El secesionismo m¨¢s duro pone a prueba a Puigdemont
Las bases del Gobierno paralelo que lidera el ¡®expresident¡¯ votar¨¢n su gesti¨®n de la organizaci¨®n, as¨ª como su giro pactista ante la investidura de Pedro S¨¢nchez
Una de las grandes inc¨®gnitas de las negociaciones para que Pedro S¨¢nchez revalide la presidencia del Gobierno es el punto de torsi¨®n de Junts per Catalunya. Hasta ahora, el tr¨¢nsito de la estrategia de confrontaci¨®n directa con el Estado a aceptar sentarse para hablar de la investidura lo sostiene que sea Carles Puigdemont ¡ª fundador y alma del partido¡ª el que avale el acercamiento. Esa p¨¢tina de confianza, sin embargo, se enfren...
Una de las grandes inc¨®gnitas de las negociaciones para que Pedro S¨¢nchez revalide la presidencia del Gobierno es el punto de torsi¨®n de Junts per Catalunya. Hasta ahora, el tr¨¢nsito de la estrategia de confrontaci¨®n directa con el Estado a aceptar sentarse para hablar de la investidura lo sostiene que sea Carles Puigdemont ¡ª fundador y alma del partido¡ª el que avale el acercamiento. Esa p¨¢tina de confianza, sin embargo, se enfrenta esta semana a una prueba de estr¨¦s con la consulta interna del Consell de la Rep¨²blica, el gobierno paralelo que lidera el expresident desde Bruselas. Un Puigdemont desacostumbrado a que los suyos le tosan, se enfrenta ahora a que sus bases puedan enmendar tanto su gesti¨®n en la organizaci¨®n como su giro pactista ante la investidura.
Junts y la entidad que naci¨® para institucionalizar la ¡°v¨ªa del exilio¡± y el mandato republicano supuestamente emanado del refer¨¦ndum ilegal de 2017 no tienen ninguna vinculaci¨®n org¨¢nica. Y aunque la figura de Puigdemont es tutelar ambas partes, el expresident dej¨® de ser el l¨ªder del partido en mayo de 2022 para centrarse en presidir el ente con sede en un chalet de Waterloo, que funciona gracias a las cuotas que abonan sus m¨¢s de 100.000 socios.
En marzo de ese mismo a?o, cuando fue reelegido como presidente del Consell por 102 votos frente a los siete de su contrincante, Puigdemont dijo que la entidad estaba llamada a culminar el camino a la secesi¨®n, ¡°reduciendo su dependencia¡± de los partidos secesionistas a los que afe¨® su incapacidad de consensuar una nueva estrategia.
Esquerra, tras un primer momento de simpatizar con la idea del Consell, termin¨® alej¨¢ndose al sospechar que el expresident maniobraba para retener la batuta pol¨ªtica del independentismo. Junts, por su parte, acus¨® a sus entonces socios de querer denigrar la figura de Puigdemont al renunciar a esa f¨®rmula de unir a las formaciones secesionistas en ¡°el territorio libre¡± de B¨¦lgica.
Ese cisma de nacimiento no impidi¨® que el Consell desplegara su estructura, compuesta de un ¨®rgano ejecutivo (el govern que preside Puigdemont y donde tambi¨¦n est¨¢ el eurodiputado Toni Com¨ªn) y un ¡°legislativo¡±, la asamblea de representantes, 100 personas que votan los afiliados y que tiene la potestad para controlar la ¡°acci¨®n pol¨ªtica¡±.
El Consell termin¨® por insertarse como una entidad m¨¢s en el ecosistema independentista, aunque sin alcanzar jam¨¢s el peso e influencia de la Assemblea Nacional Catalana u ?mnium Cultural. Iniciativas tales como querer dar al carn¨¦ de afiliado (que costaba 12 euros) el estatus de ¡°identidad digital republicana¡± facilit¨® que sus detractores la ubicaran casi en el terreno de la nostalgia por el momento ¨¢lgido del proc¨¦s.
Esa vida casi anodina dio un vuelco total tras las elecciones generales del 23 de julio y la necesidad de los socialistas de contar con los siete votos de Junts para revalidar el actual Ejecutivo. El militante de base Carles Puigdemont autom¨¢ticamente asumi¨® el protagonismo de las negociaciones de Junts. Algo que se solap¨® con el anuncio, el 28 de agosto, de que disolv¨ªa la asamblea de representantes y se propon¨ªa retocar su funcionamiento. La decisi¨®n gener¨® descontento entre un sector y en un manifiesto suscrito por una treintena de miembros la calificaron de ¡°ejercicio de autoritarismo de corte bonapartista¡±, tras recordar que faltaba poco m¨¢s de dos meses para que se celebraran las elecciones correspondientes.
La propuesta de cambios en la arquitectura del Consell, que anunci¨® en agosto Puigdemont, se someter¨ªa a una consulta que acaba este lunes y cuyos resultados se conocer¨¢n este martes. Com¨ªn, que ha capitaneado una tormenta que directamente salpica a Puigdemont, defiende que la divisi¨®n en dos c¨¢maras por la que abogan recoge la experiencia de rodaje de estos a?os. El resultado, con consecuencias relativas sobre lo que haga Junts, efectivamente permitir¨¢ medir la extensi¨®n del malestar por la gesti¨®n de quien hasta ahora era un l¨ªder intocable.
Y fue precisamente en ese clima de desencanto cuando se forz¨® otra votaci¨®n que comienza este martes y claramente se enfrenta al camino defendido por Puigdemont. El Consell permite consultar a sus afiliados temas concretos si reciben el aval de m¨¢s del 1% de los inscritos y as¨ª lo confirma su sindicatura electoral propia. A principios de octubre se dio el visto bueno a que se pregunte si el ente ¡°tiene que promover el bloqueo a la investidura¡± por parte de los partidos independentistas.
El Consell no ser¨ªa la primera entidad independentista que abiertamente se oponga a un pacto en Madrid. De hecho, la ANC lleva semanas insistiendo en que la ¨²nica negociaci¨®n que deber¨ªa hacerse es la de los t¨¦rminos de la independencia de Catalu?a. Pero a nadie se le escapa que Puigdemont quedar¨ªa en una posici¨®n inc¨®moda en caso de un voto a favor del bloqueo.
El golpe ser¨ªa m¨¢s de car¨¢cter emocional que efectivo. Si bien pol¨ªticamente los socios del Consell estar¨ªan m¨¢s cerca de las tesis de confrontaci¨®n en el independentismo, algunas voces de Junts aceptan en privado que dependiendo de la movilizaci¨®n ser¨ªa posible hacer cierto esbozo sobre el apoyo y la percepci¨®n en parte de las bases independentistas del giro negociador.
El peso de la posici¨®n de las entidades independentistas en los virajes de los partidos ha respondido m¨¢s a una confluencia de intereses que a un ejercicio real de escucha. Junts, en otros momentos decisorios, ha sometido a sus bases la toma de decisiones como, por ejemplo, salir del Govern hace un a?o. En el partido no confirman si esta vez habr¨¢ votaci¨®n y sobre qu¨¦. All¨ª nadie osa cuestionar la autoridad de Puigdemont.