S¨¢nchez asume la ruptura con el PP, sin complejos
No hay bases para pactos, ni para el di¨¢logo, salvo acontecimientos imprevisibles, entre el Gobierno y el principal partido de la oposici¨®n
Ruptura consumada. Habr¨¢ otras ocasiones de cara a cara, una vez al mes, en el Senado, pero este 6 de septiembre en la C¨¢mara alta, el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, ha lacrado el sobre figurado en el que se declara la imposibilidad de llegar a acuerdos de calado con el presidente del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o. No hay bases para pactos, ni para el di¨¢logo, salvo acontecimientos imprevisibles. Si no los hubo en plena pandemia, con la paralizaci¨®n del pa¨ªs y jorna...
Ruptura consumada. Habr¨¢ otras ocasiones de cara a cara, una vez al mes, en el Senado, pero este 6 de septiembre en la C¨¢mara alta, el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, ha lacrado el sobre figurado en el que se declara la imposibilidad de llegar a acuerdos de calado con el presidente del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o. No hay bases para pactos, ni para el di¨¢logo, salvo acontecimientos imprevisibles. Si no los hubo en plena pandemia, con la paralizaci¨®n del pa¨ªs y jornadas con un millar de muertos, tampoco los hay ahora por mucho que la incertidumbre presida el presente y el devenir de Espa?a y de toda la Uni¨®n Europea. Todo es incierto, salvo que hay elecciones municipales, auton¨®micas y generales en 2023, y esas citas alejan a¨²n m¨¢s cualquier atisbo de cercan¨ªa entre las dos fuerzas que pueden ganar las elecciones. Las tragedias no han cambiado la implacable oposici¨®n del PP; Tampoco el presidente del Gobierno ha explorado t¨¦cnicas de atracci¨®n de los sucesivos l¨ªderes populares. Lo considera in¨²til, dicen en su entorno.
El libreto del presidente se compuso de dos actos claramente diferenciados. Uno, para la sociedad; otro, paraAlberto N¨²?ez Feij¨®o. Una vez que el l¨ªder del PP desgran¨® su discurso, no encontr¨® el presidente la necesidad de cambiar su texto de r¨¦plica. Si el discurso inicial estuvo plagado de declaraciones de intenciones, de reconocimiento palmario de incertidumbres y de temores, as¨ª como de medidas aprobadas, anunciadas y otras de futuro inmediato, la r¨¦plica fue para el desahogo y desclavar espinas.
Desde la llegada de Feij¨®o y tras su primera y ¨²nica reuni¨®n del mes de abril, todo han sido encontronazos. S¨¢nchez ha entrado al cuerpo a cuerpo con la mochila cargada de reproches por las palabras y las obras ¡ªlas votaciones en el Congreso de los asuntos relacionados con la crisis tras la guerra de Ucrania¡ª del PP y su nuevo l¨ªder. Algunos errores formales y otros de concepto del presidente del PP han sido utilizados por S¨¢nchez hasta el l¨ªmite. El presidente quiere sepultar la divisa del PP respecto a su buena mano para la gesti¨®n en general y de Feij¨®o en particular. No hay duda del aprecio de los gallegos a su presidente durante 15 a?os, sostenido por cuatro mayor¨ªas absolutas, pero hacer frente a una crisis que est¨¢ en trance de cambiar el mundo, es otra dimensi¨®n y para esta empresa no est¨¢ a la altura. Esta es la tesis de S¨¢nchez y de su Gobierno.
La brecha separadora se ha afianzado, tanto como la decisi¨®n del presidente del Gobierno de colocarle como representante del mundo financiero y empresarial y atribuir a esos sectores, junto a medios de comunicaci¨®n, la decisi¨®n de contribuir a que el PP pueda ganar las elecciones.
No hay marcha atr¨¢s en la estrategia del presidente de criticar al gran mundo econ¨®mico. No parece que haya sido un desliz. A la inmensa mayor¨ªa les dice que los temores por lo que pueda pasar ¡ªrecortes energ¨¦ticos, recesi¨®n econ¨®mica¡ª est¨¢n justificados, pero promete ¡ªlo repiti¨® tres veces¡ª que har¨¢ lo indecible para que el manto social proteja lo m¨¢ximo posible. Este es el mensaje que S¨¢nchez quiso dejar en el Senado, junto al de la supuesta insolvencia de Feij¨®o para presidir Espa?a. Aparentemente, S¨¢nchez solo exhibi¨® contrariedad cuando el l¨ªder del PP le neg¨® su condici¨®n socialdem¨®crata. Tambi¨¦n, y dentro del rango ideol¨®gico, cuando Feij¨®o no se retract¨® por haberle comparado con el sanguinario viejo dictador de Garc¨ªa M¨¢rquez, protagonista de El oto?o del patriarca.