Las restricciones sociales severas en Catalu?a afectan ya a unos tres millones de personas

Las restricciones sociales en Catalu?a han venido para quedarse. Aunque la comunidad no ha limitado la movilidad en ning¨²n territorio desde el cierre perimetral en Lleida del pasado julio, las medidas de control de aforo y reuniones sociales se han endurecido en m¨¢s de una veintena de municipios para contener curva epid¨¦mica. Alrededor de tres millones de catalanes sufren estas limitaciones severas, Catalu?a lleva varias semanas con la incidencia elevada, cerca de 200 casos por 100.000 habitantes en 15 d¨ªas, y altibajos constantes: ...

Las restricciones sociales en Catalu?a han venido para quedarse. Aunque la comunidad no ha limitado la movilidad en ning¨²n territorio desde el cierre perimetral en Lleida del pasado julio, las medidas de control de aforo y reuniones sociales se han endurecido en m¨¢s de una veintena de municipios para contener curva epid¨¦mica. Alrededor de tres millones de catalanes sufren estas limitaciones severas, Catalu?a lleva varias semanas con la incidencia elevada, cerca de 200 casos por 100.000 habitantes en 15 d¨ªas, y altibajos constantes: la curva, ya en niveles altos, no se dispara, pero tampoco termina de reducirse. Bajarla completamente abocar¨ªa a un confinamiento extremo y el Govern ha optado por equilibrar la contenci¨®n del virus con mantener activa la econom¨ªa.

Como regla general, el ocio nocturno est¨¢ cerrado en toda la comunidad, los bares y restaurantes no pueden abrir m¨¢s all¨¢ de la una de la madrugada y los encuentros sociales, p¨²blicos o privados, de m¨¢s de seis personas est¨¢n prohibidos. Sin embargo, la alta transmisi¨®n del virus ha obligado a endurecer estas medidas en varios municipios catalanes. Barcelona y la primera corona metropolitana, tres municipios del Vall¨¨s, las comarcas de la Cerdanya y la Noguera, Vic, Manlleu, Girona y Salt arrastran las medidas m¨¢s duras: all¨ª se recomienda permanecer en el domicilio y evitar salidas innecesarias, hay que limitar los contactos a grupos estables (siempre menos de seis personas) y los bares y restaurantes tienen prohibido el consumo en la barra y un aforo reducido al 50% en el interior del local. La ocupaci¨®n en espect¨¢culos o espacios culturales ha de ser inferior al 70% y en zonas deportivas (como los gimnasios), del 50%. Los actos o ceremonias religiosas o f¨²nebres tambi¨¦n tienen que tener la mitad del aforo disponible.

Los ¨²ltimos en unirse a este grupo de grandes restricciones ser¨¢n los municipios tarraconenses de Amposta, Roquetes y Tortosa. Un brote en una planta av¨ªcola de Roquetes ha dejado, al menos, 237 infectados y ha esparcido el virus por los municipios colindantes, donde residen los 218 trabajadores afectados. El Departamento de Salud ha realizado cribados en toda la planta y ha reforzado las medidas para atajar las cadenas de transmisi¨®n, pero dada la alta transmisi¨®n de la covid-19 en la zona, ha decidido reforzar las restricciones sociales.

Tortosa (20.000 habitantes) tiene una incidencia acumulada en 15 d¨ªas superior a los 700 casos por 100.000 habitantes y la velocidad de transmisi¨®n del virus (la Rt, que mide a cu¨¢ntas personas contagia, de media, un caso positivo) es superior a 2, muy por encima de lo que estipula la comunidad cient¨ªfica (por debajo de 1) para mantener a raya la curva epid¨¦mica. Amposta, por su parte, tienen una incidencia acumulada a dos semanas de cerca de 300 casos por 100.000 habitantes y la Rt. en la ¨²ltima semana es de 1,94. El Procicat, que es el ¨®rgano del Govern encargado de coordinar la respuesta a la pandemia, ya ha dado luz verde a las nuevas restricciones en los tres municipios tarraconenses y entrar¨¢n en vigor en cuanto se publiquen en el Diario Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC).

Los expertos coinciden en que hay que evitar el confinamiento extremo a toda costa e intentar contener el virus con estas medidas intermedias. ¡°La pobreza que ha generado esta pandemia hace que apretar el freno a lo bestia enere riesgos sociales y sanitarios enormes. Deber¨ªamos de no tener que llegar al confinamiento total¡±, sostiene Joaqu¨ªn L¨®pez-Contreras, jefe cl¨ªnico de la Unidad de Infecciosas del Hospital Sant Pau de Barcelona. E insiste: ¡°Los n¨²meros est¨¢n mejor, la monitorizaci¨®n es m¨¢s fiable, y si los indicadores nos permiten mantenernos en esta calma tensa, pues hay que intentar seguir viviendo¡±.

823 personas ingresadas

Por lo pronto, la situaci¨®n epid¨¦mica no compromete la situaci¨®n del sistema sanitario. Hay 823 personas ingresadas en los hospitales catalanes, 164 en cuidados intensivos. Antes de la pandemia, la capacidad de las UCI en Catalu?a era de 600 camas y este verano han sumado otras 300 para atender la crisis sanitaria. Adem¨¢s, Salud ha anunciado la construcci¨®n de cinco hospitales sat¨¦lite con capacidad para 490 camas m¨¢s de UCI.

Los confinamientos selectivos, por otra parte, tampoco son la panacea y funcionan en lugares muy concretos. ¡°En grandes zonas metropolitanas es muy dif¨ªcil segmentar y hacer cierres perimetrales. En el barrio de Trinitat Vella de Barcelona hubo un aumento de casos hace poco. ?Puedes cerrarla? Es muy complicado cerrar un trozo de una urbe metropolintana¡±, apunta el epidemi¨®logo Joan Ramon Villalb¨ª.

Mantener el status quo es lo menos malo, aseguran los expertos. ¡°En Catalu?a llevamos desde finales de julio en niveles m¨¢s altos de la cuenta, pero no tan desmadrados como Madrid. Primero fue Lleida, luego Barcelona, ahora Girona y las Terres de l¡¯Ebre. Vamos oscilando y cambiando el foco de una zona a otra. Hacemos lo suficiente para que no se desmadre m¨¢s, pero no hacemos lo suficiente para bajarlo¡±, resume Villalb¨ª. No hay una receta perfecta. ¡°Cada d¨ªa en Barcelona tenemos unos 300 casos al d¨ªa. Hacer un seguimiento de estos casos es una labor tit¨¢nica. Si tuvi¨¦ramos mecanismos de seguimiento m¨¢s fino, quiz¨¢s atajar¨ªamos cadenas de transmisi¨®n que se nos escapan. Pero hemos de aceptar que es una situaci¨®n nueva y no tenemos respuestas absolutas para todo¡±, agrega el epidemi¨®logo.

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