La econom¨ªa circular de la campa?a de setas en Soria: del recolector local al turista exquisito
Aunque la sequ¨ªa ha perjudicado la campa?a, la provincia soriana tiene en la micolog¨ªa un fil¨®n econ¨®mico que repercute en los recolectores y en los negocios
Un fil¨®n econ¨®mico de Soria est¨¢ por los suelos y no porque azote la inflaci¨®n. Esta riqueza soriana se encuentra en los bosques, escondida entre las ac¨ªculas de los pinos, germina entre prados hasta que una navaja afilada los extrae del terreno, unas manos expertas las colocan en cestos de mimbre y comienza el ciclo de la seta. El recorrido de los hongos hasta los platos de hogares o restaurantes deja un impacto econ¨®mico circular que impulsa a la provincia como productora micol¨®gica y como receptora de un ¨¢vido turismo de calidad. El dinero de las capturas alivia el bolsillo de recolectores ...
Un fil¨®n econ¨®mico de Soria est¨¢ por los suelos y no porque azote la inflaci¨®n. Esta riqueza soriana se encuentra en los bosques, escondida entre las ac¨ªculas de los pinos, germina entre prados hasta que una navaja afilada los extrae del terreno, unas manos expertas las colocan en cestos de mimbre y comienza el ciclo de la seta. El recorrido de los hongos hasta los platos de hogares o restaurantes deja un impacto econ¨®mico circular que impulsa a la provincia como productora micol¨®gica y como receptora de un ¨¢vido turismo de calidad. El dinero de las capturas alivia el bolsillo de recolectores o empresas locales que hacen mentalmente la danza de la lluvia para que las recientes aguas animen una campa?a perjudicada por la sequ¨ªa. To?o Vega, gerente de la asociaci¨®n Montes de Soria, explica que estas semanas han expedido unos 22.000 permisos, muchos menos que los 35.000 de otros a?os ¡°por la falta de lluvias¡±, una campa?a que ve dif¨ªcil de reflotar. Los 10.000 visitantes de otras provincias avalan el turismo micol¨®gico m¨¢s all¨¢ de los muchos ¡°que no vienen a llenar cestas, sino para conocer Soria, es un turismo de calidad que deja mucho dinero¡±.
Las ¨²nicas discrepancias en Soria con las setas consisten en si se pronuncia ¡°n¨ªscalos¡± o ¡°n¨ªcalos¡±. Adentrarse en los pinares demuestra que cada cual lo dice a su manera, pero que todo el sector, desde los pacientes seteros que agachan la cabeza en busca de ejemplares hasta los intermediarios o vendedores finales, ensalzan este tesoro. As¨ª lo hacen Mercedes Almaz¨¢n y Marta de las Heras, de 58 y 38 a?os, que almuerzan junto a un camino pr¨®ximo a los bosques de Navaleno (750 habitantes) y Covaleda (1.700). Sendas cestas cuentan con varios ejemplares estupendos de boletus, no tan grandes como uno de 878 gramos que recolectaron hace unos d¨ªas. ¡°Este a?o hay m¨¢s cestas que setas, m¨¢s gente que boletus¡±, comentan, pues los prolongados veranos y la sequ¨ªa da?an el crecimiento micol¨®gico. Las lluvias como las que en unos minutos regar¨¢n estos montes ayudan a extender la campa?a, aunque si hiela pronto dir¨¢n adi¨®s a esas nuevas setas. Ellas recogen para autoconsumo, como Mar¨ªa Corpas y Daniel Monteras, de 34 y 35 a?os, que tras mudarse desde Madrid a Soria tienen en las setas un bendito pasatiempo. ¡°Esto me da libertad y felicidad¡±, comenta ella; a ¨¦l sus colegas capitalinos le vacilan con que vive en un ¡°centro de desintoxicaci¨®n de la ciudad¡±. Las bromas se llevan mejor con croquetas de n¨ªscalos o guisos calentitos, r¨ªen ambos, que hablan de vecinos mayores que ¡°sacan una pasta¡± en temporada oto?al.
Los jubilados, llenos de tiempo y de conocimiento, pueden aprovechar las licencias comerciales que permiten recoger 30 kilos de setas diarios frente a los cinco kilos que consienten los permisos recreativos. Ese movimiento se nota surcando los montes, con coches y furgonetas apostados junto a los vastos pinares. Juan Ram¨®n Soria, alcalde de Vinuesa (800 habitantes), destaca que el suyo y otros cinco pueblos forman otro acotado micol¨®gico y obtienen unos 35.000 euros que reinvierten en los cuidados del monte para seguir seduciendo a los amantes de los hongos. Los restaurantes ¨Dlos hay de estrella Michelin¨D de la zona, las casas rurales, los comercios y las gasolineras agradecen estas visitas, con los vascos y catalanes a la cabeza de la lista de forasteros.
Casi todo lleno
El restaurante Virrey Palafox de El Burgo de Osma, uno de los municipios m¨¢s grandes de este entorno setero con 4.900 vecinos, cuenta con mucho viajero que marca estas fechas para ir a Soria. El jefe de cocina, Francisco de Gregorio, detalla que mucho antes de la campa?a reciben llamadas para preguntar si habr¨¢ setas. En caso afirmativo, reservan una habitaci¨®n una semana. ¡°Esta temporada a priori baja se ha convertido en alta gracias a las setas, est¨¢ casi todo lleno¡±, aplaude el soriano, m¨¢s a¨²n gracias a concursos gastron¨®micos que permiten degustar guisos de n¨ªscalos y boletus como los que dispensan este y otros establecimientos. ¡°La micolog¨ªa es buena para todos¡±, zanja, antes de llamar a su proveedor, Rub¨¦n Ortega, para que muestre la nave donde m¨²ltiples coches esperan su llegada.
Ortega compra miles de ejemplares para remit¨ªrselos a un mayorista que los distribuye por Espa?a y Europa tanto frescos como producidos. Seg¨²n llega a la lonja, se abren los maleteros y asoman kilos y kilos de setas que pronto ser¨¢n evaluadas al mil¨ªmetro seg¨²n el calibre y pesadas al momento. El hombre ense?a el recibo del d¨ªa anterior: 1.563,99 euros repartidos entre recolectores como los que hoy aguardan para sacarse un dinerillo. Francisco Enmcabo, de 75 a?os, obtiene unos ingresos que ser¨¢n ¡°la propina de las nietas¡±, mientras otro hombre logra casi 100 euros por lo recogido esa misma ma?ana. La empapada pareja b¨²lgara de Ivaniske Mirchov y Aleksei Kirov, de 50 a?os, ense?an sus permisos y el rendimiento del d¨ªa, unos 60 euros que da algo de aire a sus apretadas cuentas: ¡°Como no hay trabajo¡¡±.
S¨ª hay bullicio, por suerte, en el mercado municipal de Soria. Isi Flores, de 68 a?os, gasta 30 euros en hongos y confirma lo que avisaba su acento: es de Ja¨¦n. ¡°Tengo un hijo aqu¨ª y vengo siempre a comprarlas y ¨²ltimamente recojo n¨ªscalos¡±, indica la andaluza, loca por los n¨ªscalos con patatas. La due?a de la tienda, la soriana D¨¦borah Romano, de 39 a?os, lleva cinco en el negocio. Primero abr¨ªa solo en oto?o, pero las setas de distintas temporadas m¨¢s las embotadas o deshidratadas le dan movimiento constante. La mujer exhibe un monumental boletus, de m¨¢s de un kilo, que teme que pronto dejen de aparecer: ¡°El cambio clim¨¢tico se nota, por supuesto, se han disparado las temperaturas¡±. Esta circunstancia se nota en los precios, duplicados por la escasa oferta. Por suerte, la clientela ¡°de calidad¡± nunca falla pese a que los recolectores sufren ¡°depresi¨®n micol¨®gica¡±. De sus ¨¢nimos dependen muchos paladares y bolsillos en Soria.