Cara a cara con una BH Fitness
La el¨ªptica, de nombre Ambition, tiene una segunda vida, la que le damos un grandull¨®n de 22 a?os y la que escribe
No le hac¨ªa mucho caso. Prefer¨ªa caminar. Ir a paso ligero ¡ªlo de correr me lo desaconsejaron¡ª hacia el Park G¨¹ell o a las bater¨ªas del Tur¨® de la Rovira. Entre 45 minutos de marcha rapidita, ir y volver. Sol¨ªa ir a primera hora de la ma?ana, para asegurar que el paseo fuera agradable y evitar la horda de turistas. As¨ª que la BH Fitness, de nombre Ambition, estaba cubierta con una s¨¢bana en un rinc¨®n del altillo, m¨¢s bien muerta de asco. La el¨ªptica fue un regalo endiablado que se me ocurri¨® hacerle a mi pareja y colega. Creo que me perdon¨®.
Despu¨¦s de tiempo en desuso, ahora resulta qu...
No le hac¨ªa mucho caso. Prefer¨ªa caminar. Ir a paso ligero ¡ªlo de correr me lo desaconsejaron¡ª hacia el Park G¨¹ell o a las bater¨ªas del Tur¨® de la Rovira. Entre 45 minutos de marcha rapidita, ir y volver. Sol¨ªa ir a primera hora de la ma?ana, para asegurar que el paseo fuera agradable y evitar la horda de turistas. As¨ª que la BH Fitness, de nombre Ambition, estaba cubierta con una s¨¢bana en un rinc¨®n del altillo, m¨¢s bien muerta de asco. La el¨ªptica fue un regalo endiablado que se me ocurri¨® hacerle a mi pareja y colega. Creo que me perdon¨®.
Despu¨¦s de tiempo en desuso, ahora resulta que est¨¢ teniendo una segunda vida, la que le damos un grandull¨®n de 22 a?os y la que escribe. Me enfrento a ella, tras limpiarla a conciencia y ponerle un poco de aceite en las juntas para evitar el molesto ¡°?ic, ?ic¡±, con la radio de fondo y el monotema de este virus que nos ha encerrado a todos en casa. Hay varias potencias (?16!), rutinas, sensor de cardio, contador de calor¨ªas, de speed¡.
Bueno, empezamos por la base: nivel 1. Casi es como caminar o como deslizarse sobre un escal¨®n de ida y vuelta. Me aburro, as¨ª que cambio a otra en la que subes y bajas peque?as colinas, m¨¢s entretenida. Luego, pruebo a subir un fuerte repech¨®n que baja en picado. Al final opto por un ritmo estable y voy subiendo la resistencia. A partir del 3, la cosa se nota. M¨¢s todav¨ªa por encima del 6¡ y desisto ir m¨¢s all¨¢ del 8.
Si me canso muy deprisa lo dejar¨¦, pienso, as¨ª que vuelvo al nivel 3 y hago 30 minutos desiguales, a medida que las noticias que escupe la radio son m¨¢s deprimentes le doy m¨¢s marcha. Ahora me hubiera ido mejor un saco de boxeo. La m¨¢quina me dice que en media hora he quemado casi 400 calor¨ªas. ?Ser¨¢ verdad?
Despu¨¦s del ¡°paseo¡± toca una rutina de ejercicios de mantenimiento en colchoneta y unas mancuernas que tambi¨¦n he rescatado previa limpieza a fondo. Y a estirar. Muy importante estirar, siempre insisten los que saben.
Un entrenamiento de tantos que se pueden seguir on line en las decenas de app que han hecho muchos gimnasios de Barcelona cerrados por la epidemia en un intento de que las personas que hac¨ªan ejercicio f¨ªsico tengan un suced¨¢neo. La capital catalana est¨¢ repleta de negocios y entidades que giran en torno al deporte y al empe?o de mantenerse en forma.
A saber: hay 138 centros deportivos / gimnasios p¨²blicos, 423 entre los privados y comerciales, 27 grandes instalaciones de entidades y clubes... Hay ofertas para todo con f¨®rmulas cada vez m¨¢s nuevas que han introducido algunas grandes cadenas y los low cost. Por no hablar de las decenas de centros de yoga que se dispersan por pr¨¢cticamente todos los barrios de Barcelona. Incluso el Ayuntamiento manda una nota de prensa informando de una nueva campa?a de promoci¨®n del deporte confinado: ¡°BCN es mou dins de casa¡±, es el lema.
Luego est¨¢n los coach particulares, otra opci¨®n al alza en una ciudad deportista donde las haya. Yo, confieso, he sucumbido a todas las variables. Soy socia de un club barcelon¨¦s de la Barceloneta con una piscina de agua salada exterior que es un lujo. Y al que, lamentablemente, voy contadas veces al mes en invierno, mucho m¨¢s en verano. Tambi¨¦n me apunt¨¦ a un centro de yoga en el barrio al que he ido con una m¨¢s que dudosa constancia. Casi se podr¨ªa decir que le soy m¨¢s fiel confinada, en su canal de Youtube, que en su local, a diez minutos de mi casa.
Por ¨²ltimo, un buen amigo que es coach y fisioterapeuta, que me libera las cervicales cuando ya son un amasijo de cemento con ese perturbador ¡°crack, crack¡±, me prescribi¨® una pauta de entrenamiento. Neal Shanahan, que as¨ª se llama mi amigo / coach, me aconseja que ahora, confinada, no sea (m¨¢s) vaga y que siga haciendo los ejercicios: ¡°Ahora no tienes excusa, que te falta tiempo, que te han convocado a una rueda de prensa y se te ha ido al traste la ma?ana¡¡±. Se sabe todas mis excusas. Me cuenta que estos d¨ªas, por la ma?ana, hace algo parecido a una ronda de consejos con sus clientes a los que les ha adaptado el entrenamiento a lo que puedan hacer en casa. No est¨¢ tan seguro de que le hagan mucho caso y me pregunta a m¨ª.
Casi que preferir¨ªa no contestarle, como dir¨ªa Bartleby, el escribiente.
LA GENTE
Lugar de cuarentena: Una casa en Gr¨¤cia.
N¨²mero de personas: Dos, una adulta y un joven.
Carencias del confinamiento: Salir a la calle sin pensar.
Libro y serie: El c¨®nsul honorario, de Graham Greene, y La madre de Frankestein, de Almudena Grandes. Series: Broadchucrh (Netflix) y The new pope (HBO).