Cayetana ?lvarez de Toledo: ¡°No me van a echar del PP¡±
El Partido Popular deja a la diputada sola en la presentaci¨®n multitudinaria de sus memorias
En Pol¨ªticamente indeseable (Ediciones B), uno de los libros mejor titulados de este a?o, Cayetana ?lvarez de Toledo recuerda que su madre Patricia, una mujer que vest¨ªa minifalda y fumaba puros para esc¨¢ndalo de la Revoluci¨®n Cubana, se encontr¨® un d¨ªa de los primeros a?os setenta, en el transcurso de una fiesta, con Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. El escritor le ...
En Pol¨ªticamente indeseable (Ediciones B), uno de los libros mejor titulados de este a?o, Cayetana ?lvarez de Toledo recuerda que su madre Patricia, una mujer que vest¨ªa minifalda y fumaba puros para esc¨¢ndalo de la Revoluci¨®n Cubana, se encontr¨® un d¨ªa de los primeros a?os setenta, en el transcurso de una fiesta, con Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. El escritor le cont¨® varias leyendas heredadas de su abuela Tranquilina (¡°si deslizas las yemas de los dedos por el borde de una copa y el cristal cruje, es que un marinero est¨¢ muriendo en alta mar¡±) y luego le dijo algo que la hizo llorar. Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez, que escribir¨ªa la historia en La Naci¨®n, le pregunt¨® a Garc¨ªa M¨¢rquez qu¨¦ le hab¨ªa dicho. Le pregunt¨¦ por qu¨¦ se sent¨ªa tan sola, respondi¨® el Nobel.
¡ª?Y c¨®mo supiste que estaba sola?
¡ª?Acaso has conocido a una mujer de veras que no se sienta sola?
¡°La soledad¡±, remata ?lvarez de Toledo, ¡°es la cara oculta de la independencia¡±. La diputada del Partido Popular no estuvo sola este lunes en la presentaci¨®n de su libro, que s¨ª es un tratado de soledad ce?ido al ¨¢mbito de un partido, el suyo, que la autora dinamita sin discreci¨®n ampar¨¢ndose en una suerte de corolario que firma ella misma: ¡°Solo cuando los pol¨ªticos digamos lo mismo en p¨²blico que en privado seremos capaces de rescatar la democracia de las sucias mand¨ªbulas del populismo¡±.
Por ello, ?lvarez de Toledo reproduce en Pol¨ªticamente indeseable conversaciones como las recuerda y wasaps como fueron escritos para ¡°fijar los hechos de una ¨¦poca de mi vida y de la vida de Espa?a¡±, dijo en el abarrotado auditorio Fernando de Rojas del C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, donde se reunieron muchos lectores, muchos amigos, tambi¨¦n escritores (Mario Vargas Llosa, Andr¨¦s Trapiello, Arcadi Espada), mucha familia y pocos pol¨ªticos (los diputados de Ciudadanos Guillermo D¨ªaz y Edmundo Bal, el eurodiputado de Vox Hermann Terstch), sobre todo pocos de su partido (apenas los diputados Pilar Marcos y Gabriel Elorriaga). De la c¨²pula de G¨¦nova, ninguno. ¡°?Cree que los dirigentes actuales pueden llegar a La Moncloa?¡±, le pregunt¨® un lector. ¡°Escrib¨ª este libro para que lo hagan¡±, dijo.
No hubo en el acto, sin embargo, m¨¢s ruido del que hay en las p¨¢ginas. ?lvarez de Toledo ha roto amarras y, embarcada, no mira mucho atr¨¢s. S¨ª dio las gracias a Pablo Casado por haberle ofrecido el reto ¡°m¨¢s emocionante¡± de su vida. El periodista Santiago Gonz¨¢lez fue m¨¢s contundente; se queja Casado de que ?lvarez de Toledo haya escrito 500 p¨¢ginas en lugar de ayudar a la gente, pues bien: ¡°Cada uno ayuda a la gente de la mejor manera, una escribiendo libros y otro ganando concursos de lanzamiento de huesos de aceituna¡±, dijo Gonz¨¢lez en referencia a ¡°Teodorico¡± [Teodoro Garc¨ªa Egea], como lo llam¨® citando a la periodista Rosa Belmonte. Se arranc¨® el p¨²blico en un aplauso muy t¨ªmido que ces¨® pronto; no est¨¢ el horno para bollos y las ovaciones espont¨¢neas se dirigieron contra el Gobierno y sus socios (m¨¢s bien su exsocio, Pablo Iglesias).
Tambi¨¦n desde el escenario las mayores cargas se reservaron a Iglesias: la pol¨ªtica, dijo Alvarez de Toledo, le permiti¨® entre otras muchas cosas ¡°llamar al hijo del FRAP por su nombre y hasta por su t¨ªtulo, en la sede de la soberan¨ªa nacional¡±, dijo eludiendo la expresi¨®n ¡°hijo de un terrorista¡± por la cual la diputada fue demandada por el padre de Iglesias. ?Ayuso? ¡°El activo electoral m¨¢s importante del centroderecha; una actitud correcta y sin miedo. El debate sobre si debe presidir el PP de Madrid debi¨® acabar en dos segundos¡±.
Hubo m¨¢s espacio para ¡°la alegr¨ªa¡± que para ¡°el pesimismo¡±, como defendi¨® una abrumada Cayetana ?lvarez de Toledo. Record¨® que de ni?a le gustaba hacer puzles hasta destrozar el chupete, como ha hecho con este libro. Que su madre le dijo una vez que ¡°las formas sofistican la verdad¡±, pero, a?adi¨® ella, ¡°ahora no hay formas ni hay verdad¡±. Que las ¨²ltimas palabras de su padre antes de morir fueron: ¡°Los vientos alisios han llegado¡±. Que su abuela dec¨ªa, graciosamente: ¡°Es mi opini¨®n y la comparto¡±. Que Espa?a es una ¡°empecinada voluntad de vivir juntos los distintos¡±, y tambi¨¦n es ¡°sol, sal y sensualidad¡±. Record¨® el j¨²bilo de la amistad (¡°qu¨¦ hace una rubia como yo entre gente tan lista como esta¡±), y tambi¨¦n a amigos fallecidos como David Gistau. Que su libro es la historia de un desencanto y de una gente que no estuvo a la altura, ¡°seguro que yo tampoco¡±.
Al final, cuando le preguntaron si se ir¨ªa de la pol¨ªtica en caso de que fuese expulsada del PP, remach¨®: ¡°A m¨ª no me van a echar del PP¡±. Y con esa frase, que remataba el deseo de Vargas Llosa (¡°ser¨ªa absurdo que se tomasen represalias contra Cayetana¡±), cerr¨® el acto.