Las salas de conciertos catalanas afrontan un final de a?o ag¨®nico

Cerradas desde marzo, las salas de conciertos catalanas afrontan meses determinantes. La gran mayor¨ªa de las mismas tienen el final de a?o como l¨ªmite de resistencia, seg¨²n una encuesta interna de l¡¯Associaci¨® de Sales de Concert de Catalunya, y ya ha habido unas jornadas sobre c¨®mo gestionar concursos de acreedores. Llu¨ªs Torrents, gerente de Razzmatazz, explica que ¡°la situaci¨®n es devastadora, con empresarios endeud¨¢ndose para afrontar gast...

Cerradas desde marzo, las salas de conciertos catalanas afrontan meses determinantes. La gran mayor¨ªa de las mismas tienen el final de a?o como l¨ªmite de resistencia, seg¨²n una encuesta interna de l¡¯Associaci¨® de Sales de Concert de Catalunya, y ya ha habido unas jornadas sobre c¨®mo gestionar concursos de acreedores. Llu¨ªs Torrents, gerente de Razzmatazz, explica que ¡°la situaci¨®n es devastadora, con empresarios endeud¨¢ndose para afrontar gastos fijos sin tener ingreso alguno y con la incertidumbre de c¨®mo y cu¨¢ndo podr¨¢n volver a trabajar¡±. Ante esa realidad de fragilidad, ya han comenzado los movimientos de los fondos de inversi¨®n dispuestos a comprar a bajo precio salas en situaci¨®n angustiosa.

El impacto en el tejido cultural puede ser irreparable, ya que en Barcelona no se conceden licencias para este tipo de negocios, con lo que sala cerrada es sin¨®nimo de licencia perdida. Alberto Guijarro, director de la sala Apolo, ya ha sido contactado, aunque por el momento la venta no entra en sus planes: ¡°Aunque todo tiene un l¨ªmite y si esto sigue as¨ª puede llegar un momento insostenible¡±. Ese momento podr¨ªa ser febrero, cuando la sala, que ya se ha endeudado con el ICO con un mill¨®n y medio de euros, ¡°evaluar¨¢ si puede seguir endeud¨¢ndose sin que existan perspectivas de recuperaci¨®n de la actividad o un rescate por parte de la administraci¨®n¡±, indica Guijarro.

A todo esto, la sala Abaixadors, otra del grupo, ya est¨¢ en venta. Joan Mas tambi¨¦n ha recibido ofertas por Jamboree, ¡°hay algunos compradores, de esos que van a lo grande, que quer¨ªan comprar la sala y el edificio, creyendo que era de mi propiedad. Las ofertas son rid¨ªculas, pues solo te ofrecen pagar la deuda y darte algo de calderilla¡±, asegura. Para Torrents la situaci¨®n es de extrema gravedad, pues el desembarco de inversores supondr¨ªa la muerte de la m¨²sica en directo ¡°estos fondos buscan rentabilidad inmediata, cambiar¨ªa el perfil del ocio convirtiendo las noches en desfiles de botellas magnum de champ¨¢n con destino a privados exclusivos o bien discotecas masificadas, pero el concierto, actividad poco rentable que suele organizarse vocacionalmente, desaparecer¨ªa¡±.

La sala Sidecar tambi¨¦n ha recibido una oferta, en su caso de un particular, cuyo importe era ¡°un verdadero insulto¡±, seg¨²n calificaci¨®n de Roberto Tierz, su propietario, que fija en diciembre la fecha l¨ªmite antes del concurso de acreedores. ¡°Tenemos 16 personas en ERTE, seguimos afrontando gastos fijos y hemos de aguantar campa?as como la del Ministerio de Cultura, que nos sigue haciendo responsables de los contagios cuando estamos cerrados desde marzo: es indignante¡±, dice conteniendo a duras penas palabras de mayor calibre. En parecidos t¨¦rminos se expresa Torrents, cuya sala, Razzmatazz, tiene unos gastos fijos de 130.000 euros mensuales y una plantilla de 130 personas: ¡°nuestra empresa est¨¢ saneada y en principio podemos resistir m¨¢s all¨¢ del pr¨®ximo verano, pero muchos empresarios se est¨¢n planteando para qu¨¦ sirve aguantar si cada d¨ªa que pasa te endeudas m¨¢s y la administraci¨®n sigue sin implicarse. De postre comprobamos que las autoridades no acaban de comprender el calado del problema, vamos hacia un desierto cultural mientras en otros pa¨ªses de Europa ya hay ayudas para la m¨²sica en vivo¡±.

En el sector no convencen las medidas sugeridas por la administraci¨®n y aseguran que no soluciona el problema ¡°abrir con aforo reducido y mesas y sillas en pista porque eso nos hace perder m¨¢s dinero, pues al sacar del ERTE a algunos trabajadores pierdes la bonificaci¨®n y pagar¨ªas a¨²n m¨¢s a la seguridad social¡±, dice Torrents.

La sala Apolo tomar¨¢ una decisi¨®n la semana que viene. Seg¨²n Guijarro, tiene 120.000 euros de gastos fijos mensuales. Opina tambi¨¦n que ¡°la cuesti¨®n es que si lo hacemos [abrir con el aforo reducido] la administraci¨®n creer¨¢ que el problema est¨¢ resuelto, que ya hay actividad, cuando perder¨ªamos a¨²n m¨¢s dinero, pero por otro, pensamos en la responsabilidad social y quiz¨¢s si ahora abrimos con un 20%, m¨¢s adelante se vaya ampliando el aforo. No s¨¦ qu¨¦ haremos, la verdad. S¨¦ que nos cabr¨ªan unas 250 personas en la sala grande¡±. Los conciertos ser¨ªan, en todo caso, con artistas nacionales, ¡°las giras internacionales ya est¨¢n desplazadas al oto?o del a?o que viene¡±.

Para el propietario de la sala Sidecar, ¡°el problema es que las decisiones las toman personas que no conocen el sector y encima no nos consultan. Si abres con sillas necesitas casi m¨¢s personal de barra, porque el p¨²blico ha de ser atendido en su localidad, am¨¦n de que para garantizar las normas har¨ªa falta m¨¢s personal de seguridad¡±. Para ¨¦l hay tres opciones: ¡°O abrimos, o nos rescatan o cerramos¡±. De momento l¡¯Associaci¨® d¡¯Amics de la Pla?a Reial presentar¨¢ el lunes en el ayuntamiento un proyecto para hacer conciertos gratuitos, al aire libre y aforo limitado todos los d¨ªas del a?o.

Test r¨¢pidos

Tanto para salas como para festivales de verano, otro mel¨®n por abrir, la ¨²nica ventana abierta son los test r¨¢pidos, cuyas pruebas se realizar¨¢n en octubre en Apolo fruto de la colaboraci¨®n del Primavera Sound y el equipo del doctor Bonaventura Clotet, del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol.

En este momento es la ¨²nica soluci¨®n viable desde el ¨¢mbito sanitario, porque en el pol¨ªtico, ASSAC ya est¨¢ negociando en una mesa sectorial, que por fin parece ponerse en marcha, como se?ala Carmen Zapata, gerente de ASSAC, en la que ¡°proponemos parar la sangr¨ªa de gastos fijos mientras duren los cierres¡±.