Casado: ¡°Fiaros de m¨ª, no voy a ser parte del problema¡±

A las once y media de la noche del pasado mi¨¦rcoles, Pablo Casado tom¨® la palabra, agotado, despu¨¦s de haber escuchado a los 17 l¨ªderes territoriales decirle sin pa?os calientes que hab¨ªa llegado su final como presidente del PP. Hasta los m¨¢s afines, como el de Murcia, Fernando L¨®pez Miras, le ense?aron la puerta de salida.

¡ªMira, Pablo, en lo personal sabes que yo te apoy¨¦, pero pol¨ªticamente esto es insostenible, le dijo el murciano.

¡ªVete ahora mismo para evitar problemas, le pidi¨® otro l¨ªder regional.

¡ªHas perdido el relato. La militancia est¨¢ con Ayuso. Contra eso no puedes hacer nada, presidente, apunt¨® otro bar¨®n.

Casado hab¨ªa ido tomando notas, escuchando pacientemente las duras intervenciones que le exig¨ªan una dimisi¨®n inmediata, y que se?alaban la situaci¨®n cr¨ªtica en la que se encontraba el partido por sus errores durante la brutal guerra de poder con Isabel D¨ªaz Ayuso. Los presentes describen al l¨ªder del PP con el rostro demacrado de cansancio por muchos d¨ªas sin dormir y todav¨ªa impresionado por lo sucedido.

Casado tom¨® aire e inici¨® su relato repasando la historia de su presidencia los ¨²ltimos cuatro a?os; explic¨® que hab¨ªa encontrado el partido hundido y lo reflot¨®; y dio su versi¨®n de los hechos del choque con Ayuso, quej¨¢ndose del acoso medi¨¢tico y de la situaci¨®n tan injusta en la que ¨¦l cre¨ªa que se le iba a expulsar de la presidencia del PP. Dio su palabra de que no se presentar¨ªa al pr¨®ximo congreso extraordinario e implor¨® a sus barones que le permitieran despedirse de los afiliados de la misma forma que le eligieron, en el congreso. Al final, termin¨® apelando a la dureza de lo que estaba viviendo a nivel familiar y humano.

¡ªPodr¨¦ haber hecho algo mal, pero no he hecho nada malo. Es injusto. Pensad en mis hijos, en mi mujer. Os pido que no hag¨¢is m¨¢s sangre de la necesaria. Fiaros de m¨ª, no os preocup¨¦is. Si yo soy el primero que apoyo a Alberto [N¨²?ez Feij¨®o]. Os doy mi palabra de honor.

Su discurso fue determinante, coinciden todas las fuentes consultadas, para que los barones desterraran la idea de hacerle dimitir esa misma noche. Casado transmiti¨® con claridad que se apartaba de la presidencia de PP y que no iba a ser un problema, y adem¨¢s pidi¨® algo que desde el punto de vista humano todos entendieron: despedirse con dignidad de su puesto en un congreso, de la misma forma que fue elegido. Seg¨²n la reconstrucci¨®n por numerosas fuentes presentes en la reuni¨®n, el l¨ªder popular se afan¨® en convencerles de que no hab¨ªa ninguna duda de que ten¨ªa asumido su final.

¡ªCuando firmo que se hace un congreso extraordinario, estoy diciendo que no me presento yo. No teng¨¢is ninguna duda de que no me voy a presentar. Lo justo es que pueda despedirme de plenario del congreso, de la misma forma que llegu¨¦. Yo no voy a ser parte del problema, insisti¨® Casado.

La desconfianza la hab¨ªa prendido la entrevista de su ya ex secretario general, Teodoro Garc¨ªa Egea, la noche anterior en La Sexta. Nada m¨¢s dimitir, Garc¨ªa Egea levant¨® sospechas en relevantes baron¨ªas porque en esa entrevista asegur¨® que exist¨ªa un 7, 5 sobre 10 de probabilidades de que apareciera una candidatura distinta de la de N¨²?ez Feij¨®o en el congreso extraordinario. El ex secretario general se hab¨ªa dejado ver, adem¨¢s, el martes por la ma?ana en el Congreso reuni¨¦ndose con diputados. Dispar¨® las alarmas. ¡°Ten¨ªamos la sensaci¨®n de que se iba a preparar una candidatura alternativa¡±, reconoce un l¨ªder auton¨®mico. Algunos no se fiaban de Casado y de Garc¨ªa Egea, y pensaban que pretend¨ªan quedarse en G¨¦nova, 13 hasta el congreso de abril para controlar el aparato y tener mano en la organizaci¨®n del c¨®nclave. Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco, presidente de Castilla y Le¨®n, se lo dijo a Casado en la reuni¨®n.

¡ªLa entrevista de Teo no te ha ayudado.

El nombre del ex secretario general sali¨® a relucir en unas cuantas intervenciones, dejando claro que Garc¨ªa Egea hab¨ªa constituido un problema en s¨ª mismo en la relaci¨®n de la direcci¨®n de Casado con los territorios. Hasta el ¨²ltimo momento le perjudic¨®, seg¨²n distintas fuentes auton¨®micas, porque si no hubiera lanzado la piedra de una posible candidatura alternativa, Casado no se habr¨ªa encontrado con tantas peticiones de dimisi¨®n inmediata esa misma noche. ¡°Teo quiso limpiar su imagen en esa entrevista, pero nos puso a todos de los nervios¡±, reconoce un bar¨®n. A su llegada a G¨¦nova, 13, varios l¨ªderes auton¨®micos llegaron a preguntar a Casado si Garc¨ªa Egea hab¨ªa dimitido de verdad, porque no constaba por escrito. La desconfianza era total. Casado tuvo que aclarar que s¨ª, que hab¨ªa dimitido la tarde anterior.

El discurso del l¨ªder fue decisivo para despejar esas dudas, pero tambi¨¦n su reuni¨®n previa de casi dos horas con Alberto N¨²?ez Feij¨®o, antes de que llegaran el resto. El presidente gallego, al que Casado se comprometi¨® a respaldar como nuevo l¨ªder, pact¨® con Casado su salida y la estructura de la direcci¨®n provisional hasta el congreso. Ambos estuvieron de acuerdo en que Cuca Gamarra asumiera el puesto de coordinadora general, y que Esteban Gonz¨¢lez Pons, un pol¨ªtico muy pr¨®ximo a Feij¨®o, presida el comit¨¦ organizador del congreso. El periodista Fran Balado cuenta en su biograf¨ªa autorizada sobre el bar¨®n gallego que Gonz¨¢lez Pons iba a haber ocupado el cargo de secretario general de Feij¨®o cuando este amag¨® con una candidatura en las primarias de 2018.

Feij¨®o empez¨® esa misma noche a ejercer de facto de pr¨®ximo l¨ªder. Asumi¨® junto con Casado la voz cantante, y recibi¨® el apoyo de todos, pero no les desvel¨® su paso adelante. S¨ª lo dio a entender. Los barones creen que lo anunciar¨¢ ante la Junta Directiva Nacional del pr¨®ximo martes.

A medianoche, tras el discurso de Casado, los l¨ªderes territoriales decidieron consensuar un comunicado conjunto con lo pactado. No hubo problemas porque ya todos estaban de acuerdo en que Casado seguir¨ªa como l¨ªder hasta abril, pero varios describen como un malentendido lo que sucedi¨® entonces. El l¨ªder extreme?o, Jos¨¦ Antonio Monago, insisti¨® en que quedara por escrito, y el del PP de Madrid, P¨ªo Garc¨ªa Escudero, se quej¨®.

¡ªSi ya dudamos de la palabra del presidente, no merece la pena nada de esto, dijo Garc¨ªa Escudero.

La reuni¨®n fue tensa, pero sin malas formas, describen los participantes, a pesar de que algunas intervenciones muy duras. Los momentos de mayor tensi¨®n se vivieron a cuenta de una filtraci¨®n de que Casado empezaba a hablar en ese momento, que era cierta. Despu¨¦s, empezaron a llegar a sus m¨®viles los bulos que empezaron a publicarse como informaci¨®n desde dentro. ¡°?Pero qui¨¦n cojones ha dicho algo? ?Esto no puede ser!¡±, se quejaron varios. Tuvieron que detener la reuni¨®n y avisar a las responsables de comunicaci¨®n para que alertaran a la prensa de que estaban circulando fake news.

Las baron¨ªas m¨¢s importantes, Feij¨®o y el andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, templaron los ¨¢nimos y apostaron por permitir a Casado la salida digna que quer¨ªa, aguantar hasta el congreso como presidente simb¨®lico, pero vaciado de poder. Casado tambi¨¦n puso de su parte. ¡°Pablo fue muy generoso en todo. En el tono, en las formas. Estaba en uno de los momentos m¨¢s duros de su carrera pol¨ªtica y se comport¨® como un se?or¡±, opina un bar¨®n. En el entorno del l¨ªder lamentan el trago que se le hizo pasar. ¡°Que pretendieran que sali¨¦ramos por el garaje con las cajas era tremendo. Algunos se han pasado de frenada, ahora reflexionar¨¢n¡±, dice uno de sus afines.

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VIDEOAN?LISIS | Por Pablo Sim¨®n

La noche m¨¢s amarga del l¨ªder popular termin¨® a la una y media de la madrugada, cuando el comunicado pactado se distribuy¨® a los periodistas. Casado se plante¨® dar una rueda de prensa a esas horas para explicarse, pero le convencieron de que no lo hiciera. Los barones salieron de G¨¦nova, 13 entre una mara?a de c¨¢maras, tras el pacto que puso fin a la etapa Casado en el PP. ¡°?l sigue en shock¡±, cuenta uno de ellos. ¡°Hab¨ªa interiorizado que iba a ser presidente de Espa?a¡±.