Garc¨ªa Egea, el mando del PP m¨¢s all¨¢ de la aceituna
El poderoso secretario general del partido, acusado de desp¨®tico y poco sutil, es un obseso de aprovechar el tiempo con m¨¦todo y las teor¨ªas de liderazgo
El d¨ªa es soleado a pesar de noviembre. La ventana del despacho de la planta s¨¦ptima de la calle G¨¦nova se encuentra abierta. El secretario general del PP, Teodoro Garc¨ªa Egea, de 36 a?os, saluda en mangas de camisa. El pantal¨®n azul a?il. La camisa blanca. El recibimiento es amable, muy simp¨¢tico (¡°?un cafetico?¡±). Una leyenda urbana que corre por el partido cuenta que el n¨²mero dos del PP guarda una play station en un armario de estos y que cuando dispone de algo de tiempo entre l¨ªo y l¨ªo se pone a jugar como un adolescente. ?Es cierto eso? ?l se r¨ªe.
¡ªNo, aqu¨ª no. Aunque soy gamer. En cuanto pueda me comprar¨¦ la ¨²ltima versi¨®n del Call of duty.
En el antepecho de la ventana reposa una estatuilla de una Virgen y un coche de juguete. Todo parece tranquilo aqu¨ª arriba, como si nada pasara ah¨ª abajo. Y s¨ª que pasa: constantemente. Hace solo unos d¨ªas, por ejemplo, la diputada Cayetana ?lvarez de Toledo, public¨® un libro (Pol¨ªticamente indeseable, de Ediciones B) en el que cuenta su experiencia como portavoz parlamentaria del partido ¡ªcargo del que fue destituida en agosto de 2020¡ª y en el que acusa a Garc¨ªa Egea de practicar en el PP un ejercicio de poder desp¨®tico y ultracontrolador. Lo describe (p¨¢gina 165) como un ser sin ideas originales, obsesionado por el mando y rodeado de un coro de pelotas aduladores. Casi 300 p¨¢ginas m¨¢s adelante, en la 444, relata una conversaci¨®n entre los dos previa a la destituci¨®n como ¡°la m¨¢s desagradable¡± que ha tenido en su vida. ¡°Sab¨ªa que Garc¨ªa Egea pod¨ªa ser injusto y avasallador. Pero jam¨¢s imagin¨¦ la sima de irracionalidad en la que era capaz de hundirse, (¡) dispuesto a aplastar cualquier signo de inteligencia, sensibilidad o criterio¡±.
El secretario general del PP no deja de sonre¨ªr cuando oye el nombre de Cayetana. O no le afecta o lo disimula perfectamente. No se reconoce en el retrato, dice. Y replica con una suerte de trabalenguas: ¡°Cuando Pepe habla de Juan, lo que dice de Juan dice m¨¢s de Pepe que de Juan. Cayetana ha escrito un libro de 500 p¨¢ginas. Yo hubiera preferido que redactase una ley para mejorar la vida de la gente¡±. Y a?ade: ¡°La discrepancia es b¨¢sica para avanzar, tambi¨¦n en el PP. Pero la lealtad hay que manifestarla en los cauces establecidos¡±.
Su teor¨ªa algo empresarial del funcionamiento de un partido pol¨ªtico ¡ª y su tarea al frente¡ª se resume en un prop¨®sito: ¡°Que al levantarse por la ma?ana todos, desde el presidente al ¨²ltimo concejal, sepan lo que tienen que hacer¡±.
La pol¨¦mica con Cayetana ?lvarez de Toledo es la ¨²ltima de una sucesi¨®n de disputas internas que sacuden al PP casi desde que este jovenc¨ªsimo secretario general de carrera mete¨®rica se hiciera con el cargo al mismo tiempo que su amigo Pablo Casado, cuatro a?os mayor, se convert¨ªa en presidente. Muchos de sus oponentes coinciden en describir a Garc¨ªa Egea como un hombre al que no le asusta el enfrentamiento, que acude al choque sin perder la sonrisa. Entre sus detractores, adem¨¢s, gasta fama de tosco y de garrulo. De tipo poco delicado, poco diplom¨¢tico y poco cultivado. ?l lo sabe y lo atribuye a su cerrado acento murciano, al que no est¨¢ dispuesto a renunciar, y al dichoso episodio de las aceitunas, que lo perseguir¨¢ siempre. Con 23 a?os, gan¨® la edici¨®n de 2008 del campeonato anual de lanzamiento de hueso de oliva con la boca que, con motivo de las fiestas de San Bartolom¨¦, se celebraba entonces en su ciudad natal, Cieza. Aquel a?o participaron 285 lanzadores. Garc¨ªa Egea, ayudado por un rebote providencial del hueso en el suelo, alcanz¨® 16,84 metros. Lo suficiente para imponerse, aunque sin alcanzar el r¨¦cord absoluto, fijado en 21,32 metros. Los cronistas locales, como cada a?o, se hicieron eco del asunto. Y cuando Garc¨ªa Egea, casi un desconocido, fue nombrado secretario general en julio de 2018, el torneo del huesecito volador sirvi¨® para retratar a un personaje del que ¨¦l no abjura, pero que no lo agota.
Porque Garc¨ªa Egea no es un intelectual ni un poeta, pero tampoco un cazurro. Confiesa que no entiende mucho de pintura ni escultura. Pero posee el t¨ªtulo de doctor ingeniero de Telecomunicaciones, con la especialidad de Nanotecnolog¨ªa, rob¨®tica y sistemas de gesti¨®n de energ¨ªa. Ha cursado estudios de M¨¢rketing Pol¨ªtico en Washington y es experto en almacenamiento encriptado de datos. Tiene 10 a?os de piano. Es due?o de una fuerza de voluntad finalista que funciona a base de objetivos palpables con los que medirse. Desde series exigentes de 1.000 metros en una ma?ana de domingo en la que ha salido a correr por un parque a ensayar, seg¨²n asegura, durante meses para interpretar sin errores el Estudio Revolucionario de Chopin, una pieza dif¨ªcil incluso para un concertista. A pesar de eso, a su novia se le declar¨® tocando la bandurria. Es llamativa esa tendencia a salirse de House of cards para meterse en Vota a Juan.
Cuando le dio por el esqu¨ª de fondo se qued¨® muchas noches viendo campeonatos extranjeros por la televisi¨®n. Cuando le dio por la guitarra flamenca, se comprometi¨® a aprender a tocarla en un mes. Cuando le dio por el marat¨®n, termin¨® ediciones de los 101 kil¨®metros de Ronda. Su amigo de los tiempos de los veinte a?os en las Nuevas Generaciones murcianas, el ahora presidente de la Comunidad de Murcia, Fernando L¨®pez Miras, asegura de ¨¦l que no es hiperactivo, pero s¨ª que sabe y puede hacer varias cosas simult¨¢neamente. ¡°Teodoro, lo que empieza lo termina¡±, a?ade. Y esto vale para las carreras en bicicleta por la monta?a pero tambi¨¦n para determinar qui¨¦n manda en el PP en una ciudad.
Procede de una familia de clase media de la localidad agr¨ªcola de Cieza, de 34.000 habitantes. Su padre era secretario municipal en un pueblo cercano. Su madre, maestra. Su carrera pol¨ªtica se inici¨® al salir de la adolescencia en la agrupaci¨®n del partido de la ciudad. Pronto el alcalde se fij¨® en ¨¦l y le fich¨® de concejal de Juventud y de Nuevas Tecnolog¨ªas. De aquella ¨¦poca es el campeonato de huesos volantes. Un trabajador municipal que coincidi¨® con ¨¦l en aquella etapa le recuerda listo, avispado, con muy buenas relaciones con los periodistas locales de la zona. Instal¨® wifi gratuito en algunas plazas, algo que entonces constitu¨ªa una aut¨¦ntica novedad, y llev¨® al cantante David Bustamante a que actuara en el concierto de las fiestas.
Con 24 a?os salt¨® de la concejal¨ªa de Cieza a Murcia, a desempe?ar el cargo de director general de la Agencia para la Gesti¨®n de la Energ¨ªa de la Regi¨®n de Murcia (Argem), un organismo p¨²blico dependiente de la Consejer¨ªa de Industria. Una trabajadora lo describe como un tipo ¡°ambicioso, con mucho coco, determinado a ascender, que no dudaba en dejar colgado a quien no le interesaba¡±. Ide¨® la Solar race, una carrera de prototipos de veh¨ªculos alimentados por energ¨ªas renovables que alcanz¨® cierta repercusi¨®n. ¡°Nos llevaron al Hormiguero a ense?ar algunos coches. Nosotros no sal¨ªamos en c¨¢mara. Y Teodoro no hac¨ªa otra cosa que decirle a Pablo Motos que se parec¨ªa mucho a Van Gogh. A m¨ª me daba apuro¡±, recuerda la trabajadora. La agencia, que cosech¨® algunos premios internacionales, cerr¨® en 2013 por recortes presupuestarios, en medio de acusaciones del PSOE con respecto a su gesti¨®n. La trabajadora se acuerda bien del final de aquello: ¡°No se despidi¨® de nosotros. La cosa se acab¨® y nos fuimos al paro¡±.
?l hab¨ªa saltado en marcha. Ya era diputado en Madrid. En 2011 hab¨ªa ido como n¨²mero 9 de la lista por Murcia. Se consiguieron ocho esca?os, pero la casualidad o el destino quiso que uno de los diputados renunciara. Garc¨ªa Egea aprovech¨® la oportunidad. Ten¨ªa 25 a?os, no hab¨ªa perdido ni un a?o de su carrera de ingeniero y estaba a punto de empezar su tesis doctoral. En 2015 ya fue el n¨²mero 1 de la lista por Murcia. Y en junio de 2018, sentados en un banco del Retiro, viendo jugar a sus hijos en los columpios, decidieron, Pablo Casado y ¨¦l, que el primero se presentar¨ªa a las primarias para presidir el PP y que el segundo se convertir¨ªa en su sombra y su parapeto. El enfrentamiento entre Mar¨ªa Dolores de Cospedal y Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa abri¨® un hueco. Tambi¨¦n en este caso se aprovech¨® la oportunidad.
Desde el primer momento viaja de bronca en bronca al aplicar una especie de ley del rodillo para colocar peones suyos y de Casado en direcciones locales, provinciales o regionales. Lo hizo en Sevilla y en el Pa¨ªs Vasco. En Valencia, la presidenta regional, Isabel Bonig, dimiti¨® tras enterarse de que la direcci¨®n de Madrid prefer¨ªa a otro. ¡°A ella, personalmente, Garc¨ªa Egea le prometi¨® que seguir¨ªa. Simplemente la enga?¨®¡±, asegura un pol¨ªtico valenciano. Y lo est¨¢ intentando en Madrid, donde mantiene un pulso a¨²n sin vencedor con D¨ªaz Ayuso y su equipo que amenaza con desgarrar al partido.
El mi¨¦rcoles 17 de marzo, de madrugada, se enter¨®, por la llamada urgente de su amigo L¨®pez Miras, de que peligraba la presidencia de Murcia por una moci¨®n de censura apoyada por los diputados de Ciudadanos, que acababan de acordar en una reuni¨®n pasar a respaldar al PSOE. No dud¨® en coger en ese momento el coche y presentarse en la ciudad al amanecer. Pilot¨® personalmente una negociaci¨®n de dos d¨ªas que acab¨® desactivando la moci¨®n con la entrega de tres consejer¨ªas a los tres diputados de Ciudadanos que aceptaron cambiar de opini¨®n y apoyar finalmente a L¨®pez Miras. Cuando se supo ganador, el viernes 19 por la ma?ana, mir¨® los peri¨®dicos del d¨ªa y comprob¨® que hab¨ªa muchos articulistas que, con informaci¨®n desfasada del jueves por la noche, le acusaban de haber perdido Murcia para el PP. Seg¨²n cuenta, les llam¨® uno a uno para, con un punto de revancha, informarles de su equivocaci¨®n.
Est¨¢ casado. Tiene tres hijos, de seis a?os, 18 meses y 30 d¨ªas. Se confiesa tradicional, defensor de la familia y ¡°cat¨®lico de parroquia¡±. Tratar¨¢ de inculcar ese mismo catolicismo a sus hijos pero asegura que no lo har¨¢ a nadie m¨¢s. ¡°Aqu¨ª cabemos todos, reces a quien reces, ames a quien ames, hables la lengua que hables¡±, sostiene. Es cofrade de la hermandad de la Sant¨ªsima Virgen de la Soledad de Cieza y devoto de la Semana Santa, algo, por otra parte, muy arraigado en su localidad natal. Aboga por bajar los impuestos como principal mecanismo para dinamizar la econom¨ªa y sobre el aborto se limita a asegurar que es partidario ¡°de abordar la cuesti¨®n en positivo para que nadie se vea en una situaci¨®n dif¨ªcil por falta de recursos, con una ley que proteja la maternidad¡±.
Cuando se le pide que recuerde un tratado pol¨ªtico o un l¨ªder social que le atraiga, menciona al astrof¨ªsico Stephen Hawking o el matem¨¢tico Alan Turing y cita como inspiradora la teor¨ªa de los ocho pasos para cambiar un colectivo, del profesor estadounidense John Kotter, especializado en gesti¨®n de empresas y liderazgos. Por cierto: el punto cuatro de dicha doctrina se titula, significativamente, ¡°eliminar los obst¨¢culos¡±.
Es un obseso de aplicar m¨¦todo a fin de aprovechar el tiempo. Asegura que la clave para disfrutar bien del fin de semana consiste en planificarlo el lunes. Divide todas sus agendas de la misma forma: traza una l¨ªnea vertical de modo que queda media p¨¢gina para ¡°lo importante¡± y otra media para ¡°lo urgente¡±.
Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP, asegura que ¡°el tener que estar al tanto de todo¡± es consustancial al cargo de secretario general de un partido importante. ¡°Es el ejecutor, el que carga con la tarea ingrata de llevar a cabo las decisiones org¨¢nicas de la direcci¨®n. Tambi¨¦n debe encargarse de servir de cortocircuito ante Casado, de que las cosas no le manchen a ¨¦l. De lo que no me cabe duda es de que Teodoro lo hace sintiendo la camiseta¡±, a?ade.
Un veterano senador del PP que prefiere no dar su nombre mantiene otra teor¨ªa: ¡°El af¨¢n controlador, el querer colocar a su gente en todos los territorios, responde a un intento de salvaguardarse ante una posible derrota electoral. As¨ª se garantizan, tanto Casado como ¨¦l, que podr¨¢n volver a intentarlo, a pesar de Ayuso, en caso de perder las pr¨®ximas elecciones. No es cuesti¨®n de ego ni de car¨¢cter, sino de supervivencia¡±.
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