De pescar atunes a salvar vidas: el pesquero de Arguinegu¨ªn que ya ha rescatado a cuatro pateras
El ¡®Nuevo Olimar¡¯, propiedad del grancanario Oliver Miranda, fue clave en el rescate en abril de una patera localizada al sur de El Hierro con cuatro fallecidos, 10 cr¨ªticos y 6 graves
Oliver Miranda (Gran Canaria, 28 a?os) naci¨® para dedicarse a la pesca. ¡°Casi toda mi familia es pescadora. Y yo mismo empec¨¦ a faenar ya con 12 o 13 a?os, as¨ª que imag¨ªnate¡±, relata en conversaci¨®n telef¨®nica mientras faena en alta mar, a varios cientos de kil¨®metros de la isla de Tenerife. Tanto el barco que posee, el Nuevo Olimar, y la empresa que lleva su nombre est¨¢n radicados en la localidad de Arguinegu¨ªn (en el municipio de Mog¨¢n, en Gran Canaria) y se dedican a la pesca y venta de atunes. Este a?o, con...
Oliver Miranda (Gran Canaria, 28 a?os) naci¨® para dedicarse a la pesca. ¡°Casi toda mi familia es pescadora. Y yo mismo empec¨¦ a faenar ya con 12 o 13 a?os, as¨ª que imag¨ªnate¡±, relata en conversaci¨®n telef¨®nica mientras faena en alta mar, a varios cientos de kil¨®metros de la isla de Tenerife. Tanto el barco que posee, el Nuevo Olimar, y la empresa que lleva su nombre est¨¢n radicados en la localidad de Arguinegu¨ªn (en el municipio de Mog¨¢n, en Gran Canaria) y se dedican a la pesca y venta de atunes. Este a?o, con el repunte de llegadas de pateras procedentes de ?frica, la embarcaci¨®n y sus siete tripulantes han tenido una ocupaci¨®n extra: la de evitar que perezcan m¨¢s inmigrantes en alta mar en busca de las costas canarias. En lo que va de 2021 ya han ayudado al rescate de cuatro pateras.
La labor del pesquero fue clave, sobre todo, en el tr¨¢gico rescate en abril de un cayuco a la deriva localizado a unas 135 millas n¨¢uticas ¡ªalgo m¨¢s de 250 kil¨®metros¡ª con 23 varones subsaharianos a bordo. Entre ellos, cuatro fallecidos, 10 cr¨ªticos y 6 graves. Podr¨ªan haber sido m¨¢s de no haber sido por la tripulaci¨®n del pesquero. ¡°Ten¨ªan un estado lamentable. Los que quedaban con vida apenas pod¨ªan levantar las garrafas de agua para beber¡±, rememora Miranda.
Amanec¨ªa la ma?ana del 11 de abril. Tras varios d¨ªas de faena, uno de los tripulantes del Nuevo Olimar avist¨® con los prism¨¢ticos un bulto a bastantes metros desde la proa del barco. ¡°Parec¨ªa un cayuco¡±, recuerda el marinero, ¡°pero a esa distancia, con los prism¨¢ticos no se ve¨ªa nada en su interior. Parec¨ªa vac¨ªo y pensamos que seguramente llevara mucho tiempo a la deriva¡±.
El pesquero se fue acercando a la embarcaci¨®n, y en un momento dado divisaron a una persona ¡°que parec¨ªa estar pescando¡±. No era el caso. ¡°Cuando estuvimos lo suficientemente cerca, nos percatamos que lo que parec¨ªa estar haciendo era beber agua del mar¡±. En ese momento avisaron a Salvamento Mar¨ªtimo, que les requiri¨® que se acercaran y les informaran del estado. ¡°Cuando llegamos a su altura, lo que vimos era de pel¨ªcula, una cosa realmente dura de ver¡±, explica el patr¨®n. ¡°Eran unos veinte o as¨ª, todos presentaban un aspecto mal¨ªsimo, tumbados, sin fuerzas. Y hab¨ªa cuatro cad¨¢veres en la barca¡±.
El encargado de entablar conversaci¨®n con los supervivientes fue Isaac Tetteh, un marinero en la cincuentena que se defiende en ingl¨¦s. ¡°Nos contaron que hab¨ªan salido de Gambia hac¨ªa m¨¢s de una semana con 69 personas a bordo. A medida que iban muriendo tiraban los cad¨¢veres al mar, nos explicaron. Les dimos agua galletas, todo lo que ten¨ªamos. Pero los pobres estaban tan d¨¦biles que no pod¨ªan ni levantar la garrafa de agua. Algunos iban provistos con ropa de agua, esos eran los que mejor estaban. Los dem¨¢s estaban hechos polvo: beb¨ªan agua y en seguida la vomitaban¡±.
El Nuevo Olimar se qued¨® al lado del cayuco hasta que lleg¨® primero la avioneta Sasemar 103 del Servicio A¨¦reo de Rescate (SAR), y m¨¢s tarde los tres helic¨®pteros (el Hellmer 202, el Hellmer 211 y un helic¨®ptero del SAR) que rescatar¨ªan a los supervivientes y los trasladaron al puesto de emergencia instalado en el Aeropuerto Tenerife Sur. El barco permaneci¨® marcando la posici¨®n hasta que una nave de Salvamento Mar¨ªtimo acudi¨® a la zona para hacerse cargo del cayuco y de los cad¨¢veres. Despu¨¦s de ello, el pesquero continu¨® faenando. ¡°Es nuestro trabajo, tenemos que seguir¡±.
La tripulaci¨®n del pesquero estaba ¡°impactada¡±, relata Miranda. ¡°Yo no baj¨¦ demasiado del puente de mando, pero el marinero que se comunicaba con ellos estaba llorando, imag¨ªnate. Nunca hab¨ªamos visto nada parecido¡±.
Y eso a pesar de que este no hab¨ªa sido el primer cayuco que han localizado. Durante los primeros meses del a?o avistaron a otras dos embarcaciones, si bien Miranda no recuerda las fechas. ¡°Salvamento Mar¨ªtimo nos dijo entonces que no nos acerc¨¢semos para no poner nerviosos a los inmigrantes y que volcaran las pateras¡±.
Los episodios han hecho mella en la media docena de tripulantes del pesquero, que han ido modulando su forma de concebir el fen¨®meno de la inmigraci¨®n irregular que se dirige incesante rumbo a Europa. ¡°Son personas como nosotros¡±, dice un marinero. ¡°Lo que me da de pensar es lo mal que lo deben de estar pasando en sus pa¨ªses para arriesgarse a un viaje tan peligroso. Esto es lo m¨¢s que pienso¡±.