Manuel Eleuterio Li¨¢?ez, historia de una v¨ªctima olvidada
El Memorial de Vitoria rescata la identidad de la segunda persona asesinada en atentado terrorista en Espa?a
Poco antes de las once de la ma?ana del 13 de junio de 1962 estall¨® un artefacto explosivo frente a la delegaci¨®n del Instituto Nacional de Previsi¨®n (INP) en la c¨¦ntrica calle madrile?a de Sagasta. A consecuencia de la onda expansiva falleci¨® instant¨¢neamente Manuel Eleuterio Li¨¢?ez Ben¨ªtez, de 71 a?os. Su cuerpo destrozado qued¨® en mitad de la calle y un viandante coloc¨® unos cartones para taparlo hasta que levantaran el cad¨¢ver. Otras dos personas, Antonio Jim¨¦nez y Juli¨¢n Garc¨ªa, resultaron heridas levemente.
La brigada pol¨ªtico-social del r¨¦gimen franquista pronto descubri¨® que la ...
Poco antes de las once de la ma?ana del 13 de junio de 1962 estall¨® un artefacto explosivo frente a la delegaci¨®n del Instituto Nacional de Previsi¨®n (INP) en la c¨¦ntrica calle madrile?a de Sagasta. A consecuencia de la onda expansiva falleci¨® instant¨¢neamente Manuel Eleuterio Li¨¢?ez Ben¨ªtez, de 71 a?os. Su cuerpo destrozado qued¨® en mitad de la calle y un viandante coloc¨® unos cartones para taparlo hasta que levantaran el cad¨¢ver. Otras dos personas, Antonio Jim¨¦nez y Juli¨¢n Garc¨ªa, resultaron heridas levemente.
La brigada pol¨ªtico-social del r¨¦gimen franquista pronto descubri¨® que la bomba proced¨ªa del grupo anarquista Defensa Interior, que acababa de iniciar una campa?a de atentados que prolongar¨ªa hasta octubre de 1963. Tambi¨¦n identific¨® a la v¨ªctima. Una primera hip¨®tesis apunt¨® a la posibilidad de que el explosivo estuviera dentro de una cartera que el propio Li¨¢?ez ten¨ªa en sus manos; pero pronto se lleg¨® a la conclusi¨®n de que lo m¨¢s probable era que, al percatarse de la existencia del artefacto, que confundi¨® con otro objeto, el hombre lo toc¨® y le estall¨®.
Su cad¨¢ver fue identificado por Manuela Aguado, due?a de la pensi¨®n en la que viv¨ªa Li¨¢?ez desde 1960 en la calle Calatrava de Madrid. Nadie reclam¨® el cuerpo. Viv¨ªa solo y no ten¨ªa familia. El sumario judicial se cerr¨® a los seis meses, en diciembre. La prensa franquista apenas se hizo eco del atentado, y la muerte de Manuel Eleuterio Li¨¢?ez qued¨® as¨ª olvidada.
Un grupo anarquista de vida ef¨ªmera
El grupo anarquista Defensa Interior tuvo una existencia ef¨ªmera: actu¨® entre 1962 y 1963. Hab¨ªa sido creado en el II Congreso Intercontinental de la CNT, celebrado en Limoges (Francia) en 1961. Su vida fue casi tan corta como la de otro grupo terrorista de la ¨¦poca, el DRIL (Directorio Revolucionario Ib¨¦rico de Liberaci¨®n), disuelto en 1964. Solo ETA, surgida tambi¨¦n en aquellos a?os, prolong¨® el terrorismo varias d¨¦cadas. En a?o y medio de actividad terrorista, Defensa Interior hizo explotar 40 artefactos por toda Espa?a: el Vicariato General Castrense, bancos, peri¨®dicos, postes el¨¦ctricos, sindicatos verticales... Llegaron a colocar una bomba de 20 kilos en la cuesta de Aldapeta, en San Sebasti¨¢n, para intentar asesinar a Franco, pero el plan les fall¨® al retrasar el dictador su visita veraniega a la ciudad.
Adem¨¢s del que cost¨® la vida a Manuel Eleuterio Li¨¢?ez, el atentado m¨¢s grave ¡ªy el m¨¢s conocido en su d¨ªa¡ª lo cometi¨® el grupo el 29 de julio de 1963 en la Direcci¨®n General de Seguridad, en la Puerta del Sol madrile?a, donde result¨® herida de gravedad la adolescente de 15 a?os Carmen Anguita. Por ese atentado fueron detenidos, acusados y ejecutados dos anarquistas que no estaban implicados. En octubre de 1963, la nueva c¨²pula de la CNT paraliz¨® la actividad de Defensa Interior, que fue disuelto en 1965.
El desconocimiento sobre el caso de Li¨¢?ez empuj¨® al Centro Memorial de V¨ªctimas del Terrorismo, inaugurado el pasado junio en Vitoria, a investigar sobre la vida de este hombre, pues uno de sus objetivos es reivindicar la historia personal de las v¨ªctimas del terrorismo, subraya su jefe de investigaci¨®n, Gaizka Fern¨¢ndez. Despu¨¦s de esta labor de reconstrucci¨®n del caso, Manuel Eleuterio Li¨¢?ez quedar¨¢ registrado en el memorial como la segunda v¨ªctima del terrorismo en Espa?a. El primero es la ni?a Bego?a Urroz, fallecida en San Sebasti¨¢n, en junio de 1960, por la explosi¨®n de una bomba del DRIL (Directorio Revolucionario Ib¨¦rico de Liberaci¨®n); y el tercero es el guardia civil Jos¨¦ Pardines, asesinado por ETA en junio de 1968. La historia de ambas v¨ªctimas es muy conocida. No sucede lo mismo con la de Li¨¢?ez. Nadie lo hab¨ªa reivindicado hasta ahora. Y la consecuencia era que su nombre ni siquiera consta en el listado de v¨ªctimas del Ministerio del Interior.
El jefe de investigaci¨®n del memorial lo atribuye a que Li¨¢?ez viv¨ªa en la pobreza y subsist¨ªa con peque?os robos. Durante la Rep¨²blica y la Guerra Civil hab¨ªa militado en el sindicato anarquista CNT (Confederaci¨®n Nacional del Trabajo). Parad¨®jicamente, fallecer¨ªa accidentalmente por la explosi¨®n de una bomba colocada por sus antiguos compa?eros.
La historia de Li¨¢?ez es la de un perdedor de sucesivas batallas, narra Gaizka Fern¨¢ndez. Nacido en Huelva en 1891, en el seno de una familia humilde, se traslad¨® a Sevilla, donde ejerci¨® como agente comercial de la casa Larios. En 1934 se instal¨® en Madrid y se afili¨® a la CNT a trav¨¦s de un amigo andaluz, Fausto Catal¨¢n S¨¢nchez. En su correspondencia consta su apoyo a la Segunda Rep¨²blica. Durante la Guerra Civil fue responsable de un parque de intendencia del sindicato anarquista.
Seg¨²n la investigaci¨®n del memorial, su influencia fue decisiva para salvar la vida a un empresario afiliado a la CEDA (Confederaci¨®n Espa?ola de Derechas Aut¨®nomas), Gregorio Ortiz Palacios, que regentaba un cine en Villaverde Alto. Ortiz hab¨ªa sido recluido en la checa de la calle Fomento, en Madrid, por un grupo de milicianos anarquistas, e iba a ser fusilado en cuesti¨®n de horas. Su ch¨®fer y su amigo Fausto Catal¨¢n pidieron a Li¨¢?ez que ejerciera su influencia en la CNT para salvar a Ortiz, al que no conoc¨ªa. Lo consigui¨®.
Tras la Guerra Civil se pierde la pista de Li¨¢?ez. Se sabe que entre 1941 y 1942 trabaj¨® como agente comercial para una compa?¨ªa malague?a y entre 1956 y 1957 para Casa Requena de J¨¢tiva, por la declaraci¨®n que hizo ante el Juzgado de Vagos y Maleantes tras ser arrestado por hurto el 23 de enero de 1959. Cumpli¨® seis meses de prisi¨®n. Detenido de nuevo en octubre de 1959, fue encarcelado en Nanclares de Oca (?lava) y excarcelado en febrero de 1960. Dos a?os despu¨¦s falleci¨® en el atentado anarquista de la calle madrile?a de Sagasta.
Gaizka Fern¨¢ndez resalta c¨®mo el caso de Li¨¢?ez, un perdedor de la Guerra Civil, es el s¨ªntoma de un problema muy grave de aquella ¨¦poca ¡ªel de quienes, tras la contienda, acabaron malviviendo y recurriendo a la mendicidad o la delincuencia¡ª que se reflej¨® en el aumento de los delitos contra la propiedad: en 1959, el a?o en el que fue arrestado Li¨¢?ez, se abrieron en Espa?a 52.697 causas por este motivo: el 44% del total. Un a?o antes, en 1958, hab¨ªan sido 48.458 (43,5%); y en 1960, 54.441 (44,6%). Cuando Manuel Eleuterio Li¨¢?ez Ben¨ªtez falleci¨®, ya jubilado, viv¨ªa de una subvenci¨®n de 400 pesetas mensuales y pagaba 300 por la pensi¨®n. Acud¨ªa a comedores de caridad para subsistir.