El fango de la corrupci¨®n navega entre dos aguas
La urgencia en la contrataci¨®n de las grandes obras suele ser un reclamo para personajes sin escr¨²pulos
El volquete de un cami¨®n basculante, tambi¨¦n llamado ba?era, suele tener una capacidad de carga de unas dos toneladas y media, dependiendo, claro est¨¢, del tipo de material que transporte, y en las calles de los pueblos de Valencia arrasados por la inundaci¨®n se recogen cada jornada 2.500 toneladas de residuos. Si se tiene en cuenta que, en realidad, esos residuos est¨¢n formados por una aleaci¨®n muy compacta de barro y recuerdos, de los muebles que formaron el escenario de la vida de miles de personas mezclados con las ca?as de las riberas de los r¨ªos en los que te ba?aste por primera vez, de ...
El volquete de un cami¨®n basculante, tambi¨¦n llamado ba?era, suele tener una capacidad de carga de unas dos toneladas y media, dependiendo, claro est¨¢, del tipo de material que transporte, y en las calles de los pueblos de Valencia arrasados por la inundaci¨®n se recogen cada jornada 2.500 toneladas de residuos. Si se tiene en cuenta que, en realidad, esos residuos est¨¢n formados por una aleaci¨®n muy compacta de barro y recuerdos, de los muebles que formaron el escenario de la vida de miles de personas mezclados con las ca?as de las riberas de los r¨ªos en los que te ba?aste por primera vez, de las fotograf¨ªas de los abuelos que quiz¨¢s no llegaste a conocer, de las primeras cartas de amor o de desenga?o, de las escrituras de la casa, de aquella colecci¨®n de discos que te gustaban tanto o de aquel juguete de tu hija peque?a que nunca te atreviste a tirar; de la m¨²sica de viol¨ªn que sub¨ªa por el patinillo o de las ¨²ltimas gafas de cerca que us¨® tu madre, entonces es muy dif¨ªcil que una simple divisi¨®n ¡ª?cu¨¢ntos volquetes se necesitan al d¨ªa?¡ª arroje un resultado correcto. Una cifra, la que sea, nunca se acercar¨¢ al coste emocional, a la p¨¦rdida de identidad personal y colectiva que los vecinos que no hayan pagado ya con su vida tendr¨¢n que arrastrar durante mucho tiempo.
¡ªFaltan los crespones de las banderas.
Son las once y cuarto de la ma?ana en el n¨²mero 77 de la calle de la Democracia. El consejero de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, Vicente Mart¨ªnez Mus, ha convocado a la prensa para informar de los trabajos de desescombro y reparaci¨®n de las infraestructuras que la riada se llev¨® por delante. Un empleado se ha dado cuenta a ¨²ltima hora de la ausencia de los lazos negros y Mart¨ªnez Mus, un antiguo senador del Partido Popular que no entr¨® en el Gobierno de Carlos Maz¨®n hasta que Vox peg¨® la espantada, espera a que el escenario quede perfecto. Llaman mucho la atenci¨®n estos d¨ªas en Valencia dos circunstancias. Una, que salvo por algunos coches que circulan con los bajos embarrados, nada hace pensar que, a solo seis kil¨®metros de distancia, miles de vecinos siguen sumergidos en una pesadilla inimaginable, mucho m¨¢s dura de lo que las c¨¢maras de televisi¨®n, la radio o las cr¨®nicas de los peri¨®dicos aciertan a transmitir. Lo segundo que hasta ayer mismo resultaba muy chocante era que los m¨¢ximos responsables pol¨ªticos de la comunidad aut¨®noma segu¨ªan, m¨¢s de una una semana despu¨¦s de la tragedia, mudos y escondidos. La estrategia parece haber cambiado, y entre los que salieron a dar la cara estaba Mart¨ªnez Mus.
El consejero evit¨® por todos los medios salirse del guion que, por si acaso, tra¨ªa escrito. Se trataba de informar del estado de las obras de infraestructura necesarias para que la normalidad pueda restablecerse lo antes posible y evitar meterse en cualquier pol¨¦mica. Todo transcurr¨ªa seg¨²n lo deseado por el alto cargo del PP hasta que, desde el fondo de la sala, surgi¨® una pregunta:
¡ªDados los antecedentes de corrupci¨®n que tiene esta Comunidad y el Estado en general, ?se est¨¢n tomando las medidas necesarias para que nadie aproveche la situaci¨®n de emergencia para lucrarse, como ya ha sucedido en m¨²ltiples ocasiones?
¡ªPues mire, se lo digo como lo siento ¡ªcontest¨® Mart¨ªnez Mus¡ª. La verdad es que no me ha preocupado nada de eso. Me ha preocupado m¨¢s atender las necesidades urgentes. Hemos intentado ser lo m¨¢s escrupulosos posible, pero le confieso que no miramos con demasiado detalle en qu¨¦ sistema hab¨ªa que hacerlo.
La primera respuesta de Mart¨ªnez Mus result¨® sorprendente, sobre todo porque en la n¨®mina de su partido en la comunidad han figurado elegantes forajidos y piadosos delincuentes, y si hablamos de la acera de enfrente, ayer mismo el Tribunal Supremo asumi¨® la investigaci¨®n al exministro de Transportes socialista Jos¨¦ Luis ?balos y dej¨® que la Audiencia Nacional siguiera investigando a Koldo Garc¨ªa y al empresario V¨ªctor de Aldama, quienes seg¨²n todos los indicios se aprovecharon de la emergencia derivada de la pandemia para obtener contratos p¨²blicos de compraventa de material sanitario. Hay un dato que deber¨ªa preocupar al consejero de Maz¨®n. El Gobierno de Pedro S¨¢nchez aprob¨® el 14 de marzo de 2020 el decreto para hacer frente a la emergencia sanitaria, y el d¨ªa 20 ya estaban Koldo y sus secuaces maquinando la manera de hacerse ricos con las mascarillas.
La respuesta inmediata ¨Co tal vez demasiado sincera¡ªde Mart¨ªnez Mus fue remediada enseguida por su directora general de Carreteras, Mar¨ªa Jos¨¦ Mart¨ªnez Ruzafa, que sali¨® al quite para garantizar que ya se est¨¢n tomando medidas para ajustarse a la ley y evitar abusos, pero la experiencia no invita al optimismo.
Se cumplen ahora 22 a?os del naufragio del Prestige. Hay demasiadas im¨¢genes de lo que est¨¢ sucediendo en Valencia que remiten a aquellos d¨ªas en Galicia. El trabajo necesario y emocionante de los voluntarios, desde luego, pero tambi¨¦n la actuaci¨®n mim¨¦tica del PP, que primero no supo evitar la tragedia, luego minti¨® para maquillarla y finalmente arremeti¨® contra quienes le ped¨ªan responsabilidades. Ser¨¢ imprescindible estar atentos desde ya. La corrupci¨®n, como el fuel del Prestige, navega entre dos aguas.