Abascal se coloca el cord¨®n sanitario que nunca le puso el PP
Vox, con su doble bandazo en Espa?a y la UE, se libra de ataduras para intentar subirse a la ola de la extrema derecha europea m¨¢s xen¨®foba y antipol¨ªtica
La noche del 2 de diciembre de 2018, Juan Manuel Moreno compareci¨® en la sede del PP andaluz con una sonrisa de oreja a oreja y pose de ganador. Su partido hab¨ªa perdido el 20% de sus parlamentarios en las auton¨®micas, hasta quedarse en 26, Ciudadanos le soplaba en la nuca (21) y el PSOE hab¨ªa ganado con claridad (33). Entonces, ?por qu¨¦ tanta alegr¨ªa? Porque Moreno daba por seguros ya aquella misma noche, sin ninguna deliberaci¨®n en los ¨®rganos del partido, los 12 votos de Vox para convertir...
La noche del 2 de diciembre de 2018, Juan Manuel Moreno compareci¨® en la sede del PP andaluz con una sonrisa de oreja a oreja y pose de ganador. Su partido hab¨ªa perdido el 20% de sus parlamentarios en las auton¨®micas, hasta quedarse en 26, Ciudadanos le soplaba en la nuca (21) y el PSOE hab¨ªa ganado con claridad (33). Entonces, ?por qu¨¦ tanta alegr¨ªa? Porque Moreno daba por seguros ya aquella misma noche, sin ninguna deliberaci¨®n en los ¨®rganos del partido, los 12 votos de Vox para convertirse en presidente. Nadie le tosi¨® en el PP, que recibi¨® al reci¨¦n llegado como un socio natural. Siguiendo el guion previsto, Moreno pact¨® con Vox, fue investido y desde entonces ambas formaciones han firmado acuerdos por sistema.
Esa es la singularidad de la extrema derecha espa?ola: jam¨¢s sufri¨® un cord¨®n sanitario. El PP pact¨® con ella desde el minuto uno, d¨¢ndole poder y legitimidad, coloc¨¢ndose as¨ª al margen de sus partidos hermanos en pa¨ªses de tradiciones dispares pero que comparten pedigr¨ª antifascista. Parad¨®jicamente, ahora es Vox el partido que renuncia a buena parte de ese privilegio rompiendo con el PP en cinco gobiernos auton¨®micos, una maniobra que busca mayor libertad de movimientos para jugar la carta de la antipol¨ªtica y la xenofobia, v¨ªas de crecimiento por las que la extrema derecha est¨¢ apostando ¡ªcon buenos resultados¡ª en toda Europa, en una ola a la que Abascal y los suyos no terminan de subirse.
Las elecciones europeas de junio demostraron a Vox que el nacionalismo antiinmigraci¨®n mezclado con el rechazo a todo el establishment pol¨ªtico, no solo a la izquierda, es una v¨ªa segura para el auge de su corriente pol¨ªtica. Pero esa no es una f¨®rmula f¨¢cil de desplegar como socio menor del PP, partido sist¨¦mico, en cinco comunidades. Precisamente en esa contradicci¨®n se ha cebado la nueva fuerza de extrema derecha, la de Alvise P¨¦rez, que presenta a Vox como parte de la misma ¡°partitocracia¡± que el PP y el PSOE y que usa un discurso a¨²n m¨¢s exaltado que el de Abascal ¡ªpromete meter en la c¨¢rcel al presidente¡ª, a¨²n m¨¢s antipol¨ªtico y populista, a¨²n m¨¢s enardecido contra la UE, a¨²n m¨¢s desatado en su xenofobia y puramente conspiranoico. Cosas de la pol¨ªtica: la inexistencia de un cord¨®n sanitario le dio a Vox acceso temprano a los despachos oficiales, pero al mismo tiempo lo hizo pronto sospechoso de haberse convertido en la ultraderechita cobarde.
Vox ha reaccionado a la acusaci¨®n de ser un ¡°partido vendido¡±, t¨ªpica entre formaciones en competici¨®n por el mismo electorado, con una ¡°imitaci¨®n¡± de los comportamientos del nuevo ¡°enano a su derecha¡±, se?ala Steven Forti, autor de Extrema derecha 2.0. Dicha reacci¨®n presagia un embrutecimiento todav¨ªa mayor de la disputa pol¨ªtica en ese extremo del tablero, donde ser¨¢ clave la explotaci¨®n de malestares y odios, con el inmigrante pobre como v¨ªctima propiciatoria. ¡°Primero el PP se ultraderechiz¨® para frenar a Vox, sin conseguirlo. Ahora Vox se radicaliza a¨²n m¨¢s para frenar a Alvise. Veremos d¨®nde nos conduce esta din¨¢mica¡±, apunta Forti.
Con Orb¨¢n y Le Pen, mirando a Trump
La ruptura con el PP forma parte de una coreograf¨ªa mayor, que incluye un bandazo de Vox en la UE que tambi¨¦n supone la renuncia a aparecer como extrema derecha presentable y revela la aspiraci¨®n de rentabilizar angustias sociales desde posiciones antipol¨ªticas. El partido ha salido del grupo Conservadores y Reformistas Europeos, dando plant¨®n a los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, para integrarse en Patriotas por Europa, el club apadrinado por el h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n, el gran referente ideol¨®gico de Abascal, y que tiene como principal fuerza a Reagrupamiento Nacional (RN), de Marine Le Pen. Este cambio de equipo aleja a Vox de cualquier posible pacto con el Partido Popular Europeo. Es decir, ya antes de su ruptura auton¨®mica con el PP en Espa?a, Vox se hab¨ªa colocado en la UE al otro lado de un cord¨®n sanitario, all¨¢ donde el rechazo a las ya de por s¨ª duras pol¨ªticas migratorias europeas supera en beligerancia al de Meloni, implicada en el pacto comunitario.
Felipe Gonz¨¢lez Santos, investigador en la Universidad Babe?-Bolyai de Cluj-Napoca, en Ruman¨ªa, donde estudia las relaciones entre extremas derechas, sit¨²a los dos movimientos de Vox en la misma l¨®gica centr¨ªfuga y radicalizada, aunque los desencadenantes hayan sido diferentes. La ruptura espa?ola, sostiene, obedece sobre todo a la ¡°presi¨®n¡± de Alvise. El cambio de grupo europeo responde, a su juicio, a una voluntad de reubicaci¨®n de Vox con la vista puesta en un posible triunfo de Donald Trump en noviembre. ¡°Si ocurre, Orb¨¢n tendr¨¢ prioridad en las relaciones con Estados Unidos dentro de la UE, y Vox se beneficiar¨¢¡±, se?ala. Coincide el analista de relaciones internacionales Pablo del Amo: la posibilidad de que Trump vuelva a la Casa Blanca explica la maniobra de Abascal, que comparte la idea, muy asentada en la extrema derecha europea, de que el ¡°enfado¡± por la estrategia de Bruselas con respecto a la guerra de Ucrania ir¨¢ creciendo en toda la UE y Trump se encargar¨¢ de alimentarlo. Si eso ocurre, coger¨¢ a Vox en el lugar adecuado para sacarle partido, interpreta este experto.
As¨ª que tanto en Espa?a como en la UE Vox se escora y busca el viento de cola de malestares que prev¨¦ cada vez m¨¢s descontrolados, para dirigirlos contra el inmigrante y contra todo aquello que pueda ser identificado como ¡°¨¦lite pol¨ªtica¡±, sea en Espa?a o en Bruselas. Es una doble apuesta de Vox al todo mal, que funcionar¨¢ mejor cuanto peor vayan las cosas. En esa posici¨®n incendiaria queda el tercer partido en el Congreso y potencial socio de Alberto N¨²?ez Feij¨®o para convertirse en presidente.
A pesar de la ruptura auton¨®mica, el PP sigue atado a Vox. No solo porque siguen en pie los pactos municipales, o porque el PP depender¨¢ de Vox para aprobar leyes en las comunidades donde no tiene mayor¨ªa, o porque a¨²n parece su ¨²nico aliado posible para llegar al Gobierno. El motivo fundamental ¡ªexplica G¨®mez Santos¡ª es que el propio PP lleva a?os esforz¨¢ndose por presentar a la extrema derecha como una opci¨®n ¡°leg¨ªtima¡±, idea que ha calado en parte de su propio electorado. La pregunta es si ahora Feij¨®o ver¨¢ en el movimiento de Abascal una oportunidad para crecer por el centro o si acudir¨¢ a cubrir su flanco derecho. El debate sobre inmigraci¨®n, que ya era el gran tema de la pol¨ªtica europea y se abre paso tambi¨¦n como tal en la espa?ola, ofrecer¨¢ la oportunidad de comprobarlo.