Felipe VI preside por primera vez el funeral de un represaliado por el franquismo
El Rey asiste junto a representantes de todos los partidos a las exequias de Rafael Altamira, un ¡°liberal republicano condenado al exilio¡±, cuyos restos han sido repatriados desde M¨¦xico
El humanista Rafael Altamira, un ¡°liberal de raigambre republicana¡± al que ¡°su patria conden¨® al exilio¡±, seg¨²n sus descendientes, se ha convertido en el primer represaliado por el franquismo que ha protagonizado un funeral presidido por el rey Felipe VI. El acto, celebrado este lunes en el cementerio de El Campello (30.600 habitantes, Alicante) culmina un proceso de repatriaci¨®n de los restos de Altamira y los de su mujer, Pila...
El humanista Rafael Altamira, un ¡°liberal de raigambre republicana¡± al que ¡°su patria conden¨® al exilio¡±, seg¨²n sus descendientes, se ha convertido en el primer represaliado por el franquismo que ha protagonizado un funeral presidido por el rey Felipe VI. El acto, celebrado este lunes en el cementerio de El Campello (30.600 habitantes, Alicante) culmina un proceso de repatriaci¨®n de los restos de Altamira y los de su mujer, Pilar Redondo, desde el Pante¨®n Espa?ol de M¨¦xico, en el que fue enterrado en 1951, hasta el del municipio tur¨ªstico alicantino. Descansar¨¢ en el lugar en el que quer¨ªa retirarse de la vida oficial, seg¨²n expres¨® en una entrevista.
La figura del jurista, pedagogo, historiador y literato alicantino ha concitado la adhesi¨®n de representantes de todas las administraciones del Estado y distinto color pol¨ªtico, como el ministro de Memoria Democr¨¢tica, ?ngel V¨ªctor Torres y la delegada de Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernab¨¦, ambos socialistas, o el presidente de la Generalitat, Carlos Maz¨®n, y el de la Diputaci¨®n de Alicante, Toni P¨¦rez, populares.
Pese a los intentos por parte de representantes de Vox en El Campello de rebajar el compromiso republicano y su condici¨®n de exiliado, la figura de Altamira, nacido en Alicante en 1866, es dif¨ªcil de rebatir y, menos a¨²n, de levantar cualquier clase de pol¨¦mica. Reformador de la ense?anza a principios de siglo XX y autor del libro de Historia de Espa?a que se estudiaba en los institutos, realiz¨® un viaje por las universidades de las rep¨²blicas americanas que d¨¦cadas antes se hab¨ªan independizado de Espa?a en busca de concordia y buen entendimiento, por lo que fue recibido incluso por el rey Alfonso XIII, tal como se ha recordado en el evento celebrado este lunes.
Adem¨¢s, Altamira fue uno de los integrantes del Comit¨¦ de los Diez, el grupo de juristas que sent¨® las bases del Tribunal Internacional de La Haya. Tambi¨¦n obtuvo ocho doctorados honoris causa en entidades acad¨¦micas de todo el mundo y fue dos veces candidato al premio Nobel de la Paz.
Ninguno de estos reconocimientos, no obstante, sirvieron para evitar que Altamira tuviera que exiliarse poco despu¨¦s del estallido de la Guerra Civil. Primero, a Pa¨ªses Bajos, de los que tuvo que salir cuando el pa¨ªs fue invadido por las tropas nazis. Despu¨¦s, a Francia, pa¨ªs del que escap¨® por el mismo motivo. Y finalmente, a M¨¦xico, donde ¡°el presidente L¨¢zaro C¨¢rdenas acogi¨® a los exiliados que se vieron obligados a huir¡± de Espa?a, seg¨²n ha recordado su bisnieto. Franco intent¨® aprovechar el enorme prestigio internacional del humanista alicantino, pero Altamira se neg¨® a volver a su pa¨ªs en tanto no se restituyeran la democracia y las libertades. El rechazo de Altamira conllev¨® que el R¨¦gimen borrase cualquier rastro del intelectual en los libros de historia.
En presencia de Felipe VI, Ignacio Ramos ha se?alado que su bisabuelo fue ¡°un liberal de raigambre republicana¡± a la que el bisabuelo del monarca, Alfonso XIII, ¡°escuch¨® y atendi¨®¡±. ¡°Siempre antepuso el inter¨¦s de los espa?oles a su propia ideolog¨ªa¡±, ha continuado. ¡°Es un orgullo que todos los partidos e instituciones hayan apoyado la repatriaci¨®n¡± de los restos de Altamira y su mujer.
La nieta del jurista, Mari Luz Altamira, ha definido el acto celebrado en El Campello como una muestra de ¡°la reconciliaci¨®n de un pa¨ªs con uno de sus hijos m¨¢s ilustres¡±. La descendiente del homenajeado ha recordado que lo conoci¨®, precisamente, en el exilio, en Bayona (Francia): ¡°?l ya estaba lejos de su tierra y a m¨ª, que era una ni?a, me llam¨® la atenci¨®n su majestuosa barba¡±. La peque?a Mari Luz le pregunt¨® si se la quitaba por los noches ¡°y me respondi¨® que s¨ª¡±, ha desvelado, entre risas. ¡°Es conmovedor¡±, ha proseguido, que se haya cumplido finalmente la ¨²ltima voluntad de su abuelo, de ser enterrado en El Campello, ¡°y comprobar que ¡°la patria que lo conden¨® al exilio le abra los brazos con respeto y admiraci¨®n¡±.
Tras el acto oficial, en el que no ha hablado el Rey, se ha celebrado la ceremonia ¨ªntima de la inhumaci¨®n. Los f¨¦retros en los que reposan Altamira y Redondo se han trasladado primero a la capilla del cementerio. Una vez all¨ª, ¡°toda la familia¡± presente ha charlado ¡°unos diez minutos¡± con el monarca, quien ¡°ha ofrecido el apoyo de la Casa Real para seguir con los actos de reconocimiento a la figura¡± del jurista. Posteriormente, los restos se han depositado en el mausoleo funerario levantado en honor de Altamira, donde yacen desde hoy el humanista, su mujer, sus padres y sus abuelos. El Ayuntamiento de El Campello, m¨¢ximo impulsor de la repatriaci¨®n, que finalmente ha sufragado la Generalitat por orden de Carlos Maz¨®n, ha depositado dos coronas de laurel, a las que la familia ha a?adido un ramo. Posteriormente, Felipe VI ha acudido a un acto celebrado en el consistorio campellero, donde ha firmado en el libro de autoridades.