Los vecinos de La Peza piden que la ¡®rave¡¯ se celebre de nuevo en su pueblo el a?o que viene
Los habitantes de este peque?o municipio granadino han convivido con una fiesta ilegal que ha durado seis d¨ªas y este mi¨¦rcoles se dio por finalizada, aunque un centenar de veh¨ªculos permanece todav¨ªa en la zona
Entre bragas, sujetadores y s¨¢banas de franela, varias mujeres del municipio granadino de La Peza (1.120 habitantes) miraban de reojo las ofertas del mercadillo a primera hora de este mi¨¦rcoles. Hab¨ªan comprado ya verduras para el potaje y conversaban sobre el ¨²nico tema del que se habla estos d¨ªas en la comarca: la rave que se celebra a las afueras del pueblo desde el pasado 30 de diciembre. ¡°Pues claro que hemos estado all¨ª. Y nuestras hijas, que se han ido de botell¨®n a pasar las noches¡±, dec¨ªa Rosa, de 45 a?os. ¡°?Y c¨®mo les gusta la m¨²sica a esos hippies¡±, le respond¨ªa Elena, de 30 a?os, cargada con puerros y zanahorias. ¡°Les hemos pedido que vengan el a?o que viene otra vez, que nos vamos con ellos a pasar la Nochevieja¡±, subrayaban entre risas casi al un¨ªsono. ¡°Ojal¨¢ vuelvan pronto¡±, repet¨ªan unos y otros por las h¨²medas callejuelas de la localidad mientras se desped¨ªan de algunos asistentes que pasaban a comer por el pueblo antes de abandonar una fiesta sin autorizaci¨®n que se dio por finalizada a media ma?ana. El alcalde, Fernando ?lvarez (PP), asegur¨® en broma que estaba pensando en contratarles para las fiestas municipales, y este mi¨¦rcoles ha indicado que esperar¨¢ a ma?ana para valorar sobre el lugar qu¨¦ hacer con los residuos.
Los residentes de La Peza han vivido una corta e intensa historia de amor con los participantes de la duradera fiesta ilegal. La relaci¨®n no empez¨® de la mejor manera. Muchos vecinos torcieron el gesto cuando, de la nada, el pasado viernes unos 200 veh¨ªculos colapsaron la carretera de acceso a la localidad. Dos centenares de furgonetas, autocaravanas y peque?os camiones se adentraban por una tortuosa pista de tierra con destino a unos terrenos municipales rodeados de pinos y vistas a las cumbres cubiertas de nieve de Sierra Nevada. En un abrir y cerrar de ojos hab¨ªan montado una rave.
La primera impresi¨®n impact¨® a los habitantes de la zona: no conoc¨ªan a sus visitantes y ve¨ªan que en la televisi¨®n solo hablaban de problemas y drogas. ¡°Yo fui con cierto miedo, pero luego me di cuenta de que todo el mundo te saludaba, te invitaba a pasar. Nadie se met¨ªa con nadie. Solo quer¨ªan divertirse¡±, aseguraban las mujeres en el mercadillo. ¡°El ¨²nico problema son los controles de la Guardia Civil y el corte de carretera. Me est¨¢n obligando a tomar otros caminos y llego tarde a entregar el pan¡±, se queja Jos¨¦, panadero local que reparte su mercanc¨ªa en una peque?a furgoneta.
Al mediod¨ªa de este mi¨¦rcoles, un grupo de vecinos saboreaba la tapa que acompa?aba a la cerveza en el bar Fernando cuando Canal Sur, la televisi¨®n p¨²blica andaluza, dedicaba varios minutos en su informativo a la fiesta ilegal en La Peza. ¡°Mira, ah¨ª estamos otra vez¡±, dec¨ªa desde el otro lado de la barra Pepa Rodr¨ªguez, de 45 a?os. En la pantalla se le¨ªa un r¨®tulo que dec¨ªa que los vecinos estaban ¡°desesperados¡± a causa de la rave y que esta hab¨ªa afectado a 20 hect¨¢reas de cebada. Los parroquianos estallaban. ¡°?Si lo que queremos es que se queden!¡±, comentaban. ¡°?Y la cebada nunca sale!¡±, explicaban, achacando que no agarre al fr¨ªo habitual de la zona. ¡°La televisi¨®n tergiversa mucho lo que ocurre aqu¨ª¡±, relataba Ver¨®nica S¨¢nchez, de 28 a?os, que se ha acercado varias veces con sus amigos a tomar unas cervezas y bailar en la fiesta. En una ¨¦poca en la que los abonos a los grandes festivales superan de largo los 100 euros, quer¨ªan aprovechar un evento ¡°tan chulo, accesible y cercano¡±.
Senderistas, ciclistas y familias enteras han visitado el espacio donde se celebraba la rave con curiosidad. Sus conclusiones eran pr¨¢cticamente id¨¦nticas. ¡°Han tenido mucho ojo con el sitio. Yo quiero ir esta tarde otra vez, a ver si a¨²n queda algo de fiesta¡±, afirmaba Antonio Castro, responsable de un supermercado del municipio. ¡°Hab¨ªa que ir a verlo, sin duda. A saber cu¨¢ndo volver¨¢n¡±, a?ad¨ªa Jos¨¦ Arroyo, de 49 a?os, mientras llenaba botellas de agua en la fuente del pueblo. En redes sociales se han viralizado im¨¢genes de abuelas con sus nietos paseando entre los grupos de j¨®venes bailando, como si se hubiesen adentrado en un cap¨ªtulo de Autodefensa, la serie protagonizada por Berta Prieto y Bel¨¦n Barenys. El martes por la noche, se?ores con boina en la cabeza y cayado en la mano abr¨ªan los ojos ante los dos ¨²nicos escenarios que segu¨ªan entonces en activo, que contaban con una pantalla y proyecciones sobre un ¨¢rbol. ¡°Est¨¢ todo muy bien organizado. Son mucho m¨¢s limpios que nosotros, que dejamos todo peor en las fiestas municipales¡±, a?ad¨ªa Rosa desde el mercadillo. Ni siquiera la m¨²sica, apenas un rumor desde el casco urbano, ha sido problema. ¡°M¨¢s ruido hace un frigor¨ªfico viejo¡±, a?ad¨ªa otra mujer que, eso s¨ª, dec¨ªa que en su paseo por el campamento hab¨ªa visto ¡°muchas drogas¡±. ¡°Pero all¨¢ cada cual con su cuerpo¡±, remataba.
A tres kil¨®metros del pueblo, la m¨²sica cesaba definitivamente cerca de las 11 de la ma?ana de este mi¨¦rcoles, tras una noche m¨¢s tranquila que las anteriores. Con el silencio, cientos de j¨®venes cargados con neveras, colchones y mochilas caminaba por la pista de tierra para desalojar el campamento. Cambiaban los forros polares para superar el fr¨ªo nocturno por bikinis para el calor diurno. Otros se desplazaban en una caravana de veh¨ªculos ralentizada por los controles intensivos de la Guardia Civil. Los agentes de la Agrupaci¨®n de Tr¨¢fico realizaban inspecciones, comprobaban la documentaci¨®n y practicaban pruebas de alcoholemia y consumo de drogas. Durante todo el mi¨¦rcoles se mantuvo un estricto acceso restringido hacia el pueblo con el objetivo de limitar el acceso a las personas, los v¨ªveres y el combustible. La carencia de suministros era una invitaci¨®n m¨¢s que clara a que ya tocaba acabar la fiesta.
¡°Hay que irse y descansar¡±
La mayor¨ªa de asistentes, ya cansados, la aceptaba. ¡°Es una l¨¢stima, pero hay que irse y descansar¡±, subrayaba Andreu, catal¨¢n de Barcelona cuya mand¨ªbula parec¨ªa tener vida propia a primera hora de la tarde. En esos momentos, varias chicas se afanaban en la limpieza de los terrenos. Apilaban decenas de bolsas de basura en dos montones dentro del recinto. La intenci¨®n de la organizaci¨®n era apilarlas en una cuba para llevarlas a un punto limpio, pero aunque pagaron a una empresa para que llevase un contenedor, la Guardia Civil no permiti¨® al cami¨®n acceder hasta la fiesta.
¡°Nos est¨¢n boicoteando, cuando lo que queremos es ya recoger todo y poder salir¡±, a?ad¨ªa Marco, un treinta?ero participante en un evento que ha acabado con cuatro personas detenidas ¡ªdos de ellas, en las ¨²ltimas horas, por tr¨¢fico de drogas¡ª y un joven trasladado al hospital inconsciente por consumo de alcohol el pasado lunes, que fue dado de alta horas despu¨¦s. ¡°Para el movimiento que ha tenido la fiesta, son cifras m¨ªnimas, nada graves¡±, conclu¨ªan fuentes del instituto armado, con muchas m¨¢s ganas de que la rave sea solo un recuerdo que los propios vecinos de La Peza, que han experimentado un amor fugaz con los visitantes temporales que han dado vida al pueblo. Y a los que ya echan de menos como se a?ora a un juvenil amor de verano cuando arrancan las clases.
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