Ni la polic¨ªa media ya en la guerra del PP
La concentraci¨®n de este s¨¢bado no ha sido para nada masiva. O quiz¨¢ no tanto como se esperaba o se vend¨ªa desde los sat¨¦lites medi¨¢ticos conservadores
Madrid es Espa?a, otra vez. V¨ªctor Manuel Diez, un burgal¨¦s de 51 a?os que se dedica a la venta ambulante, ha venido esta ma?ana a la Puerta del Sol para vender llaveros de Espa?a, banderitas de Espa?a y pines de Espa?a. Espa?a en venta, vamos:
¨DVengaaa, oiga, que llevo la bandera.
Diez lleva la camisa algo desabrochada junto a un cord¨®n verdoso deslumbrante. Conf¨ªa en su puesta en escena para llamar la atenci¨®n. Quiere llegar a casa con un buen pu?ado de monedas. Pero nada, ni rastro. ¡°Qu¨¦ va, no he vendido na de Espa?a¡±. La primera manifestaci¨®n de polic¨ªas para influir ...
Madrid es Espa?a, otra vez. V¨ªctor Manuel Diez, un burgal¨¦s de 51 a?os que se dedica a la venta ambulante, ha venido esta ma?ana a la Puerta del Sol para vender llaveros de Espa?a, banderitas de Espa?a y pines de Espa?a. Espa?a en venta, vamos:
¨DVengaaa, oiga, que llevo la bandera.
Diez lleva la camisa algo desabrochada junto a un cord¨®n verdoso deslumbrante. Conf¨ªa en su puesta en escena para llamar la atenci¨®n. Quiere llegar a casa con un buen pu?ado de monedas. Pero nada, ni rastro. ¡°Qu¨¦ va, no he vendido na de Espa?a¡±. La primera manifestaci¨®n de polic¨ªas para influir en una ley, la mordaza, aprobada por el PP en solitario en 2015, ha reunido a miles de polic¨ªas nacionales, locales, auton¨®micos y guardias civiles en el centro de Madrid. Espa?a ha cambiado mucho en estos siete a?os. Que se lo digan a un tal Toni Cant¨®, que por entonces era diputado por UPyD en el Congreso y se opon¨ªa duramente: ¡°Esta ley no es necesaria¡±, dijo. ¡°Viola la jurisprudencia europea y el convenio de derechos humanos¡±. Anoche, y esta ma?ana por supuesto, ha animado a todos a acudir a la marcha desde su nueva atalaya popular madrile?a. A Cant¨® le da igual todo ya.
La concentraci¨®n de este s¨¢bado no ha sido para nada masiva. O quiz¨¢ no tanto como se esperaba o se vend¨ªa desde los sat¨¦lites medi¨¢ticos conservadores. Como siempre hay peros en las marchas ¨Dgeneralmente casi tantos como los runners que van apareciendo por sorpresa en las concentraciones¨D, el foco de este s¨¢bado estaba puesto en la guerra interna del PP, que se ha llevado los mayores focos.
Veinte minutos despu¨¦s de las once de la ma?ana, la puerta principal de madera de la Puerta del Sol se abr¨ªa como si fuera la Hermandad de la Macarena de Sevilla. En una puesta en escena calculada al mil¨ªmetro para ara?ar flashes, v¨ªdeos para las redes y c¨¢nticos, decenas de manifestantes observaron bajar por las escaleras a la medi¨¢tica presidenta Isabel D¨ªaz Ayuso. Los curiosos la acorralaron al grito de ¡°presidenta, presidenta¡±. Ayuso se dirigi¨® despu¨¦s a la prensa y, contra todo pron¨®stico, dio un titular perfectamente pactado con su equipo: ¡°Voy a hacer una declaraci¨®n a los medios para despu¨¦s dejar que la protesta siga su curso¡±, dijo. Un periodista inquiri¨® entonces: ?Va a coincidir con Pablo Casado? Sin duda, era la foto m¨¢s esperada. La ¨²ltima fue de hace 40 d¨ªas. En Madrid es dif¨ªcil coincidir con un ex, pero no con tu jefe.
¡°No, me voy a ir ahora, pero porque creo que es mejor hacerlo as¨ª¡±, contest¨®. ¡°Me veo en la obligaci¨®n de, al ser responsable de una Administraci¨®n, manifestar mi apoyo a la protesta, pero no estar en una pancarta ni al frente de la misma. Es mejor hacerlo as¨ª¡±. El 14 de junio de este a?o, sin embargo, s¨ª fue a la manifestaci¨®n contra los indultos a los presos del proc¨¦s. Y comparti¨® micr¨®fono con el alcalde de Madrid, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Almeida. Y hasta con el propio Casado. Qu¨¦ tiempos. ¡°Esto no es la foto de Col¨®n¡±, dijo entonces, ¡°esto es la foto de la dignidad¡±. Cinco meses despu¨¦s, ni la Guardia Civil, ni la Polic¨ªa Local, ni la Polic¨ªa Nacional a¨²nan una foto de paz en el PP. La crisis es tal, que no se ha resuelto ni con telefonazos de todo un Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar a las partes, y mira que de guerras sabe.
As¨ª pues, la comidilla de la ausencia de Ayuso solapaba ya el motivo de la marcha. A menos de 50 metros de las declaraciones de la presidenta, llegaba Almeida con la plana mayor del PP de Madrid. A su vera estaba el actual presidente regional, P¨ªo Garc¨ªa Escudero, el vicesecretario, ?ngel Carromero, o la presidenta nacional de Nuevas Generaciones, Beatriz Fanjul. El alcalde sali¨® al paso del cuchicheo con cierta sorna: ¡°Nosotros no somos de fotos, nosotros somos de apoyo a la marcha¡±. De Ayuso, falt¨® decir para terminar la guasa.
De pronto, cay¨® una peque?a tromba de agua sobre las cabezas de los manifestantes. Fue el pistoletazo de la manifestaci¨®n, que ya iba con casi media hora de retraso. Hab¨ªa pancartas desde todos los rincones: Andaluc¨ªa, Pa¨ªs Vasco, Arag¨®n, Extremadura¡ Carteles contra S¨¢nchez, el ministro Grande-Marlaska ¡ªque se llev¨® las mayores reprimendas¨D, Podemos, Pablo Echenique, los comunistas en general e, incluso, contra el Congreso, a secas. Y algunas, muy pocas, contra el bipartidismo del PSOE y del PP. Una la portaba un se?or de unos 60 a?os: ¡°Nos ten¨¦is hasta los...¡±. Los puntos suspensivos los resolvi¨® con un test¨ªculo hecho a mano con una cartulina colgando.
Si no hubo otra foto de la derecha en Col¨®n fue porque los pol¨ªticos conservadores iban por distintos barrios. Ciudadanos, con In¨¦s Arrimadas al frente, por un lado. Vox, con Santiago Abascal, Roc¨ªo Monasterio e Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, por otro lado. Y el PP, casi en la cola. Entre medias, de hecho, hab¨ªa grandes vac¨ªos, que propiciaron curiosos c¨¢nticos como el de una se?ora que lleg¨® a gritar seis veces seguidas y a viva voz: ¡°?D¨®nde est¨¢ la televisi¨®n?¡±.
Las tres derechas trataron de capitalizar por separado cualquier voto de protesta ciudadana. Vox, incluso, movi¨¦ndose entre las dos aguas, porque esta semana ha llegado a acusar al Gobierno de ejercer la represi¨®n contra los trabajadores del metal de C¨¢diz y ha apoyado, a la vez, a los familiares de los polic¨ªas desplazados a la ciudad andaluza, llegando a hablar de ¡°guerra¡±.
En esta marcha, por cierto, no ha habido tanquetas. S¨ª han venido cuatro polic¨ªas de Portugal, que se han llevado los mayores aplausos por su pancarta en portugu¨¦s de ¡°respeto, dignidad y valor¡±. Un chaval al verlo dijo: ¡°?Pero si los portugueses tambi¨¦n se quejan! ?Viva Portugal!¡±. M¨¢s aplausos. A mitad de camino, a eso de las 12.30, se hizo un par¨®n en el Monumento a los Ca¨ªdos por Espa?a del Paseo del Prado, donde son¨® la letra de La muerte no es el final: ¡°Cuando la pena nos alcanza por un hermano perdido...¡±.
Minutos despu¨¦s, el vicesecretario de Comunicaci¨®n del PP, Pablo Montesinos, sali¨® escopeteado del grupo de los populares. Ten¨ªa la misi¨®n de encontrarse con su jefe en la calle de G¨¦nova. Al llegar, y mientras le esperaba, los manifestantes pusieron de fondo y a todo trapo la canci¨®n Resistir¨¦. Quien sabe si para recibir al presidente del PP. Para colmo, graniz¨®. Y, de pronto ya s¨ª, apareci¨® Casado, a quien recibi¨® Almeida con un buen apret¨®n de manos y como si fuera un encuentro fortuito de los de Espa?oles por el mundo en Madrid. Un se?or pidi¨® entonces una foto al presidente popular. ¡°Est¨¢is aqu¨ª con el jefe¡¡±, dijo Casado. A lo que el hombre contest¨®: ¡°Habr¨¢ que ver qui¨¦n es el jefe o la jefa¡±. Y Casado, con cara de: ¡°Tiene narices que el primer simpatizante que veo me diga esto¡±, contest¨®: ¡°Bueno, hombre¡±.