La coalici¨®n queda amarrada
En el legado de Iglesias queda la plasmaci¨®n de un Gobierno de coalici¨®n en la izquierda, ajeno a la cultura pol¨ªtica de la que procede
Las bases est¨¢n puestas para que el Gobierno de coalici¨®n no sufra alteraciones sustanciales por la salida del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Las discrepancias que han mantenido las dos partes ¡ªsocialistas y Unidas Podemos¡ª se mantienen. Sus ministros mantendr¨¢n las demandas que Iglesias no ha podido resolver: derogaci¨®n de la reforma laboral y Ley de Vivienda. ...
Las bases est¨¢n puestas para que el Gobierno de coalici¨®n no sufra alteraciones sustanciales por la salida del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Las discrepancias que han mantenido las dos partes ¡ªsocialistas y Unidas Podemos¡ª se mantienen. Sus ministros mantendr¨¢n las demandas que Iglesias no ha podido resolver: derogaci¨®n de la reforma laboral y Ley de Vivienda. La vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo y Econom¨ªa Social ser¨¢ a quien corresponda discutir los asuntos propios y, llegado el caso, los de sus compa?eros. Es lo que hac¨ªa Pablo Iglesias, aunque con pocos resultados en los ¨²ltimos tiempos.
En el legado de Iglesias queda la plasmaci¨®n de un Gobierno de coalici¨®n en la izquierda, ajeno a la cultura pol¨ªtica de la que procede. Debe compartir esta impronta con Pedro S¨¢nchez, cuyo partido ha sentido siempre un profundo rechazo a sentar en el Consejo de Ministros a representantes que estuvieran o se reclamaran de la izquierda.
¡°Desde diferentes visiones en el Gobierno de coalici¨®n ha prevalecido siempre la unidad, la responsabilidad y el inter¨¦s general¡±. Este fue el broche que el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, puso este martes a la salida de Iglesias y a la entrada de Ione Belarra como ministra de Asuntos Sociales, as¨ª como al resto de cambios en el Ejecutivo, m¨ªnimos. Tan solo, para elevar la vicepresidencia de Nadia Calvi?o ¡ªde tercera a segunda¡ª y adjudicarle la tercera a Yolanda D¨ªaz. En la inmensa mayor¨ªa de las disputas de la coalici¨®n ha sido el criterio de la parte socialista el que ha prevalecido. Acaso quien ha salido mejor parada en todas las fricciones ha sido Yolanda D¨ªaz, a quien el presidente del Gobierno solo pod¨ªa acabar apoyando tras presentarle sus acuerdos con empresarios y sindicatos.
Las disputas tienen nombre y contenidos, normas en las que discrepan, pero dentro del Consejo de Ministros se reconoce a Pablo Iglesias haber propiciado la entrada del activismo en las instituciones. Ahora tiene el reto de combinar la propuesta y la protesta.
Ambas cosas no las pod¨ªa hacer. Y cuando lo hac¨ªa, alimentaba animadversiones y resquemores dentro y fuera del Consejo de Ministros. En Podemos se quedan con que su presencia ha obligado al PSOE a estar un paso m¨¢s a la izquierda del partido. Iglesias tambi¨¦n ha se?alado a una mujer, Yolanda D¨ªaz, como candidata a la presidencia del Gobierno si los adscritos as¨ª lo deciden. ?l se dedicar¨¢ al partido y recobra mayor autonom¨ªa para hacer pol¨ªtica al estar fuera del Ejecutivo. Pero su partido seguir¨¢ dentro. Ambas partes tendr¨¢n que cabalgar no pocas contradicciones para mantener la coalici¨®n.