiones por el juzgado de Violencia de G¨¦nero por falta de pruebas. Las claves policiales se ci?en a una horquilla de tres horas (entre las 9.30 y 12.30), desde que su marido la lleva en coche al centro de la ciudad y ella se baj¨® para ir andando porque hab¨ªa mucho tr¨¢fico, hasta que ¨¦l regresa a casa y fue a un bar que frecuentaba a diario, seg¨²n corroboraron varios testigos.
En ese lapsus de tiempo, Julio Ara¨²jo, de 62 a?os, que trabajaba en el negocio familiar de venta de muebles, recibi¨® dos llamadas en su domicilio que quedaron registradas por la Polic¨ªa; una de su hermana y otra de una empleada de la tienda para preguntar por qu¨¦ su mujer no hab¨ªa ido a trabajar. Al d¨ªa siguiente, un hombre encontr¨® en una cuneta, cerca del monte Castrove, la cartera de Sonia con la tarjeta sanitaria dentro. All¨ª comenzaron las batidas de la Polic¨ªa, pero sin utilizar el georradar sobre el terreno.
Con la reapertura del caso en 2018 la Polic¨ªa cit¨® a declarar a Ara¨²jo, ya imputado, y a un hermano como c¨®mplice. Ninguno contest¨® al interrogatorio. Los coches de ambos volvieron a centrar las pesquisas, como algunos escenarios ya inspeccionados al principio, y otros sorprendentes como el pante¨®n de la familia Ara¨²jo que alberga unas 30 sepulturas. Se sopesaron todas las posibilidades sobre el desenlace de la mujer, incluso la incineraci¨®n del cuerpo.
Pero este rastreo de la Polic¨ªa Cient¨ªfica para encontrar restos biol¨®gicos de Sonia tampoco dio resultados. ¡°Todo fue desconcertante¡±, recuerda el abogado de los hermanos Ara¨²jo, Jes¨²s Santal¨®. ¡°Las diligencias se archivaron porque no hubo tiempo material para acabar con la vida de Sonia y deshacerse del cuerpo¡±, apunta. Sin embargo, el letrado est¨¢ convencido de que en este supuesto crimen hubo al menos dos c¨®mplices, ¡°no pudo ejecutarlo una sola persona¡±, y lamenta que hayan quedado sin explorar otras v¨ªas de investigaci¨®n para despejar dudas sobre el caso.
Santal¨® alude, entre otras, al hombre residente en Venezuela que iba a ver a Sonia a la tienda donde trabajaba, seg¨²n varios testigos. El tel¨¦fono de prepago que ella utilizaba para comunicarse con ¨¦l y que guardaba en su taquilla confirm¨® esta relaci¨®n y sirvi¨® para que la Polic¨ªa contactase con ¨¦l. ¡°Este hombre viajaba frecuentemente a Pontevedra, pero la Polic¨ªa no le tom¨® declaraci¨®n¡±, subraya el abogado. Le llamaron por tel¨¦fono y le enviaron un cuestionario. El hombre admiti¨® que habl¨® con Sonia d¨ªas antes de su desaparici¨®n desde Santo Domingo (Rep¨²blica Dominicana), para decirle que estaba con su expareja para intentar reconducir la relaci¨®n.
El expediente que ahora tramita la justicia pondr¨¢ fecha al fallecimiento de Sonia Iglesias, lo que permitir¨¢ desbloquear los asuntos de car¨¢cter legal y administrativo de su hijo, como la herencia de sus padres o la parte de la pensi¨®n de orfandad que le corresponde de su madre.
Ahora ha trascendido que la empresa en la que trabajaba sigui¨® abonando, durante un a?o, la n¨®mina de su empleada tras su desaparici¨®n, y tambi¨¦n ha asumido el coste de la hipoteca del piso que hab¨ªa comprado Sonia, cuotas que sigue pagando en la actualidad, seg¨²n confirmaron fuentes del entorno familiar.
El caso no prescribir¨¢ mientras no transcurra el plazo legal de 20 a?os. Despu¨¦s, aunque apareciese el cuerpo o nuevos indicios de un presunto crimen, ya no se podr¨ªa imputar a nadie. Sonia Iglesias pasar¨ªa a los anales de los cientos de desapariciones que siguen sin resolverse en Espa?a, o tal vez como crimen perfecto. ¡°Yo dir¨ªa que m¨¢s bien ha sido una investigaci¨®n imperfecta¡±, incide el abogado Jes¨²s Santal¨®.