La honra herida de la artillera Cristina
El tribunal militar mantiene la sanci¨®n a una soldada, aunque reconoce que no hay pruebas de que protagonizara un v¨ªdeo porno
El 6 de febrero de 2018, la soldada Cristina, alicantina de 38 a?os,12 de ellos en el Ej¨¦rcito, sinti¨® un pinzamiento en la espalda mientras participaba en un ejercicio de artiller¨ªa en El Goloso (Madrid). Pese al intenso dolor, sus inmediatas superiores, una sargento y una capit¨¢n, decidieron no evacuarla a un hospital hasta la ma?ana siguiente. Sin explicar en qu¨¦ basaba sus sospechas, la teniente coronel jefa de la unidad atribuy¨® a la soldada la intenci¨®n de hacer creer que se hab¨ªa producido entonces una antigua les...
El 6 de febrero de 2018, la soldada Cristina, alicantina de 38 a?os,12 de ellos en el Ej¨¦rcito, sinti¨® un pinzamiento en la espalda mientras participaba en un ejercicio de artiller¨ªa en El Goloso (Madrid). Pese al intenso dolor, sus inmediatas superiores, una sargento y una capit¨¢n, decidieron no evacuarla a un hospital hasta la ma?ana siguiente. Sin explicar en qu¨¦ basaba sus sospechas, la teniente coronel jefa de la unidad atribuy¨® a la soldada la intenci¨®n de hacer creer que se hab¨ªa producido entonces una antigua lesi¨®n de columna. ¡°Se quejaba de dolor de espalda, pero en ning¨²n momento dio muestras de falta de movilidad ni nada que justificase coger la ¨²nica ambulancia que hab¨ªa. Habr¨ªamos tenido que suspender todo [el ejercicio]¡±, aleg¨®. La soldada present¨® una denuncia contra su jefa por acoso laboral, ya que le dio la baja por contingencia com¨²n y no profesional, pero fue archivada.
El 13 de febrero, la teniente coronel elev¨® un parte en el que daba cuenta de un hecho supuestamente sucedido el mismo d¨ªa en que la soldada Cristina se hizo da?o en la espalda: cuando la artillera estaba con los miembros del pelot¨®n de topograf¨ªa [una sargento, un cabo y tres soldados] en el interior de un TOA [Transporte Oruga Acorazado], esperando a que llegara la bater¨ªa al asentamiento, ¡°sac¨® su tel¨¦fono m¨®vil particular, exhibiendo a los presentes la pantalla de inicio de una p¨¢gina web de evidente contenido pornogr¨¢fico, manifestando que participaba en dicho portal subiendo fotos y v¨ªdeos de contenido sexual y animando a sus compa?eros a acceder al mismo para lo cual, seg¨²n manifest¨®, deb¨ªan pagar si quer¨ªan verla, comentario este ¨²ltimo que provoc¨® la risa entre los all¨ª presentes¡±.
El parte indicaba cu¨¢l era el enlace al portal porno y el seud¨®nimo supuestamente utilizado por la soldada Cristina: Carla sweet. En cambio, no explicaba el heterodoxo m¨¦todo empleado para recabar estos datos: un sargento, por indicaci¨®n de la capit¨¢n, reuni¨® a la tropa y pidi¨® que quien supiera la direcci¨®n de la p¨¢gina porno la escribiera en un papel y la dejara an¨®nimamente sobre la mesa de su despacho, cuya puerta dejar¨ªa abierta.
La Jefatura de Sistemas de Informaci¨®n, Telecomunicaciones y Asistencia T¨¦cnica (JCISAT) del Ej¨¦rcito localiz¨® y descarg¨® tres v¨ªdeos de contenido expl¨ªcito sexual en los que, ¡°sin g¨¦nero de dudas¡±, la capit¨¢n identific¨® a la protagonista como Cristina. Lo mismo hicieron la teniente coronel y un soldado. En cambio, los dem¨¢s testigos solo admitieron el parecido de la protagonista de las escenas er¨®ticas con su compa?era artillera, sin atreverse a sostener que fueran la misma persona.
La soldada Cristina encarg¨® un informe pericial que conclu¨ªa que la mujer que aparec¨ªa en la pel¨ªcula no era ella, pero el instructor del expediente no admiti¨® la prueba, alegando que ¡°no es objeto imputaci¨®n el protagonizar o no tales secuencias pornogr¨¢ficas, sino la exhibici¨®n, anuncio o publicidad de un portal pornogr¨¢fico y la invitaci¨®n para acceder a ¨¦l, durante unos ejercicios¡±. La acus¨® de anteponer la ¡°oportunidad de publicitar¡± la web, con ¨¢nimo de lucro, ¡°afectando al principio de integridad con el que debe conducirse todo militar¡±. Y propuso castigarla con 12 d¨ªas de multa por una falta disciplinaria grave, lo que ratific¨® el jefe del Mando de Personal del Ej¨¦rcito.
El pasado 24 de marzo, el Tribunal Militar Central desestim¨® el recurso de la soldada Cristina y ratific¨® la sanci¨®n, pero modific¨® sensiblemente el relato de los hechos. La sentencia admite que no puede afirmarse que ella ¡°tuviera una actitud de incitar [a los otros militares] a ver sus v¨ªdeos ni, mucho menos, que ello respondiera a la intenci¨®n de obtener una ganancia econ¨®mica¡±. Ni siquiera descarta que, ¡°en caso de que haber dicho esa frase [que quien quisiera ver los v¨ªdeos tendr¨ªa que pagar], hubiera sido a modo de chanza o broma y no con af¨¢n cremat¨ªstico¡±. Adem¨¢s, elimina del relato de hechos probados ¡°el nombre de la web que, seg¨²n se afirma, mostr¨® la soldada y el alias que, seg¨²n tambi¨¦n se dice, utilizaba para colgar fotos y v¨ªdeos. Basta leer las declaraciones de los testigos para concluir que sus testimonios impiden terminantemente dar por probada una cosa u otra¡±, reconocen los jueces. Finalmente, prescinden de la declaraci¨®n de los tres testigos que aseguraron reconocer a la soldada como la protagonista de los v¨ªdeos, pues se trata de una mera opini¨®n no contrastada.
Pese a ello, el tribunal avala que se investigara si Cristina era la joven que aparec¨ªa en las escenas porno, pues eso pod¨ªa haberla hecho responsable de cometer ¡°actos contrarios a la dignidad militar¡±. Sin embargo, concluye que, ¡°no habiendo sido posible identificarla con la protagonista de los v¨ªdeos, cualquier menci¨®n a los mismos resulta por completo improcedente¡±.
La sentencia deja abierta la puerta a la posibilidad de que los supuestos comentarios de la artillera no fueran m¨¢s que una broma para burlarse de sus compa?eros, ya que no se ha probado su participaci¨®n en los v¨ªdeos, ni su inter¨¦s cremat¨ªstico, pero mantiene la sanci¨®n por falta grave, al acusarla de vulnerar ¡°el principio de ejemplaridad que debe presidir las relaciones de los servidores p¨²blicos, sean militares o no, con sus compa?eros y superiores¡±.
Cristina present¨® una querella por injurias contra los mandos que la identificaron como la protagonista de los v¨ªdeos porno, pero el juzgado militar archiv¨® la denuncia por considerar que lo ¨²nico que hicieron quienes la se?alaron sin g¨¦nero de dudas fue responder a las preguntas del instructor del expediente disciplinario. Tampoco en este caso se admiti¨® un peritaje que, cotejando las im¨¢genes de los v¨ªdeos con un reconocimiento m¨¦dico de la soldada, determinase si era ella o no la protagonista.
Aunque la sentencia pretende zanjar el caso, deja muchos cabos sueltos. El expediente disciplinario reconoce que ¡°ya con anterioridad [a lo sucedido en el TOA] se hab¨ªan o¨ªdo rumores en la unidad sobre la participaci¨®n de una soldada en actividades de esa naturaleza¡±. Varios militares admitieron incluso haber o¨ªdo contar en el cuartel que Cristina sal¨ªa en v¨ªdeos porno, aunque no supieron aclarar qui¨¦n ni d¨®nde lo hab¨ªa dicho. ¡°?Cree que los rumores pod¨ªan tener mala intenci¨®n?, le preguntaron a uno de ellos. ¡°Hacia ella s¨ª, claro¡±, respondi¨®.