Anatom¨ªa de un meme racista: tres ensayos para una Falsa Revoluci¨®n
La explotaci¨®n de un crimen horrendo permite crear la ilusi¨®n de un pueblo que se levanta contra un Gobierno represivo que prioriza los derechos de los inmigrantes sobre el bienestar de su poblaci¨®n
La nueva temporada empieza en Irlanda, cuando un hombre ataca a tres ni?os y dos adultos con un cuchillo en el centro de Dubl¨ªn. Dos noticias recorren los grupos privados y masivos de Facebook, Telegram y WhatsApp: el asaltante es un inmigrante sin papeles y los ni?os est¨¢n muertos. Ninguna es verdad.
Los ni?os est¨¢n vivos y el asaltante es un hombre de 50 a?os de nacionalidad irlandesa, pero de origen argelino. Medio millar de personas revientan cristales, queman coches y tiran piedras a la polic¨ªa. Buscan centros de ac...
La nueva temporada empieza en Irlanda, cuando un hombre ataca a tres ni?os y dos adultos con un cuchillo en el centro de Dubl¨ªn. Dos noticias recorren los grupos privados y masivos de Facebook, Telegram y WhatsApp: el asaltante es un inmigrante sin papeles y los ni?os est¨¢n muertos. Ninguna es verdad.
Los ni?os est¨¢n vivos y el asaltante es un hombre de 50 a?os de nacionalidad irlandesa, pero de origen argelino. Medio millar de personas revientan cristales, queman coches y tiran piedras a la polic¨ªa. Buscan centros de acogida de personas sin papeles para atacar las instalaciones y lo que haya dentro. Los violentos gritan que la inmigraci¨®n es un ataque contra la sociedad irlandesa. Hermann Kelly, presidente del Irish Freedom Party, anuncia que el ataque es consecuencia del ¡°irresponsable sistema de fronteras abiertas¡± de la UE.
Irlanda tiene un largo historial de violencia callejera y desencanto civil. Esto es diferente. El ¡°movimiento¡± es pol¨ªticamente disperso, y parece liderado por influencers digitales que aprovechan la distribuci¨®n hiperpersonalizada de las redes sociales para apelar a un espectro muy variado del pa¨ªs: estudiantes y jubilados, amas de casa, trajeados burgueses y punks. M¨¢s ins¨®lito todav¨ªa; marchan juntas la bandera tricolor de la Rep¨²blica y la Union Jack junto a banderas fenianas (nacionalista irland¨¦s), invocando nostalgia de la lucha armada para la generaci¨®n que no la vivi¨®.
Enemigos irreconciliables que se unen para atacar centros de acogida, quemar bares de shisha y cantar ¡°fuera Islam¡±. Les une un contexto de rentas bajas, degradaci¨®n de los servicios b¨¢sicos, crisis de la vivienda y burbuja del alquiler. Creen que los migrantes reciben la protecci¨®n, los beneficios sociales y el acceso a la vivienda que el Gobierno niega a la poblaci¨®n.
La derecha estadounidense llama a la Guerra Civil en Irlanda. En Telegram la ultraderecha francesa clama ¡°Bravo ¨¤ la r¨¦sistance¡°. ¡°El Primer Ministro irland¨¦s odia a los irlandeses¡±, tuitea Elon Musk. ¡°La supresi¨®n del pueblo irland¨¦s es el verdadero crimen¡±, dice en otro tuit. En la misma plataforma, Tucker Carson le pregunta a Steve Bannon por qu¨¦ quiere el Gobierno irland¨¦s reemplazar a la poblaci¨®n nativa por gente del tercer mundo. Bannon dice que es su alianza con Bruselas y sugiere que esos ¡°peque?os partidos¡± violentos salvar¨¢n el pa¨ªs.
El segundo cap¨ªtulo es Southport, Inglaterra. Un hombre asesina a tres ni?as con un cuchillo. Dos noticias recorren las redes: lleg¨® en cayuco el a?o pasado y est¨¢ en la lista de vigilancia del MI6. Ninguna es verdad.
El verdadero exdirector del M16 denuncia que hay cuentas del Kremlin amplificando los bulos, que ahora incluyen contenidos generados por IA. El asaltante es un joven de 17 a?os nacido en Cardiff, pero de nombre y padres ruandeses. Centenares de ¡°protestantes¡± de extrema derecha descienden sobre la ciudad, provocando el peor brote de violencia ultra de la posguerra.
Atacan centros de acogida llenos de ni?as de la edad de las asesinadas. Los padres de las v¨ªctimas piden que no haya m¨¢s violencia en nombre de sus hijas. Vigilantes callejeros recrean la escena m¨¢s aterradora de la reciente pel¨ªcula de Alex Garland, Guerra Civil. ¡°La guerra civil es inevitable¡±, tuitea Elon Musk. Hay un hashtag: #EnoughIsEnough.
Inglaterra tiene un largo historial de violencia racista. En este momento, la extrema derecha es un puzzle desordenado de alianzas rotas que gravita en torno a un hombre que se hace llamar Tommy Robinson, un hooligan del Luton Town que recibe apoyo medi¨¢tico y financiaci¨®n de fundaciones de la ultraderecha estadounidense. Steve Bannon lo llam¨® ¡°h¨¦roe¡± en un acto del Partido Conservador.
Y est¨¢ en Espa?a, cuando un hombre enmascarado mata a pu?aladas a un ni?o de 11 a?os. Se activa el patr¨®n. Las redes propagan el bulo: es un ¡°moro¡±, un magreb¨ª y un mena (Menor Extranjero No Acompa?ado).
El bulo se amplifica en una docena de idiomas por los pseudomedios, los Tommy Robinsons y el resto de sospechosos habituales. La familia es atacada por pedir que ¡°no se criminalice a nadie por la etnia, por la raza, por el color, por su creencia¡±. Se se?ala como objetivo una mezquita y un hotel que presuntamente aloja a migrantes africanos en la ciudad. ¡°Hasta que no cierren las fronteras, por cada ni?o que muera en manos de un moro debemos contraatacar y aplicar la justicia popular con nuestras #PatrullasUrbanas a los suyos¡±, dice una cuenta llamada Movimiento Nacional. Pero este cap¨ªtulo tiene un giro de tuerca.
El asaltante es un espa?ol blanco hijo de blancos espa?oles con un 70% de discapacidad mental. Los perfiles de peso borran sus huellas. Los influencers locales tratan de levantar sin ¨¦xito un nuevo bulo: la polic¨ªa est¨¢ usando a un discapacitado para proteger al inmigrante criminal.
¡°La dictadura empez¨® hace tiempo¡±
Este ¡°movimiento¡± por la ¡°libertad¡± empez¨® en pandemia, capitalizando la ansiedad ciudadana contra las medidas del Estado. Una nueva generaci¨®n de ¡°activistas digitales¡± empiezan a denunciar la dictadura de las mascarillas y el confinamiento, monetizando sus campa?as en la red social.
Despu¨¦s siguen con las vacunas y la no escolarizaci¨®n. Se hibridan con los veteranos de los chemtrails, las antenas 5G y QAnon y son amplificados por las redes MAGA y las grandes infraestructuras de desinformaci¨®n estatal: Kremlin, China, Venezuela, Ir¨¢n. Cuando se acaban las medidas temporales, sus esfuerzos se concentran en temas m¨¢s eternos: misoginia, inmigrantes y la demonizaci¨®n del Islam.
En esta temporada, los inmigrantes matan ni?os con cuchillos. En otras son terroristas o mancillan ni?as y mujeres y decapitan beb¨¦s. Son ingredientes cl¨¢sicos en campa?as de deshumanizaci¨®n dise?adas para justificar actos de violencia contra grupos marginados. Pero el Movimiento ofrece un nuevo relato que trasciende el meme racista: el de una ciudadan¨ªa obligada a levantarse contra su propio Gobierno para acabar con la explotaci¨®n de las ¨¦lites y proteger a los suyos de una invasi¨®n.
¡°La guerra ha empezado hace tiempo¡± y ¡°la dictadura empez¨® hace tiempo¡± son los estribillos de esa canci¨®n. Los m¨¢s violentos son desechables y ¨²tiles. Sirven para que los grupos pol¨ªticos asociados puedan codificar los arrestos como ejemplos de una dictadura que ¡°empez¨® hace tiempo¡± y que ¡°tenemos que parar¡±.
Las medidas contra los delitos de odio son ataques contra la libertad de expresi¨®n. Nigel Farage, l¨ªder del partido de ultraderecha Reform UK, llam¨® al actual primer ministro brit¨¢nico, Keir Starmer, ¡°la mayor amenaza a la libertad de expresi¨®n que hemos visto en nuestra historia¡±. Musk lo retuite¨® con un comentario: ¡°True¡± (verdad). Cuando el pueblo se levanta contra la dictadura de un Gobierno ileg¨ªtimo, no es un asalto a las instituciones. Es una revoluci¨®n¡±.
John Berger dec¨ªa que las manifestaciones son ensayos para la revoluci¨®n. Estas revueltas racistas mem¨¦ticas son ensayos para legitimar un nuevo asalto a las instituciones democr¨¢ticas. Donald Trump ya ha anunciado que s¨®lo aceptar¨¢ el resultado de las elecciones si las gana. Si las pierde, el asalto ser¨¢ retrasmitido por X como la #NuevaRevoluci¨®nAmericana.