Felipe Gonz¨¢lez en 1995 por el ¡®caso GAL¡¯: ¡°Nos quieren destruir como a Aza?a¡±
El exministro de Defensa publica miles de documentos de su carrera pol¨ªtica en la Ejecutiva del PSOE, el Gobierno de Zapatero, la presidencia de Castilla-La Mancha y la del Congreso
¡°Existe un intento claro de destrucci¨®n del Gobierno y toda la tarea hecha en estos a?os. La estrategia se parece mucho a la empleada contra Aza?a en los a?os 30¡å. La lapidaria frase de Felipe Gonz¨¢lez figura en el acta de la reuni¨®n que la Comisi¨®n Ejecutiva Federal del PSOE celebr¨® el 1 de agosto de 1995. El juez Baltasar Garz¨®n, de vuelta a la Audiencia Nacional tras dejar el Gobierno, ha retomado la investigaci¨®n del caso GAL, la guerra sucia contra ETA en los primeros a?os de mandato socialista. El 28 de julio, cuatro d¨ªas antes de que se re¨²na la direcci¨®n del partido, Garz¨®n ha e...
¡°Existe un intento claro de destrucci¨®n del Gobierno y toda la tarea hecha en estos a?os. La estrategia se parece mucho a la empleada contra Aza?a en los a?os 30¡å. La lapidaria frase de Felipe Gonz¨¢lez figura en el acta de la reuni¨®n que la Comisi¨®n Ejecutiva Federal del PSOE celebr¨® el 1 de agosto de 1995. El juez Baltasar Garz¨®n, de vuelta a la Audiencia Nacional tras dejar el Gobierno, ha retomado la investigaci¨®n del caso GAL, la guerra sucia contra ETA en los primeros a?os de mandato socialista. El 28 de julio, cuatro d¨ªas antes de que se re¨²na la direcci¨®n del partido, Garz¨®n ha elevado una exposici¨®n al Supremo en la que acusa al propio Gonz¨¢lez, al exvicepresidente Narc¨ªs Serra, el exministro del Interior, Jos¨¦ Barrionuevo, y el dirigente socialista Txiki Benegas de pertenencia a banda armada.
Lo que sucedi¨® en esa tensa ejecutiva est¨¢ reflejado en uno de los 19.527 archivos documentales que Jos¨¦ Bono, expresidente del Congreso, exministro de Defensa y expresidente de Castilla-La Mancha ha depositado en la Fundaci¨®n Pablo Iglesias. En un gesto de transparencia infrecuente en Espa?a, ha digitalizado el archivo de m¨¢s de cuatro d¨¦cadas de carrera pol¨ªtica y, a partir del pr¨®ximo lunes, estar¨¢ accesible al p¨²blico en el sitio www.legadobono.fpabloiglesias.es. No son todos los que est¨¢n, pues incluye numerosos recortes de prensa y fotograf¨ªas, ni est¨¢n todos los que son, ya que faltan muchas transcripciones de reuniones de la Ejecutiva del PSOE o del Consejo de Direcci¨®n del Ministerio de Defensa, pero entre la ingente documentaci¨®n ya disponible ¡ªcartas, notas informativas, informes o actas¡ª hay escritos que arrojan luz sobre varios controvertidos episodios de la m¨¢s reciente historia de Espa?a.
Estos son algunos de los m¨¢s interesantes (en el link el documento original):
P¨¢nico en la Ejecutiva Federal. La direcci¨®n socialista entra en p¨¢nico. El vasco Ram¨®n J¨¢uregui habla de que ¡°hay una conspiraci¨®n¡± y el andaluz Manuel Chaves de ¡°conjura¡±. En la investigaci¨®n judicial, y sus filtraciones a la prensa, ve el PSOE una mano negra. ¡°Lo que ha remitido el juez Garz¨®n al Supremo es un ataque directo¡±, dice Alfonso Guerra, quien apostilla que ¡°sostener que los suplicatorios han de darse todos no es democr¨¢tico¡±; es decir, sugiere que el Congreso rechace la petici¨®n del Supremo para procesar a Barrionuevo. Serra pide tener serenidad e ¡°incidir en la vulneraci¨®n de la legalidad por el juez Garz¨®n¡±. Tambi¨¦n Gonz¨¢lez llama a ¡°transmitir tranquilidad, estar serenos¡±. Las elecciones deben mantenerse, agrega, para marzo de 1996, como se hab¨ªa anunciado. As¨ª ser¨¢. Y el PSOE perder¨¢ el poder que ha ocupado durante 13 a?os.
La batalla de Caba?eros. El 26 de enero de 1987, el presidente de Castilla-La Mancha, comunica por carta al ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra, que ¡°el expediente sobre Caba?eros est¨¢ a punto de concluir y, por consiguiente, la declaraci¨®n de Parque Natural puede ser hecha en un breve plazo de tiempo¡±. Bono ha ganado la batalla a Defensa, que planeaba instalar un pol¨ªgono de tiro del Ej¨¦rcito del Aire en este paraje en las provincias de Ciudad Real y Toledo. Aunque Bono y Serra pertenecen al mismo partido, las relaciones no son fluidas. Tras expresar su deseo de hallar ¡°una soluci¨®n satisfactoria al asunto del campo de tiro¡± (Defensa intentar¨¢ sin ¨¦xito instalarlo en Anchuras), Bono se queja: ¡°He recurrido a escribirte ante la imposibilidad de hablar telef¨®nicamente contigo en los ¨²ltimos meses (lo he intentado 16 veces) y para que de nuestra incomunicaci¨®n no se deriven males que no deseo¡±.
Aviso de retirada de Irak. Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que ha ganado las elecciones del 14 de marzo de 2004 pero a¨²n no ha tomado posesi¨®n como presidente, escribe al primer ministro brit¨¢nico Tony Blair. Le anuncia, con 48 horas de antelaci¨®n: ¡°En un plazo muy breve ordenar¨¦ el regreso a Espa?a de las tropas enviadas a Irak por el anterior Gobierno. No puedo aceptar la subordinaci¨®n de mi pa¨ªs a otro imperativo diferente de la legalidad internacional¡±, a?ade el futuro presidente, quien rechaza las presiones para esperar hasta el 30 de junio, por si se aprueba una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de la ONU que legalice a posteriori le invasi¨®n. La carta la entrega el futuro ministro de Defensa, Jos¨¦ Bono, en una gira por las capitales de los pa¨ªses que forman parte de la coalici¨®n en Irak. El archivo incluye una misiva igual para el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
Interrogatorio al general Mena. El 6 de enero de 2006, el teniente general Jos¨¦ Mena, jefe del Ej¨¦rcito de Tierra en Andaluc¨ªa, pronuncia un discurso de ribetes golpistas. Advierte de que si la reforma del Estatuto de Catalu?a, entonces en tramitaci¨®n, sobrepasase ¡°una serie de l¨ªmites infranqueables, ser¨ªa de aplicaci¨®n el art¨ªculo 8? de la Constituci¨®n¡±, que encomienda a las Fuerzas Armadas la defensa de la integridad territorial de Espa?a. Al d¨ªa siguiente, Mena comparece en el despacho del ministro de Defensa. El teniente general asume la autor¨ªa del discurso, asegura que nadie le ayud¨® a redactarlo ni le indujo a pronunciarlo. A?ade que ¡°no tiene trasfondo pol¨ªtico o golpista alguno¡± y que no le impuls¨® a escribirlo el estar a punto de pasar a la reserva. Sostiene, sin embargo, que una parte de la alocuci¨®n, que figuraba en el texto escrito, no la pronunci¨®. En concreto, la que dec¨ªa que era su obligaci¨®n conocer las preocupaciones de sus subordinados (por la unidad de Espa?a) transmitirlas al jefe del Ej¨¦rcito ¡°y hacerlas p¨²blicas, por expreso deseo de aquellos¡±. Bono le comunica que va a proponer su cese y le impone un arresto domiciliario de ocho d¨ªas por vulnerar la neutralidad de las Fuerzas Armadas, aplicando la sanci¨®n en su grado m¨ªnimo. Mena ¡°comprende perfectamente que el se?or ministro le sancione por estos hechos¡± y Bono ¡°le agradece su colaboraci¨®n y dice que lamenta tener que sancionarle¡±. Tras escuchar la grabaci¨®n que hizo RNE, Bono comprueba que el general s¨ª dijo lo que neg¨® haber dicho. Mena tendr¨¢ la simpat¨ªa de otros mandos, como el ex jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito del Aire, Eduardo Gonz¨¢lez-Gallarza, que env¨ªa una nota manuscrita a Bono: ¡°Quiero que sepas que suscribo enteramente las palabras del teniente general Mena Aguado, que representan el sentir de muchos de nosotros¡±.
Desayuno con el embajador. El 15 de octubre de 2004, Bono invita a desayunar al embajador de Estados Unidos en Espa?a, George Argyros. La entrevista empieza en un ambiente tenso, pues el embajador se queja de que ¡°la ret¨®rica empleada por el Gobierno [espa?ol] es claramente antinorteamericana y eso no ayuda a una buena relaci¨®n¡±. Argyros califica de ¡°ofensa¡± que Zapatero no se levantara al paso de la bandera estadounidense en el desfile de la Fiesta Nacional de 2003. Bono lo excusa asegurando que el ya presidente del Gobierno no se dio cuenta de la presencia de la ense?a estadounidense, y por eso permaneci¨® sentado, invent¨¢ndose a posteriori que no lo hab¨ªa hecho por la invasi¨®n de Irak. ¡°Somos humanos, pero creo que el a?o pasado no hubo ofensa¡±, concluye Bono. El embajador parece aceptar las explicaciones y Bono propone viajar a Washington para reunirse con su hom¨®logo, Donald Rumsfeld. El viaje se realizar¨ªa en mayo de 2005.
M¨¢s tropas para Afganist¨¢n. Tras la retirada de Irak, Espa?a recibe presiones para enviar m¨¢s tropas a Afganist¨¢n. ¡°En los ¨²ltimos d¨ªas hemos recibido una serie de mensajes de nuestros socios europeos y atl¨¢nticos en los que expresan claramente que esperan un aumento de la presencia militar de Espa?a en Afganist¨¢n¡±, explica una nota para Zapatero fechada el 1 de junio de 2004. Tras detallar las demandas de la OTAN, a?ade: ¡°Las peticiones norteamericanas son todav¨ªa mayores y particularmente insistentes¡±. Los aliados no se andan con pa?os calientes: ¡°Si nuestra respuesta es positiva, su efecto beneficioso sobre nuestras relaciones ser¨¢ mucho mayor; si es negativa, las consecuencias perjudiciales ser¨ªan igualmente m¨¢s fuertes¡±. El Ministerio de Defensa lo tiene claro: ¡°Ser¨ªa muy dif¨ªcil explicar a nuestros aliados que, en un momento en que han sido retiradas de Irak nuestras unidades, Espa?a carece de los recursos necesarios para dar satisfacci¨®n a estas peticiones¡±. El 30 de junio, Bono escribe una carta al secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, en la que le comunica ¡°la predisposici¨®n del Gobierno de Espa?a para incrementar su esfuerzo de ayuda humanitaria en Kabul y apoyar el proceso electoral que tendr¨¢ lugar a finales del pr¨®ximo mes de septiembre¡± en Afganist¨¢n.
Armas para Venezuela. El jefe del Pent¨¢gono, Donald Rumsfeld, escribe una carta a Bono, el 23 de noviembre de 2005, en la que le reitera su ¡°preocupaci¨®n por los efectos desestabilizadores que las adquisiciones de armas por parte de Venezuela podr¨ªan tener en la regi¨®n¡±. Espa?a negocia la venta a Caracas de ocho patrulleros de Navantia y 12 aviones de transporte de CASA. ¡°Le apremio a que reconsidere potenciales ventas de art¨ªculos de defensa a Venezuela o, al menos, posponga tales decisiones¡±, le insta Rumsfeld. En marzo de 2006, Bono le contesta que ¡°CASA y Navantia han cerrado un acuerdo con Venezuela para el suministro de material meramente defensivo¡±, que se ajusta a la legislaci¨®n espa?ola e internacional. ¡°Mi gobierno seguir¨¢ defendiendo los intereses de Espa?a y los puestos de trabajo de las industrias nacionales de defensa, aunque en este punto no tenga el honor de coincidir con usted¡±. Espa?a vendi¨® los buques, por 1.200 millones de euros, pero no los aviones, pues incorporaban tecnolog¨ªa estadounidense y Washington vet¨® la operaci¨®n.
Las identificaciones del Yak-42. El 29 de junio del 2004 se celebra en Defensa una reuni¨®n para abordar las identificaciones de las 62 v¨ªctimas del accidente del Yak-42, el 26 de mayo de 2003, sobre las que hay serias dudas. El comandante Jos¨¦ Ram¨®n Ram¨ªrez, uno de los pat¨®logos militares enviados por el entonces ministro de Defensa Federico Trillo a Turqu¨ªa para identificar los cad¨¢veres, informa de lo sucedido. Los forenses turcos prohibieron a los militares espa?oles tocar los cad¨¢veres, por lo que estos se limitaron a observar el trabajo de sus anfitriones. Cuando, a las 2.30 del 28 de mayo, los turcos interrumpen su trabajo y se marchan, tras haber identificado solo 32 cad¨¢veres, los espa?oles empiezan a trabajar y a las seis de la ma?ana ya han identificado a todos. ¡°Pregunta el ministro si no les causa sorpresa que se pudiesen identificar 30 cad¨¢veres en unas tres horas¡±, se?ala el acta de la reuni¨®n. ¡°Todos coinciden en que es sorprendente la rapidez¡±. Un teniente coronel recuerda que la identificaci¨®n del periodista Julio Anguita Parrado, muerto en Irak, llev¨® 48 horas. ¡°Respecto a las prisas por concluir los trabajos de identificaci¨®n, el comandante Ram¨ªrez admite que sab¨ªan que hab¨ªa un funeral el d¨ªa 28 por la tarde y que los cad¨¢veres ten¨ªan que estar en el funeral¡±, a?ade el informe. Pero, ¡°todos los presentes ignoran qui¨¦n determin¨® el d¨ªa y la hora del funeral¡±. Las pruebas de ADN demostrar¨ªan que los forenses espa?oles erraron en los 30 cad¨¢veres que identificaron.
Los avisos del CNI sobre el l¨ªder del 11-M
El 1 de septiembre de 2004, el entonces director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Saiz, escribió una carta al presidente Zapatero en la que le explicaba cómo los repetidos avisos de los espías sobre el líder de la célula yihadista que cometió los atentados del 11-M cayeron en saco roto. Según Saiz, la primera nota advirtiendo sobre la peligrosidad del argelino Allekema Lamari y de sus dos lugartenientes se envió a Interior el 6 de noviembre del 2003, “cuatro meses antes” de la matanza de los trenes. “Desde entonces, el CNI ha reiterado insistentemente la necesidad de localizarlos y detenerlos. Sin embargo, ni la Policía ni la Guardia Civil dieron a este asunto credibilidad suficiente y nunca han realizado acciones dirigidas a su detención”, se quejaba el jefe del servicio secreto. El 16 de marzo, en la primera reunión de la célula de crisis a la que asistió el CNI tras el 11-M, sus agentes señalaron que una de las líneas de investigación prioritarias debía ser Lamari. Pero solo después del suicidio del comando terrorista en el piso de Leganés, donde murió el yihadista argelino, la Policía incluyó a sus dos lugartenientes entre los buscados.
“Es muy conveniente que sepas que el CNI se entera por los medios de comunicación” de la aparición de huellas de Lamari en el piso de Leganés, se queja Saiz. “No es comprensible que la Policía no haya comunicado al CNI ninguno de estos importantes hallazgos, que refuerzan la tesis de que Allekema es el autor intelectual y jefe de la célula. Únicamente cabría pensar que se ha intentado marginar al CNI de una línea de investigación que inició él mismo”. El jefe del CNI concluye: “No se trata solo de un problema de coordinación entre policías, guardias civiles y servicios de inteligencia. Se trata de una dinámica que no solo se producía en el pasado, sino que sigue en el presente y perjudica muy gravemente la seguridad de los ciudadanos y del propio Estado”.
Por su parte, Bono escribió en diciembre de 2004 una carta al presidente del Tribunal Supremo, Francisco José Hernando, en la que se quejaba de que Lamari hubiera sido puesto en libertad por la Audiencia Nacional en junio de 2002, a pesar de que había sido condenado a 14 años de cárcel. Este tipo de “errores judiciales generan alarma en la opinión pública”, advertía Bono.