Un hotel para los que no tienen donde pasar la cuarentena

La recepci¨®n del hotel Barcelona Princess es irreconocible para muchos estos d¨ªas. El desfile de maletas de los turistas ha desaparecido. El mostrador es un m¨®dulo de urgencias para pacientes que necesitan un monitoreo cl¨ªnico o que deben volver a un hospital. El lugar es un alojamiento que acoge a unas 160 personas vulnerables que contrajeron el coronavirus, que ya han recibido el alta m¨¦dica, pero que por diferentes motivos no pueden confinarse en sus hogares. Gente que vive con varios individuos en sus casas, que no posee espacios propi...

La recepci¨®n del hotel Barcelona Princess es irreconocible para muchos estos d¨ªas. El desfile de maletas de los turistas ha desaparecido. El mostrador es un m¨®dulo de urgencias para pacientes que necesitan un monitoreo cl¨ªnico o que deben volver a un hospital. El lugar es un alojamiento que acoge a unas 160 personas vulnerables que contrajeron el coronavirus, que ya han recibido el alta m¨¦dica, pero que por diferentes motivos no pueden confinarse en sus hogares. Gente que vive con varios individuos en sus casas, que no posee espacios propios o que ni siquiera tiene d¨®nde pasar la cuarentena.

Laura Morro dirige al equipo del hotel que aloja a los pacientes llegados del Hospital del Mar. La jefa de trabajo social del centro m¨¦dico explica que el Princess participa en un programa del Consorci Sanitari de Barcelona que surgi¨® a causa de la crisis. La iniciativa busca adaptar espacios para gente que debe estar en aislamiento pero que ¡°no tiene d¨®nde hacerlo por motivos sociales¡±. Tanto personas que han recibido el alta, como aquellas con sospecha o alg¨²n s¨ªntoma del virus que no requieren un ingreso, pero s¨ª un seguimiento cl¨ªnico. ¡°Se sienten muy solos. Intentamos que quienes han tenido una p¨¦rdida se sientan acompa?ados¡±, se?ala.

Una decena de trabajadores sociales, educadores y terapeutas trabaja con el personal de enfermer¨ªa para crear lo m¨¢s parecido a un hogar. ¡°Lo que podemos ofrecer al paciente es calidez¡±, detalla Morro. La mayor¨ªa son voluntarios jubilados, con experiencia m¨¦dica. Cada d¨ªa, toman el registro de la temperatura de la gente, les dan sus medicamentos y tienen un servicio de atenci¨®n psicol¨®gica por tel¨¦fono. ¡°Muchas veces, necesitan algo m¨¢s que una llamada¡±, a?ade.

Uno de los pacientes es Jamal El Amrani, marroqu¨ª de 52 a?os. Ingres¨® en el Hospital del Mar el 28 de marzo. Siete d¨ªas despu¨¦s, fue trasladado al hotel donde permanecer¨¢ en cuarentena unos d¨ªas m¨¢s. En su peque?a vivienda, en el barrio de la Barceloneta, vive con su mujer (ahora ingresada en el mismo centro m¨¦dico) y con su hijo de 18 a?os. Las condiciones de su hogar le impidieron hacer el confinamiento sin poner en riesgo a los dem¨¢s. ¡°No puedes salir, la vida es tu puerta para adentro. Solo para recoger los alimentos¡±, relata por tel¨¦fono.

Laura Morro explica que, si alguien vuelve a presentar s¨ªntomas, se avisa al m¨¦dico asignado. Y si hay que llevarle al hospital, se le guarda la cama. ¡°Los cuartos est¨¢n igual, pero con menos adornos. Todos ser¨¢n descontaminados¡±. Las visitas de familiares no est¨¢n permitidas, aunque s¨ª pueden acercarles objetos. Calculan que permanecer¨¢n en confinamiento al menos unos 10 d¨ªas. ¡°Yo creo que la primera alta ser¨¢ hoy o ma?ana. Ojal¨¢ as¨ª sea, tenemos ganas de ver a alguien que salga bien¡±.