El proletariado perruno entra en la ¨¦lite policial de Granada
¡®Hermes¡¯, un perro mestizo encontrado en la calle, accede a la unidad canina de la Polic¨ªa Local, un tipo de patrulla que suele aceptar solo animales con pedigr¨ª?
Hermes, un perro de siete a?os encontrado con apenas un mes en la calle y mayor de edad para lo que se estila en las fuerzas del orden caninas, ha roto un techo de cristal. Este perro vivaracho, de pelaje negro con grandes manchas blancas y raza indefinida es desde noviembre pasado un miembro m¨¢s ¡ªaunque a¨²n en pr¨¢cticas¡ª de la unidad canina de la Polic¨ªa Local de Granada. Estas unidades est¨¢n acostumbradas a formarse con cierto elitismo de razas y animales con pedigr¨ª ¡ªpastore...
Hermes, un perro de siete a?os encontrado con apenas un mes en la calle y mayor de edad para lo que se estila en las fuerzas del orden caninas, ha roto un techo de cristal. Este perro vivaracho, de pelaje negro con grandes manchas blancas y raza indefinida es desde noviembre pasado un miembro m¨¢s ¡ªaunque a¨²n en pr¨¢cticas¡ª de la unidad canina de la Polic¨ªa Local de Granada. Estas unidades est¨¢n acostumbradas a formarse con cierto elitismo de razas y animales con pedigr¨ª ¡ªpastores belgas malinois, pastores alemanes, labradores, golden retriever, etc.¡ª y la polic¨ªa granadina quiere romper esa costumbre. Hermes es un perro de la calle. Antonio Ord¨®?ez, su due?o y entonces polic¨ªa local en El Ejido (Almer¨ªa), lo encontr¨® en un descampado, advertido por una protectora de animales. Seg¨²n recuerda Ord¨®?ez, Hermes era el ¨²ltimo de una camada de seis. Ahora es la ¨²ltima incorporaci¨®n a los seis perros de la patrulla canina de Granada.
Hermes no puede disimular su origen mestizo, ni tiene por qu¨¦. Lo m¨¢s parecido a definir una raza en Hermes es, dice su due?o, ¡°algo de podenco tiene, por la forma de la cabeza y por su instinto¡±. Su propietario, ahora polic¨ªa local en Granada, lo describe como ¡°cari?oso, con un punto de inseguridad en el primer contacto con desconocidos que se le pasa en seguida¡±. Hermes ha pasado toda su vida bajo los cuidados y atenciones de Ord¨®?ez. Hasta hace unos meses, era un perro dom¨¦stico, sin m¨¢s. Viv¨ªa con su due?o y esperaba en casa a que este volviera de trabajar. La ampliaci¨®n de la plantilla de la unidad canina permiti¨® a Ord¨®?ez ingresar en ella y eso le puso el traje de polic¨ªa a Hermes. Porque en esta unidad han cambiado tambi¨¦n otra tendencia: los perros no son del Ayuntamiento. Por ello, tampoco viven en jaulas en el lugar de trabajo, esperando a que llegue la hora de trabajar. Los perros de esta unidad son de cada polic¨ªa y solo accede a ella quien tiene un animal susceptible de ser bueno en esto. Por eso, Hermes ya no espera m¨¢s a Ord¨®?ez en casa. Los dos salen juntos camino del trabajo y los dos vuelven a la misma hora.
La vida profesional de Hermes comenz¨® en noviembre pasado. ¡°Profesional¡± o ¡°trabajo¡± son modos humanos de llamar a sus horas de perro polic¨ªa. Para estos canes el trabajo es un juego. Se trata de oler y, si aparece la sustancia que le han ense?ado a buscar, se llevan un premio. Su juguete o alguna cosa de comer. Mientras Ord¨®?ez explica a EL PA?S el d¨ªa a d¨ªa de la pareja ¨C¨¦l y su Hermes¨C, el animal no para quieto. Va de all¨¢ para ac¨¢ y, a pesar de ser el ¨²ltimo en llegar, hace valer su edad para poner orden en el resto de miembros de la unidad. ¡°Es el l¨ªder¡±, reconocen los polic¨ªas. Hermes decide si hay que jugar, estar tranquilo y, adem¨¢s, no se corta en reconvenir a sus compa?eros. Nadie lo dir¨ªa de un perro al que, seg¨²n su propietario, ¡°lo que m¨¢s le cuesta es la obediencia inmediata¡±. Acostumbrado a ser mascota dom¨¦stica y mimada, reconoce su due?o, le est¨¢ costando entender que en la polic¨ªa hay que sentarse o correr cuando lo dice el mando. Pero todo es cuesti¨®n de tiempo, comenta Ord¨®?ez.
Su entrenamiento tiene, por el momento, dos vertientes: la obediencia y la b¨²squeda de estupefacientes. Si en la primera a¨²n tiene margen de mejora, en la segunda ya va dejando patentes sus habilidades. A¨²n no ha salido a hacer trabajo real, pero en las pr¨¢cticas ya ha demostrado que es bueno detectando hach¨ªs y marihuana. Pronto har¨¢ su primera ronda de calle y dar¨¢ la oportunidad a su due?o de abrir su primera acta de infracci¨®n por posesi¨®n de drogas. A eso la dedicar¨¢n: a pasear, oler mochilas y personas y, en su caso, a marcarlas en busca del premio para ¨¦l y la multa para el infractor. El trabajo, comenta Ord¨®?ez, le est¨¢ viniendo muy bien a su aspecto f¨ªsico: ¡°Estaba bien pero ahora, con el entrenamiento, est¨¢ mucho m¨¢s ¨¢gil, se le ve muy feliz y muy equilibrado¡±. Y a?ade, sabe distinguir cu¨¢ndo est¨¢ de servicio y cu¨¢ndo no. ¡°Cuando cojo la mochila del trabajo, ya sabe d¨®nde vamos y se viene arriba de felicidad¡±.
La patrulla canina de la polic¨ªa local granadina es claramente partidaria de encontrar perros polic¨ªas fuera de los criaderos especializados. Si se anima a la gente a adoptar perros de centros de acogida o sociedades protectoras, por qu¨¦ ellos no, se preguntan. ¡°La capacidad del perro para hacer bien este trabajo depende sobre todo del entrenamiento y de su relaci¨®n con el due?o. El 80% es el trabajo y el 20%, la capacidad innata del animal¡±, explica ?scar del Pino, responsable de la unidad.
Mientras Ord¨®?ez y Del Pino explican su trabajo, Hermes ha encontrado un compa?ero de carreras y juegos en Stan Lee. Es el pastor alem¨¢n sin linaje que completa el d¨²o de animales de la patrulla ¨Cformado por seis perros y cinco polic¨ªas porque uno aporta dos¨C que no vienen de familia bien. Stan Lee ten¨ªa dos meses y medio cuando fue rescatado en 2018 de un due?o que, con pocos meses, lo paseaba suspendido en el aire con una correa. Alguien lo denunci¨® y la polic¨ªa comprob¨® que ni ten¨ªa documentaci¨®n de propiedad ni estaba bien cuidado. Lo requisaron y, en vez de llevarlo a una protectora, lo ingresaron en el cuerpo. Propiedad del Ayuntamiento primero, ahora es de Antonio S¨¢ez, el polic¨ªa local con el que vive y trabaja. Stan Lee se ha convertido en un perro polic¨ªa curtido, con horas de servicio y mucha marihuana denunciada que, por cierto, no deja de jugar todo el rato.
Bola, un perro de agua negro azabache de un a?o, Pacho, tambi¨¦n perro de agua de dos a?os, y Ares y Klaus, dos malinois de tres a?os y de siete meses, son los compa?eros de Hermes y Stan Lee. Una patrulla canina que sabe mezclar las clases sociales ¨Csi es que los perros saben de eso¨C y las edades y que, en los primeros 20 d¨ªas de este a?o, ya ha completado 40 actas por posesi¨®n de estupefaciente. Su objetivo, el de sus due?os personas, es alcanzar las 600 en todo el a?o.