La dana arrasa la cuna del abanico en Espa?a y arruina una f¨¢brica familiar de tres generaciones
La riada inund¨® la f¨¢brica de Abanicos Burriel, ubicada en Aldaia, una localidad especializada en ese producto tradicional espa?ol
No era todav¨ªa la medianoche. Noem¨ª Burriel, que se hab¨ªa quedado en la f¨¢brica esperando a que su novio la recogiera, trataba de salvar lo que pod¨ªa en los escaparates m¨¢s altos de la estanter¨ªa. A oscuras, con la linterna del m¨®vil y el agua casi por la cintura, mov¨ªa de un lado para otro las cajas llenas de abanicos, varillajes y todo el producto en el que hab¨ªan venido trabajando durante las ¨²ltimas semanas. Agarraba lo que pod¨ªa y lo sub¨ªa a la planta de arriba, pero cuando bajaba de nuevo todo lo que ve¨ªa eran las cajas y la materia prima flotando en todo el lugar, con las m¨¢quinas con e...
No era todav¨ªa la medianoche. Noem¨ª Burriel, que se hab¨ªa quedado en la f¨¢brica esperando a que su novio la recogiera, trataba de salvar lo que pod¨ªa en los escaparates m¨¢s altos de la estanter¨ªa. A oscuras, con la linterna del m¨®vil y el agua casi por la cintura, mov¨ªa de un lado para otro las cajas llenas de abanicos, varillajes y todo el producto en el que hab¨ªan venido trabajando durante las ¨²ltimas semanas. Agarraba lo que pod¨ªa y lo sub¨ªa a la planta de arriba, pero cuando bajaba de nuevo todo lo que ve¨ªa eran las cajas y la materia prima flotando en todo el lugar, con las m¨¢quinas con el agua por la mitad. Finalmente se resguard¨® en la segunda planta y esper¨® el amanecer. As¨ª pas¨® toda la noche del martes al mi¨¦rcoles, cuando la dana se ceb¨® con la provincia de Valencia y convirti¨® a Aldaia, una localidad de 31.000 habitantes donde est¨¢ situada la f¨¢brica, en una riada de coches arrasados y domicilios inundados.
Noem¨ª se hab¨ªa despedido de su padre, Javier Burriel, y de su t¨ªo, Daniel, horas antes ese martes. Ambos se hab¨ªan ido a casa antes de que se desembocara la riada y se supon¨ªa que a ella la recoger¨ªa su pareja en la f¨¢brica un rato m¨¢s tarde. Esa f¨¢brica se ha convertido pr¨¢cticamente en su casa desde que ella empez¨® a trabajar all¨ª, en el negocio de la familia.
Este 2024 tendr¨ªa que haber sido un a?o de fiesta para los Burriel: la f¨¢brica cumpl¨ªa 60 a?os desde que Salvador Burriel y Pilar Castellano la fundaron en 1964. Entonces era un peque?o y polvoriento taller, pero ahora, antes de la peor gota fr¨ªa del siglo en Espa?a, era una boyante empresa de abanicos con dos tiendas en Valencia y que provee abanicos a tiendas en Francia, Italia, Inglaterra y otros pa¨ªses.
Daniel Burriel todav¨ªa no se atreve a cuantificar las p¨¦rdidas. ¡°Est¨¢ todo lleno de barro, charcos, todo el material est¨¢ para tirar, la madera tambi¨¦n en cuanto se moja mucho se curva y ya no podemos trabajarla¡±, explica en conversaci¨®n tel¨¦fonica con este peri¨®dico. Afuera, los coches se apilan unos encima de otros, los vecinos tratan de salvar lo que pueden en sus domicilios inundados y la Generalitat empieza a anunciar ayudas para los afectados. Entre materias primas, producto ya elaborado, almacenado y dem¨¢s, podr¨ªan ser 30.000 o 50.000 euros dice. Su esperanza es que las m¨¢quinas no hayan quedado averiadas por completo. En la cuenta de Instagram de la empresa han publicado un aviso: ¡°En cuanto a las tiendas no sabemos si abriremos, ni qui¨¦n ni cu¨¢ndo; en cuanto sepamos algo os diremos¡±.
A Aldaia se le conoce popularmente como la cuna del abanico. Desde el siglo XVIII empez¨® a consolidarse en la localidad esta industria y ya entonces naci¨® el Gremio de Maestros Artesanos Abaniqueros. Hoy hay decenas de talleres en el pueblo y de hecho all¨ª est¨¢ el primer museo dedicado al abanico en Espa?a, el Museu del Palmito d¡¯ Aldaia (MUPA).
En la ¡®Ruta de los palmiteros de Aldaia¡¯ del museo aparece la f¨¢brica de los Burriel. ¡°Confecciona abanicos de gran calidad¡±, se lee all¨ª y se alaban sus varillajes elaborados con maderas nobles, hueso o nacarada y con randes y pinturas que siguen la tradici¨®n artesana. Noem¨ª Burriel, en medio de todo, dice que al menos se alegra de haber estado ah¨ª. ¡°No pod¨ªa hacer nada, pero estaba ah¨ª¡±, dice. Y concluye: ¡°siento que por lo menos proteg¨ª un poco mi casa¡±.