El juez brit¨¢nico ordena que el juicio contra Juan Carlos I siga adelante
El magistrado Nicklin rechaza la petici¨®n de paralizar el proceso hasta la resoluci¨®n de los recursos de apelaciones
Era un ¨²ltimo intento, que ten¨ªa pocas posibilidades de prosperar. El juez brit¨¢nico Matthew Nicklin ha negado este martes a la defensa de Juan Carlos I la posibilidad de paralizar el juicio por hostigamiento, difamaci¨®n y vigilancia ilegal contra el rey em¨¦rito. El abogado Daniel Bethlehem hab¨ªa solicitado permiso para apelar la decisi¨®n tomada por el magistrado la semana pasada de denegar al exmonarca la inmunidad legal para ser juzgado por ...
Era un ¨²ltimo intento, que ten¨ªa pocas posibilidades de prosperar. El juez brit¨¢nico Matthew Nicklin ha negado este martes a la defensa de Juan Carlos I la posibilidad de paralizar el juicio por hostigamiento, difamaci¨®n y vigilancia ilegal contra el rey em¨¦rito. El abogado Daniel Bethlehem hab¨ªa solicitado permiso para apelar la decisi¨®n tomada por el magistrado la semana pasada de denegar al exmonarca la inmunidad legal para ser juzgado por la demanda interpuesta por su examante Corinna Larsen. La representaci¨®n legal del anterior monarca espa?ol hab¨ªa acudido este martes a la Sala 76 del Real Tribunal de Justicia de Londres pertrechada de argumentos jur¨ªdicos y factuales para intentar convencer al magistrado de que se replanteara su decisi¨®n. El barrister (abogado con capacidad de argumentar en sala, en el derecho ingl¨¦s) Bethlehem, con la prudente cortes¨ªa necesaria para no despertar la irritaci¨®n del juez Nicklin, le ha dicho que se ha equivocado al interpretar jur¨ªdicamente la cuesti¨®n de la inmunidad, pero tambi¨¦n que estaba dando ventaja procesal a la demandante si le permit¨ªa (suger¨ªa, m¨¢s bien) modificar su escrito de acusaci¨®n para escapar definitivamente a la trampa de la inmunidad legal del rey em¨¦rito.
¡ª?No coincide usted conmigo en que el escrito de demanda contiene partes muy ambiguas? ¡ªpreguntaba el juez al abogado.
¡ªNo nos corresponde a nosotros definirlo, pero queda claro en todo momento que la demandante se?ala al general F¨¦lix Sainz Rold¨¢n como director del CNI, que actu¨® en tal capacidad ¡ªrespond¨ªa Bethlehem.
El juez hab¨ªa pedido a la parte demandante que modificara esa parte del texto para se?alar que Rold¨¢n hab¨ªa actuado de modo privado y como amigo del ex rey, para evitar cualquier impresi¨®n de que sus actos (sus acercamientos a Larsen para pedirle que se alejara del rey em¨¦rito) ten¨ªan cobertura estatal.
Pero adem¨¢s, la defensa ha puesto sobre la mesa argumentos generales para seguir sosteniendo la inmunidad, y sobre todo la necesidad de que el asunto se resolviera antes de proceder con el resto del juicio: por la novedad del asunto ¨Dun ex jefe de Estado que reclama inmunidad por el t¨ªtulo que retiene¨D; por la alta sensibilidad de todas las acusaciones y por la complejidad legal de la inmunidad estatal en el derecho internacional privado.
Como ya ocurri¨® durante la dos sesiones preliminares del pasado diciembre, Larsen ha estado presente en la sala durante las m¨¢s de dos horas de debate jur¨ªdico, sin dejar de tomar notas o comentar intervenciones concretas con el equipo de abogados y relaciones p¨²blicas que le acompa?an.
El juez Nicklin ha decidido, por una cuesti¨®n de econom¨ªa procesal, que el juicio debe seguir adelante. La defensa de Juan Carlos I ha anticipado ya su voluntad de acudir a una instancia superior, el Tribunal de Apelaci¨®n, para solicitar una paralizaci¨®n. Y ha logrado, por lo menos, cierta flexibilidad por parte del juez. No habr¨¢ nueva vista hasta el 1 de julio. De ese modo, la defensa de Juan Carlos I podr¨¢ intentar, en un plazo realmente muy breve (lo normal es que una apelaci¨®n as¨ª lleve meses) un ¨²ltimo esfuerzo por congelar el juicio y rescatar su argumento de que los actos de Juan Carlos I contra Corinna Larsen estaban protegidos por la llamada ¡°inmunidad de Estado¡±. Era una ¨²ltima se?al por parte del magistrado de que la posibilidad de que un Tribunal de Apelaci¨®n afecte su caso era muy real, y por eso al final de la vista ha sugerido incluso que si una instancia superior le ped¨ªa m¨¢s tiempo, lo conceder¨ªa.
¡°Mi cliente aprecia las decisiones pr¨¢cticas del Tribunal Superior de Justicia para la administraci¨®n del procedimiento y espera sirvan para limitar nuevas demoras en el mismo¡±, ha afirmado Robin Rathmell, uno de los abogados del equipo jur¨ªdico de Larsen, sin dejar de se?alar que la decisi¨®n del juez Nicklin ¡°hab¨ªa rechazado los intentos por parte de Don Juan Carlos de frustrar el avance de la denuncia¡±.
El juez Nicklin rechaz¨® la semana pasada el amparo de la inmunidad, porque, seg¨²n su argumentaci¨®n, ni Juan Carlos I retiene el car¨¢cter de ¡°soberano¡± (en el sentido de jefe de Estado) ni pertenece, de modo dependiente, a la familia de Felipe VI. Ese era el argumento esgrimido por la defensa, que se acog¨ªa a la Ley de Inmunidad de Estado del Reino Unido.
La defensa ha expresado adem¨¢s su protesta, y voluntad de recurrir, ante la petici¨®n del juez a la demandante de que corrigiera parte de su demanda, para dejar claro que el general F¨¦lix Sainz Rold¨¢n, ex director general del CNI, actu¨® en todo momento como ciudadano privado para ayudar a su amigo el rey em¨¦rito y convencer a Larsen de que cejara en su empe?o. El abogado Bethlehem ha insistido una y otra vez en que las decisiones judiciales deb¨ªan tomarse sobre la base del escrito inicial presentado por la acusaci¨®n, y no ajustarlo a la medida para que pueda descartarse la inmunidad.
A finales de diciembre de 2020, la examante de Juan Carlos I relat¨® en su reclamaci¨®n de da?os el acoso que, siempre seg¨²n su versi¨®n, hab¨ªa sufrido directamente del rey em¨¦rito o de personas en su nombre, como el exdirector del CNI, F¨¦lix Sanz Rold¨¢n. Con la pretensi¨®n, seg¨²n Larsen, de recuperar los casi 65 millones de euros que le hab¨ªa transferido de manera ¡°irrevocable¡± en 2012, o de reanudar la relaci¨®n sentimental, la empresaria relata en una extensa demanda las supuestas amenazas, vigilancia electr¨®nica y seguimientos a los que ella y su equipo de asesores se vieron sometidos, as¨ª como las numerosas difamaciones que se vertieron contra ella. La consecuencia de todo eso, seg¨²n su escrito, es una ansiedad y una angustia que han necesitado de tratamiento m¨¦dico; el deterioro de las relaciones con sus hijos y familiares, y la p¨¦rdida de muchos de sus multimillonarios clientes.