Rafael Altamira, el gran jurista de la generaci¨®n de Unamuno, ¡®vuelve¡¯ del exilio a su pueblo alicantino 75 a?os despu¨¦s de su muerte
Los restos del humanista, el ¨²nico juez espa?ol del Tribunal de La Haya, son repatriados desde M¨¦xico y enterrados en El Campello tras dos a?os de tramitaci¨®n
El primer estremecimiento de nervios lleg¨®, relata Ignacio Ramos, ¡°en cuanto mi hermana Pilar y yo vimos aparecer los coches f¨²nebres por la puerta del tanatorio¡±. A bordo viajaban los ata¨²des de madera maciza envueltos con una c¨¢psula de zinc que conten¨ªan los restos del historiador, jurista y escritor alicantino Rafael Altamira (1866-1951) y de su esposa, Pilar Redondo, bisabuelos de los Ramos. ¡°Despu¨¦s nos llevaron a una capilla en la que estaban los f¨¦retros ¨Dcontin¨²a el descendiente del fundador y ¨²nico juez espa?ol del Tribunal Internacional de La Haya¨D y nos dejaron diez minutos a solas¡±. Ignacio y Pilar afloraron en ese momento la emoci¨®n de una familia que lleva m¨¢s de 30 a?os peleando para que Altamira, exiliado tras la Guerra Civil y nominado dos veces al Nobel de la Paz, fuera trasladado desde el Pante¨®n Espa?ol de M¨¦xico al pueblo en el que quer¨ªa retirarse, El Campello (Alicante). Sus restos ya est¨¢n enterrados junto a los de sus familiares en el cementerio campellero, a falta de que se construya un mausoleo en su memoria. El entierro oficial est¨¢ previsto para la segunda quincena de enero.
Altamira, nacido en Alicante en 1866, fue un destacado personaje de la Espa?a de los inicios del siglo XX. Su libro Historia de Espa?a y la civilizaci¨®n espa?ola era el que utilizaban los estudiantes hasta la d¨¦cada de los 30. Alumno de Giner de los R¨ªos, como director general de Ense?anza reform¨® la educaci¨®n espa?ola y subi¨® el sueldo del profesorado. En 1921 integr¨® el Comit¨¦ de los Diez, el grupo que redact¨® las bases del Tribunal de La Haya, del que form¨® parte como jurista. Se code¨® con Aza?a, con Unamuno, con Sorolla y Blasco Ib¨¢?ez. Tras el estallido de la Guerra Civil, se exili¨® a Ciudad de M¨¦xico, donde falleci¨® en 1951. Franco trat¨® de que volviera a Espa?a, pero Altamira se neg¨®: ¡°Le dice a Franco que cuando restituya la democracia y las libertades, volver¨¦¡±, le espet¨® al emisario del R¨¦gimen. Su negativa lo borr¨® de los libros de historia y lo conden¨® al olvido.
En una entrevista al diario El D¨ªa, el 2 de mayo de 1935, Altamira declar¨®: ¡°Cuando se me aparte de la vida oficial, me retirar¨¦ al rinc¨®n de mis amores m¨¢s gratos: al Campello¡±. Con esa frase como gu¨ªa, una de sus hijas, Pilar, ya intent¨® que se tramitara la repatriaci¨®n de los restos del historiador en 1987. No prosper¨®. La familia, con otra Pilar al frente, nieta de Altamira, se centr¨® en dar a conocer la relevancia de su antepasado en un pa¨ªs que pr¨¢cticamente lo desconoce. El asunto del regreso se retom¨® despu¨¦s de que el catedr¨¢tico de la Universidad del Pa¨ªs Vasco Jos¨¦ Mar¨ªa Portillo visitara la tumba del humanista y su esposa en plena pandemia y descubriera que la l¨¢pida estaba rota y llena de matojos. Alert¨® a la familia, que se puso en contacto con el alcalde de El Campello, Juanjo Berenguer. En la primavera de 2022, comenzaron unas gestiones que acabaron implicando a la Generalitat Valenciana, la Diputaci¨®n de Alicante, el Gobierno central y la Embajada de Espa?a en M¨¦xico.
Con la mediaci¨®n del c¨®nsul general espa?ol en M¨¦xico, Manuel Hern¨¢ndez Ruig¨®mez, y una subvenci¨®n directa de 60.000 euros del Consell de Carlos Maz¨®n, el pasado 6 de diciembre, siete empleados de la funeraria mexicana Gayosso exhumaron los restos de Altamira y su mujer. ¡°Los primos que viven all¨ª no pudieron asistir, porque todo se precipit¨® en el ¨²ltimo instante¡±, lamenta Ramos. Seg¨²n detallaron fuentes municipales, los ata¨²des se trasladaron hasta el aeropuerto internacional Benito Ju¨¢rez y embarcaron en un avi¨®n con destino a Barajas, precintados y envueltos en cajas de cart¨®n. Una vez en Madrid, tras pasar los controles aduaneros, el pasado lunes la funeraria ASV los llev¨® por carretera al tanatorio de Sant Joan (Alicante), donde fueron presentados a los dos bisnietos. El consistorio campellero envi¨® sendas coronas de flores.
El mi¨¦rcoles 11 de diciembre, los restos fueron enterrados en el nicho familiar del cementerio de El Campello, junto a los de los padres de Altamira, Jos¨¦ y Rafaela, y sus abuelos, Juan y Francisca. All¨ª permanecer¨¢n hasta que el ayuntamiento construya el mausoleo que ha encargado y sufragado, ¡°un monumento sencillo, de m¨¢rmol travertino y granito verde¡± con la inscripci¨®n de los nombres de las seis personas a las que albergar¨¢, avanzan fuentes municipales. En un frontal, un mural de cer¨¢mica mostrar¨¢ la figura de Altamira con parte de la fachada litoral del municipio de fondo, rematado con la declaraci¨®n en la que fij¨® su destino final. El humanista alicantino ¡°pas¨® gran parte de su infancia en una finca familiar, Ca Terol, que ya no existe¡± ubicada en el interior de la tur¨ªstica localidad alicantina, a apenas 15 kil¨®metros de la capital provincial. ¡°All¨ª tambi¨¦n empez¨® a ir a la escuela¡±, prosigue su bisnieto, ¡°y acud¨ªa siempre que pod¨ªa a descansar¡±. Era donde el escritor y jurista ¡°ten¨ªa su biblioteca, de m¨¢s de 3.000 vol¨²menes¡±.
Una vez lograda la repatriaci¨®n, ¡°y en espera del monumento funerario¡±, Ramos agradece en nombre de la familia ¡°al pueblo de M¨¦xico en general y a L¨¢zaro C¨¢rdenas, que era el presidente¡±, que acogi¨® a su bisabuelo en un pa¨ªs ¡°en el que Rafael y Pilar vivieron muy felices los ¨²ltimos a?os de su vida¡±. Tambi¨¦n conf¨ªa en que el regreso se convierta en ¡°el punto de partida para que Altamira sea conocido en el ¨¢mbito nacional¡±, ya que ¡°deber¨ªa estar en el imaginario espa?ol junto a coet¨¢neos suyos como Unamuno u Ortega y Gasset¡±, dada su importancia ¡°en el ¨¢mbito jur¨ªdico y pedag¨®gico, sus dos candidaturas al Nobel de la Paz y sus ocho doctorados honoris causa repartidos por universidades de todo el mundo¡±. De momento, el ayuntamiento prepara una gran ceremonia funeral, cuyos gastos correr¨¢n a cargo de la Diputaci¨®n, para la segunda quincena de enero. ¡°Se van a cursar invitaciones a la Casa Real, el Gobierno central, tanto Presidencia como los ministerios, el Tribunal de la Haya o las universidades espa?olas¡±, adelantan.
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