El terror¨ªfico viaje a Bali del pasajero Vergara: ¡°Soy un muerto en vida¡±
Un empresario espa?ol denuncia haber sido v¨ªctima de una mafia policial que lo secuestr¨® tres semanas en Indonesia y lo oblig¨® a pagar 450.000 euros
Pablo Vergara se toca la nariz y sonr¨ªe nervioso. Presume del resultado de un cirujano de Barcelona que le ha reconstruido su tabique nasal con precisi¨®n de relojero. ¡°Un problema menos¡±, concede este antiguo responsable de exportaci¨®n de un gigante conservero tailand¨¦s.
Tras desprenderse de su ¨²ltima secuela f¨ªsica, Vergara no puede despojarse de las pesadillas que encadena desde hace m¨¢s de dos a?os. Sue?a en blanco y negro con c¨¢rceles y pu?etazos.
El origen de estos fantasmas hay que buscarlo en un viaje a la isla de Bali (Indonesia) en el que este sexagenario con nacionalida...
Pablo Vergara se toca la nariz y sonr¨ªe nervioso. Presume del resultado de un cirujano de Barcelona que le ha reconstruido su tabique nasal con precisi¨®n de relojero. ¡°Un problema menos¡±, concede este antiguo responsable de exportaci¨®n de un gigante conservero tailand¨¦s.
Tras desprenderse de su ¨²ltima secuela f¨ªsica, Vergara no puede despojarse de las pesadillas que encadena desde hace m¨¢s de dos a?os. Sue?a en blanco y negro con c¨¢rceles y pu?etazos.
El origen de estos fantasmas hay que buscarlo en un viaje a la isla de Bali (Indonesia) en el que este sexagenario con nacionalidad chilena y espa?ola se precipit¨® durante siete meses por una espiral de extorsi¨®n y palizas. Una odisea que culmin¨® tras pagar 450.000 euros en sobornos a una presunta mafia de polic¨ªas y abogados, seg¨²n el relato que Vergara hilvana a EL PA?S y sustenta con documentos, mensajes de WhatsApp y cargos bancarios.
El empresario denuncia que su periplo ¡ªque incluy¨® un secuestro de tres semanas¡ª arranc¨® cuando un funcionario del Aeropuerto Ngurah Rai de Denpasar, en el sur de Bali, hall¨® en su equipaje un misterioso bote.
Para entender esta historia con tintes de El expreso de medianoche hay que remontarse al 28 de noviembre de 2019. Vergara aterriz¨® en Bali a las tres de la tarde procedente de Bangkok. Encaraba un viaje de tres d¨ªas para renovar su extensi¨®n de visa anual en Tailandia, donde reside desde 2006.
Al recoger su equipaje, un agente le pidi¨® que abriera sus bultos, una maleta y un bolso negro de piel. El polic¨ªa extrajo un bote. Un recipiente de cristal con forma de cuentagotas y 77,2 gramos de peso.
¡ªMe ense?aron un botecito con l¨ªquido que no reconoc¨ª. Dec¨ªan que llevaba una sustancia no permitida. ?C¨®mo sab¨ªan que era ilegal si no lo analizaron?
Los agentes condujeron, entonces, al pasajero a un habit¨¢culo del aeropuerto. Lo desnudaron y lo cachearon. Cinco horas despu¨¦s, le comunicaron que su recipiente conten¨ªa metanfetamina l¨ªquida. El acomodado empresario se transform¨® en segundos en un presunto narco en un pa¨ªs que castiga el tr¨¢fico de drogas con la pena capital.
Tras dos noches en la prisi¨®n Rumah Tahanan de Polda, un penal de la polic¨ªa de Bali que Vergara recuerda como una pestilente nave, su estado an¨ªmico se tambale¨®.
Las autoridades exhibieron la captura ante los periodistas como un trofeo de caza, tres semanas despu¨¦s de la detenci¨®n. La estampa de derrota de un sexagenario enfundado en un mono naranja Guant¨¢namo, flanqueado por otros cinco extranjeros arrestados, cabizbajo y esposado, salt¨® a los diarios chilenos e indonesios.
En pleno shock, Vergara fio su defensa al abogado Edward F., un letrado que le hab¨ªa recomendado un agente del aeropuerto y que, seg¨²n el empresario, le prometi¨® liberarlo a cambio de dinero. El reo entr¨® en el juego del soborno y abon¨® 31.308 euros a la socia del jurista, S. Karmana.
El abogado cont¨® a su cliente que el fiscal no iba a presentar cargos contra ¨¦l y que pronto iba a ser excarcelado. Vergara reserv¨® dos noches en el hotel Four Seasons de Bali para alojarse tras su liberaci¨®n. Pag¨® 1.815 euros, seg¨²n el cargo bancario.
En un inusual gesto de generosidad, los carceleros se ofrecieron a llevarlo al hotel de lujo desde el penal donde se encontraba, el centro Bhayangkara de Denpasar. El recluso fue introducido en un furg¨®n. El veh¨ªculo se perdi¨® por sinuosas carreteras. Nunca lleg¨® al Four Seasons.
¡ªPens¨¦ que me iban a matar. Comenzaron a dar vueltas. No fuimos al hotel, sino a un sitio espeluznante donde encierran a los peores criminales. Me bajaron del veh¨ªculo para que viera el lugar por la noche. Despu¨¦s, regresamos al penal Bhayangkara, que, comparado con el sitio anterior, era un hotel de cinco estrellas.
Vergara enmarc¨® el siniestro itinerario en una puesta en escena para acongojarlo y sacarle m¨¢s dinero. Y decidi¨® despedir a su abogado. Se sent¨ªa estafado.
Denunci¨®, adem¨¢s, que sufr¨ªa a diario extorsiones en el penal de Bhayangkara. Y que sus carceleros lo forzaban a participar en excursiones de cajero. Una pr¨¢ctica que consist¨ªa en liberarlo durante horas para que sacase dinero en efectivo o comprase regalos a funcionarios. Para ellos, adquiri¨® 2.000 euros en ropa Lacoste y gafas de marca, seg¨²n los cargos bancarios.
Desnortado, tras tres meses, privado de libertad, el recluso cambi¨® de estrategia. Decidi¨® exprimir la baza diplom¨¢tica espa?ola. Aunque naci¨® en Santiago de Chile, Vergara emigr¨® a Barcelona cuando ten¨ªa un a?o y tiene doble nacionalidad.
El preso toc¨® por primera vez a la puerta del consulado de Espa?a en Yakarta y contrat¨® a la c¨®nsul honoraria de este pa¨ªs en Bali, la abogada M. Tayeb. La letrada ¡ªseg¨²n Vergara¡ª le dijo a trav¨¦s de un colaborador que por 83.500 euros le pod¨ªa conseguir una home detention, que es como se llama una orden de arresto domiciliario para eludir su estancia en s¨®rdidas prisiones hasta la celebraci¨®n del juicio, seg¨²n un mensaje de WhatsApp que el empresario muestra a este peri¨®dico.
Pese a que el accidentado pasajero estaba dispuesto a pagar ¡ªuna vez m¨¢s¡ª, el salvoconducto nunca lleg¨®. Un defecto de forma en el documento, que carec¨ªa de las firmas del juez y del fiscal, le impidi¨® al preso salir de la c¨¢rcel hasta el juicio.
El Ministerio de Exteriores espa?ol defiende que Vergara entr¨® en Bali con pasaporte chileno y que el consulado en Yakarta no conoci¨® su detenci¨®n hasta tres meses despu¨¦s, cuando el empresario se puso en contacto con la legaci¨®n. ¡°Se le prest¨® la asistencia consular debida¡±, precisan desde este departamento. Exteriores facilit¨® a Vergara una lista de abogados. Sin embargo, el reo pidi¨® expresamente ser defendido por la c¨®nsul honoraria de Espa?a en Bali, la letrada M. Tayeb, que carece de representaci¨®n diplom¨¢tica.
Corri¨® marzo de 2020 y se aproxim¨® una fecha clave, la del juicio. Vergara cambi¨® de nuevo de abogado. Encadenaba cuatro en su odisea. El nuevo letrado le recomend¨® para eludir la condena de c¨¢rcel simular ante el tribunal que es consumidor de anfetaminas. As¨ª, justific¨® su defensa, evitar¨ªa ser sentenciado por tr¨¢fico de drogas y se le impondr¨ªa una pena inferior, que cumplir¨ªa en un centro de rehabilitaci¨®n. Para ello, deber¨ªa sobornar a un funcionario para que cambie la prueba de orina inicial que le hicieron en el aeropuerto de negativo a positivo. El recluso acept¨® el trato.
Dinero para jueces y fiscales
Comenz¨® el juicio. Vergara encaraba las cinco sesiones de la vista con un nuevo letrado. Pag¨® por sus servicios 125.000 euros, el doble de la cantidad inicialmente pactada. El jurista se lo hab¨ªa recomendado un preso americano.
El juez dict¨® sentencia. El pasajero es condenado a someterse a un tratamiento m¨¦dico de rehabilitaci¨®n de 11 meses en el centro Handaru Kasih Balli Foundation de Bali por portar 77,2 gramos de metanfetamina l¨ªquida, seg¨²n la resoluci¨®n del 28 de abril de 2020 de la corte de Denpasar firmada por el magistrado Kony Hartanto.
¡ªMi abogado me dijo que parte del dinero que pagu¨¦ [125.000 euros] era para el juez y el fiscal. Compr¨¦ la sentencia. No tuve que ingresar en ning¨²n centro de rehabilitaci¨®n.
Torturas y rescate
El 6 de mayo de 2020, cuando Vergara ya era un hombre libre y ultimaba el papeleo anticovid para salir de Indonesia, sucedi¨® el gran el giro de guion de esta historia.
¡ªIrrumpieron en mi hotel 12 polic¨ªas armados. Me tiraron al suelo. Abajo estaba esperando el abogado del aeropuerto Edward. F. ¡°Te pill¨¦¡±, me dijo. Me secuestraron durante tres semanas en un complejo de bungal¨®s en Bali. Me rompieron la nariz a golpes. Sal¨ª tras hacer una transferencia de 144.000 euros a la socia del letrado.
La siguiente escena ocurri¨® en un vuelo, en el que ¨¦l viajaba en clase business, de regreso a Madrid con escala en Qatar. Un hombre descompuesto se encerr¨® en el ba?o. Sufr¨ªa una paranoia. Un empleado de la aerol¨ªnea tuvo que sacarlo a la fuerza tras golpear la puerta. Era Vergara. Se imaginaba que sus secuestradores lo esperaban en el aeropuerto.
Hoy, el empresario no puede desprenderse de sus fantasmas. Denuncia que los bancos le han congelado sus cuentas a consecuencia de las decenas de informaciones que flotan en Internet y en las que aparece con un mono naranja cabizbajo y esposado. Se queja de que no puede alquilar pisos en Espa?a porque los caseros se echan atr¨¢s tras descubrir su peripecia. Y Tailandia, donde reside su pareja, le deniega la visa. ¡°Soy un muerto en vida¡±, zanja mirando al suelo.
Indonesia no ha respondido al cuestionario de EL PA?S remitido a la embajada de Yakarta en Madrid. La c¨®nsul honoraria de Espa?a en Bali, la abogada M. Tayeb, tampoco ha contestado a este peri¨®dico. Y la Canciller¨ªa chilena asegura que Vergara se puso en contacto con su legaci¨®n el 2 de diciembre de 2019 y que despu¨¦s se procedi¨® a ¡°verificar su estado de salud y procesal¡±.
La Canciller¨ªa chilena: ¡°No se puede intervenir en procesos de terceros pa¨ªses¡±
“Chile no puede intervenir en procesos judiciales de terceros países”. La Cancillería de Exteriores chilena tuvo conocimiento del caso del empresario Pablo Vergara el 2 de diciembre de 2019 a través del consulado de este país en Yakarta, según un portavoz gubernamental del país sudamericano.
La legación chilena asegura que asistió a Vergara desde entonces. El pasajero rechazó recibir en la cárcel de Bali el 31 de diciembre de 2019 a sus representantes diplomáticos, según las autoridades de este país.
Vergara adoptó esta decisión después de que el cónsul honorario de Chile en Bali le indicara que siguiera las recomendaciones de su primer letrado en Indonesia, Edward F., a quien considera el culpable de su “pesadilla”.
La Cancillería de Exteriores asegura que también intentó mantener el contacto con el empresario después de que fuera condenado en abril de 2020 a 11 meses de rehabilitación por portar 77,2 gramos de metanfetamina. “Desde el consulado de Chile en Yakarta se solicitó en varias oportunidades al abogado el texto de la sentencia”.
“En todas las oportunidades se denegó esta información, indicando que el señor Vergara había solicitado expresamente mantener la reserva”, zanja el departamento de Exteriores chileno.