La precariedad quema a los bomberos en Castilla y Le¨®n
El personal que lucha contra los incendios en la comunidad denuncia p¨¦simas condiciones laborales ante los graves fuegos, que solo en Zamora han calcinado el 6% del territorio
Despu¨¦s del infierno aparecen las brujas. Unos bomberos observan, desolados, una vasta extensi¨®n negra arrasada por el fuego en Zamora. El viento provoca torbellinos, conocidos por el gremio como ¡°brujas¡± porque asustan y hacen temer rebrotes del fuego en Losacio, una zona de Zamora donde ya se quemaron casi 36.000 hect¨¢reas pegadas a la sierra de la Culebra, un valioso paraje natural donde ya ardieron hace un mes otras 26.000 hect¨¢reas. En ambos casos, el personal de extinci¨®n de Castilla y Le¨®n denunci¨® su precariedad laboral, una de las claves que explica por qu¨¦ ha ardido sin remedio el 6%...
Despu¨¦s del infierno aparecen las brujas. Unos bomberos observan, desolados, una vasta extensi¨®n negra arrasada por el fuego en Zamora. El viento provoca torbellinos, conocidos por el gremio como ¡°brujas¡± porque asustan y hacen temer rebrotes del fuego en Losacio, una zona de Zamora donde ya se quemaron casi 36.000 hect¨¢reas pegadas a la sierra de la Culebra, un valioso paraje natural donde ya ardieron hace un mes otras 26.000 hect¨¢reas. En ambos casos, el personal de extinci¨®n de Castilla y Le¨®n denunci¨® su precariedad laboral, una de las claves que explica por qu¨¦ ha ardido sin remedio el 6% del territorio zamorano. Sueldos bajos, contratos temporales, alimentaci¨®n escasa y medios obsoletos. Muchos obst¨¢culos para poder apagar unos fuegos como estos, en los que han fallecido dos personas en cinco d¨ªas de horror. ¡°Estamos vendidos¡±, suspira una cuadrilla. El hast¨ªo lo comparten los m¨¢s de 15 bomberos consultados para este reportaje.
Solo la vocaci¨®n, explican, justifica esta forma de vida. La cuadrilla exige anonimato para evitar represalias de la Junta de Castilla y Le¨®n (gobernada en coalici¨®n por el PP y Vox), a la que reprochan un maltrato que los deja en evidencia cuando colegas de otras autonom¨ªas vienen en su socorro. ¡°Tenemos muchas peores condiciones¡±, protestan estos profesionales con las manos tiznadas por horas y horas de trabajo y con los monos ajados de tanto batallar.
La enumeraci¨®n, que se extiende durante varios minutos y provoca que la indignaci¨®n invada en sus rostros cansados, parte desde lo contractual. Ellos son ¡°fijos-discontinuos¡±, esto es, cuando acaba la temporada de incendios les toca buscar otras formas de ganarse el pan. ¡°Es una vida de inestabilidad¡±, critican. Unos aprovechan para estudiar oposiciones y otros optan por empleos cualquiera desde octubre hasta junio, cuando vuelve la temporada. El compa?ero fallecido, de 62 a?os, ten¨ªa esta modalidad laboral y solo su ¡°pasi¨®n¡± lo llevaba a?o tras a?o a los frentes ardientes. Uno de los miembros de la brigada del difunto Daniel Gull¨®n ilustra este abandono, que es hasta emocional: este jueves el puesto de mando provincial preguntaba ¡°por qu¨¦ no se incorporaba el manguerista de la C-6.9¡å. La respuesta, cruda: ¡°Hubo que indicarles que era quien hab¨ªa fallecido en el incendio; somos n¨²meros para ellos¡±.
El sueldo tampoco compensa: el salario base es de unos 1.000 euros mensuales, que crece con las horas extra, algo frecuente por la falta de relevos. Este aumento, advierten, es a costa de renunciar a su parcela personal: ¡°No podemos ni ir al cine¡±. ¡°Cobramos por d¨ªa de trabajo. Si nos llaman los d¨ªas de descanso no tenemos un extra¡±, detalla. El plus de peligrosidad o nocturnidad asciende a dos euros por hora. El sector cobra tres euros diarios ¨Cantes era solo un euro¨C por estar siempre disponibles por si se precisan sus servicios en jornadas que llegan a superar las 15 horas. ¡°Como no hay relevos, saben que no nos vamos a ir dejando el fuego encendido¡±, comentan.
Uno de los brigadistas asegura que durante cinco d¨ªas seguidos estuvo trabajando 18 horas, un suplicio que pasa factura en el cuerpo, m¨¢s a¨²n cuando el material disponible no es bueno. Los bomberos ense?an un casco no homologado para las brigadas helitransportadas, pero que igualmente se emplea; los guantes son de peor calidad que en otras regiones. La falta de manos se nota en los hidroaviones, pues al no haber conductores de veh¨ªculos terrestres pierden a dos personas para que dirijan los coches al punto donde descender¨¢n sus compa?eros. Estos pierden a su vez efectivos para acometer las llamas hasta que lleguen esos colegas, pues tardan m¨¢s que el helic¨®ptero.
Dos incendios devastadores
en menos de un mes
Desde que prendieron las primeras llamas el 15 de junio en Ferreras de Abajo, al noroeste de Zamora se han quemado m¨¢s de 62.000 hect¨¢reas: 26.041 en la Sierra de la Culebra en junio y 35.960 en el Incendio de Losacio, que a¨²n no est¨¢ controlado. Esto supone el 6% de la superficie de la provincia.
ZAMORA
20 km
Dos incendios devastadores
en menos de un mes
Desde que prendieron las primeras llamas el 15 de junio en Ferreras de Abajo, al noroeste de Zamora se han quemado m¨¢s de 62.000 hect¨¢reas: 26.041 en la Sierra de la Culebra en junio y 35.960 en el Incendio de Losacio, que a¨²n no est¨¢ controlado. Esto supone el 6% de la superficie de la provincia.
ZAMORA
20 km
Dos incendios devastadores en menos de un mes
Desde que prendieron las primeras llamas el 15 de junio en Ferreras de Abajo, al noroeste de Zamora se han quemado m¨¢s de 62.000 hect¨¢reas: 26.041 en la Sierra de la Culebra en junio y 35.960 en el Incendio de Losacio, que a¨²n no est¨¢ controlado. Esto supone el 6% de la superficie de la provincia.
ZAMORA
20 km
Mayo 2022
Julio 2022
¡°La Junta tiene subcontratados estos servicios. La empresa privada solo quiere ganar dinero y recorta en todo¡±, critican quienes en su categor¨ªa profesional est¨¢n tipificados como peones especialistas y no como bomberos, lo que conlleva peores condiciones para la jubilaci¨®n, no acumulan antig¨¹edad o apenas tienen capacidad de elecci¨®n para los destinos. Ni siquiera disponen de lavadoras en las bases y tienen que limpiar su ¨²nico buzo de trabajo en casa. M¨¢s de una vez se les han atascado los electrodom¨¦sticos por la ceniza o han tenido que desplazarse a otro fuego, empapados tras una actuaci¨®n y sin poder cambiarse: ¡°Nos gusta el trabajo, no las condiciones¡±, aclaran.
Las quejas vienen de lejos. La portavoz del sindicato Comisiones Obreras, Ana Fern¨¢ndez, expone que aparte del cambio clim¨¢tico y el contexto extremo de calor y fuegos que desata, ¡°la Junta no se ha adaptado, pese a que hemos ido avisando¡±. El protocolo contra incendios es de 1999 ¡°y hay deficiencias en cuestiones de personal y material¡±. Los 900 empleados de extinci¨®n del Gobierno auton¨®mico cuentan con un convenio colectivo ¡°precario¡±, que en sus 154 p¨¢ginas no menciona la palabra ¡°bombero¡±; tampoco en las 43 p¨¢ginas del convenio con las subcontratas.
El consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Su¨¢rez-Qui?ones (PP), que en 2018 renegaba de activar el despliegue m¨¢s all¨¢ del verano, ha prometido hacer fijas a esas plantillas de la Junta para que act¨²en todo el a?o. El anuncio llega tras dos muertes y sin que ning¨²n alto cargo auton¨®mico haya acudido al segundo incendio m¨¢s grave de la historia de Espa?a.
¡°Defendemos que el operativo sea totalmente p¨²blico, nadie va a perder su trabajo; necesitan m¨¢s formaci¨®n y tener un ¨²nico equipo con una ¨²nica direcci¨®n y las mismas condiciones¡±, pide la sindicalista, que calcula que la reconstrucci¨®n de las zonas devastadas supondr¨¢ un gasto de 150 millones de euros mientras que el coste anual de un servicio preventivo completo ser¨ªa de 100 millones. La Junta destinar¨¢ 65 millones de euros para los afectados de ambos desastres en la sierra de la Culebra, que subsiste econ¨®micamente gracias a su valor ecol¨®gico ahora desangrado. El presupuesto anual en extinci¨®n de incendios no llega a 70 millones en la comunidad m¨¢s extensa de Espa?a, m¨¢s grande que Portugal. Otras regiones m¨¢s peque?as, como Galicia o Catalu?a, invierten m¨¢s en estos despliegues.
Los bomberos desgranan sus miserias mientras vigilan que no haya rebrotes entre esas columnas de humo que parecen piras funerarias. Los nuevos incendios, alimentados por el cambio clim¨¢tico, requieren recursos¡ y que los bomberos no pasen hambre. Este equipo recalca que pasan jornadas enteras sin ingerir nada porque la comida no llega y que los bocadillos no siempre sacian a quienes se fajan con el fuego. Las escenas que se producen ante la comitiva solidaria del chef Jos¨¦ Andr¨¦s, que reparte alimentos para estas cuadrillas, lo acreditan. Los brigadistas disfrutan con ilusi¨®n infantil de una ensalada de pasta, algo inaudito en su oficio: ¡°?No estamos acostumbrados a esto!¡±. Otro, tenedor en ristre, lo celebra: ¡°?Llevo 30 a?os comiendo bocadillos!¡±. La imagen la contempla, resignado, un bombero de Zamora capital, desplazado a T¨¢bara. El hombre se solidariza ¨C¡°?No pido que les pongan langostinos!¡±- y lamenta la falta de prevenci¨®n, la escasez de retenes y que ¡°la gesti¨®n no es efectiva¡±. Los datos lo avalan: m¨¢s de la mitad del terreno quemado en Espa?a en 2022 corresponde a Zamora.
La patrulla duda cuando se le pregunta d¨®nde o en qu¨¦ notan m¨¢s la precariedad. Hay demasiado donde elegir. Por fin, se deciden: ¡°Lo peor es el descontrol¡±. ¡°El operativo es ineficiente, fallan las comunicaciones, hay desconocimiento entre quienes mandan¡¡±, recitan, y ejemplifican con que sus emisoras est¨¢n obsoletas y no pueden contactar con los refuerzos de otras comunidades. ¡°Sabemos que nuestras condiciones son peores¡±, se encogen de hombros estos profesionales. Las previsiones hacia el verano, que se atisba c¨¢lido y a¨²n m¨¢s seco, les hace temer lo peor. Aguardan meses de seguir oliendo a ceniza y de, all¨¢ donde miren, ver fuego, ascuas, desolaci¨®n y bocadillos.