S¨¢nchez acusa a Feij¨®o de ser un l¨ªder sin autonom¨ªa y actuar al dictado de ¡°la prensa conservadora¡±
El l¨ªder del PP dice que el Gobierno est¨¢ ¡°en llamas¡±, pero reitera que no presentar¨¢ una moci¨®n de censura frente a los sectores que le piden m¨¢s dureza
Alberto N¨²?ez Feij¨®o cuenta con una nutrida y problem¨¢tica legi¨®n de asesores. Unos son los que ¨¦l mismo ha reclutado para su equipo y otros ¡ªmucho m¨¢s numerosos¡ª los que, agazapados en las filas de su partido o en algunos medios de comunicaci¨®n, intentan influir desde fuera sin que nadie los hubiese convocado. El l¨ªder del PP se despert¨® este martes con titulares de prensa que le avisaban de que voces an¨®nimas entre los populares le exig¨ªan ser ¡°implacable¡±, incluso ¡°bestial¡±, en su duelo con ...
Alberto N¨²?ez Feij¨®o cuenta con una nutrida y problem¨¢tica legi¨®n de asesores. Unos son los que ¨¦l mismo ha reclutado para su equipo y otros ¡ªmucho m¨¢s numerosos¡ª los que, agazapados en las filas de su partido o en algunos medios de comunicaci¨®n, intentan influir desde fuera sin que nadie los hubiese convocado. El l¨ªder del PP se despert¨® este martes con titulares de prensa que le avisaban de que voces an¨®nimas entre los populares le exig¨ªan ser ¡°implacable¡±, incluso ¡°bestial¡±, en su duelo con Pedro S¨¢nchez en el Senado. Y esa advertencia se acab¨® apoderando del debate entre presidente del Gobierno y l¨ªder de la oposici¨®n.
El propio Feij¨®o se meti¨® de lleno en el avispero cuando replic¨® de modo expl¨ªcito a quienes le intentan dictar su estrategia desde fuera. El pol¨ªtico popular se estaba dirigiendo a S¨¢nchez, pero sus palabras no dejaron duda de que, en ese punto, el destinatario no era precisamente el jefe del Ejecutivo, sino esos de entre los suyos que tanto se esfuerzan por conducirlo a la senda correcta. ¡°A m¨ª no me interesa ser implacable, sino ofrecer una alternativa imbatible¡±, asegur¨®, reproduciendo las palabras que la portada de la edici¨®n impresa de El Mundo atribu¨ªa a dirigentes de su partido. ¡°Yo no vengo a insultar, para insultar ya llegan ustedes¡±.
A S¨¢nchez tampoco se la hab¨ªa escapado ese mensaje interno que alguien hab¨ªa enviado a Feij¨®o a trav¨¦s de la prensa. Y esper¨® al momento oportuno, el cierre de su ¨²ltima r¨¦plica, para arrojarse al cuello de su adversario. El presidente exhibi¨® la portada del peri¨®dico y otra anterior que daba cuenta de la presi¨®n de ¡°la derecha pol¨ªtica, medi¨¢tica y judicial¡± sobre Feij¨®o para que no pactase la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Las esgrimi¨® para sostener que el pol¨ªtico gallego es un l¨ªder sin autonom¨ªa. Y remat¨® con una estocada: ¡°Solo hace falta leer la prensa conservadora para saber lo que va usted a decir y c¨®mo va a actuar¡±.
Feij¨®o no lleg¨® a ese nivel ¡°bestial¡± al que lo conminaban las voces an¨®nimas de la derecha que susurran a los peri¨®dicos. Pero tampoco se qued¨® corto en su ataque al presidente. El PP hab¨ªa preparado una escenificaci¨®n que incluy¨® una inopinada sesi¨®n de aplausos y jaleos de sus senadores en cuanto su l¨ªder asom¨® por el hemiciclo, adem¨¢s de murmullos y protestas para intentar acallar a S¨¢nchez. El l¨ªder popular se olvid¨® de la econom¨ªa, lo que iba a ser su caballo de batalla cuando asumi¨® el tim¨®n del partido, y se centr¨® en la reducci¨®n de penas a agresores sexuales en aplicaci¨®n de la ley del solo s¨ª es s¨ª y en la reforma del delito de sedici¨®n, que suavizar¨¢ las acusaciones contra algunos dirigentes independentistas. Su conclusi¨®n fue que este Gobierno ha creado ¡°un clima irrespirable¡±, que ¡°no hay instituci¨®n, organismo o pol¨ªtica de Estado que no se haya impregnado de un barniz de indignidad¡± y que existe un ¡°clamor de los espa?oles¡± para desalojar a S¨¢nchez.
El presidente se sonre¨ªa, negaba con la cabeza desde su esca?o y arranc¨® su r¨¦plica con tono ir¨®nico: ¡°?D¨®nde ha dejado su moderaci¨®n? ?En objetos perdidos? ?Y su supuesta autonom¨ªa?¡±. S¨¢nchez ten¨ªa preparado el contragolpe ante la inevitable ofensiva de Feij¨®o por la controversia sobre la ley de libertad sexual. Se apoy¨® en una percha muy socorrida: los pactos del PP con Vox, un partido que ¡°niega y banaliza la violencia de g¨¦nero¡±. Lo siguiente fue acusar a los populares de ¡°votar en contra y recurrir al Tribunal Constitucional todas las leyes que han ampliado derechos de las mujeres¡±, entre ellas la del aborto. S¨¢nchez remat¨® con aspereza: ¡°Antes de dar lecciones de higiene, venga ustedes lavados¡±.
En el siguiente turno, el l¨ªder del PP tir¨® de dos hilos diferentes. Intensific¨® sus ataques a prop¨®sito de la reforma de la sedici¨®n y los acuerdos de S¨¢nchez con los independentistas. ¡°Nosotros no pactamos presupuestos por presos ni por la unidad territorial de Espa?a¡±, fustig¨® Feij¨®o, quien acus¨® a su rival de presidir un ¡°Gobierno en llamas¡±. El otro eje de la r¨¦plica no iba dirigido al jefe del Ejecutivo, sino a los que le reclaman sangre desde su partido. Y adem¨¢s de descartar la palabra ¡°implacable¡± que atronaba en los quioscos este martes, dej¨® otro recado: reiter¨® que no piensa presentar una moci¨®n de censura como le han reclamado los m¨¢s belicosos, entre ellos Vox y Ciudadanos. Feij¨®o se escud¨® en que no puede hacerlo ¡ªpoder s¨ª que puede, otra cosa es que est¨¦ condenada al fracaso¡ª y vaticin¨® que la verdadera moci¨®n de censura ser¨¢n las elecciones auton¨®micas y municipales de mayo.
En su af¨¢n de hurgar en la herida de los conflictos internos del Gobierno, el l¨ªder del PP cometi¨® un desliz. ¡°No veo diputados de Podemos¡±, dijo, cuando esa formaci¨®n no cuenta con ning¨²n senador. Los esca?os socialistas celebraron el resbal¨®n con alborozo. S¨¢nchez dedic¨® la r¨¦plica a desarrollar uno de sus argumentos m¨¢s repetidos en las ¨²ltimas semanas: la comparaci¨®n entre c¨®mo estaba Catalu?a en 2017 y c¨®mo est¨¢ ahora. ¡°Una de las mayores satisfacciones que tengo es que haya vuelto la convivencia a Catalu?a¡±, asegur¨®. ¡°Ustedes solo buscan la confrontaci¨®n entre territorios, no les importa Catalu?a¡±. El presidente se guard¨® para el final lo que entend¨ªa como el flanco m¨¢s d¨¦bil de su rival: las portadas de los peri¨®dicos y esa insinuaci¨®n de que le dictan su estrategia.