Ense?ar el arte y el negocio de la edici¨®n
El dif¨ªcil equilibrio entre ¡®nariz¡¯ y conocimientos t¨¦cnicos marca el magisterio del oficio, como plantea el M¨¢ster de Edici¨®n de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, que cumple 15 a?os
Tras salir airado, pero con toda su aura de excepcional editor, de Seix Barral, Carlos Barral fund¨® Barral Editores; a los nueve a?os, tuvo que cerrarla. ¡°?Se hab¨ªa olvidado de ser un excelente editor? No, pero hab¨ªa descuidado los n¨²meros¡±, explica el tambi¨¦n curtido en el mundo libresco Enrique Murillo (editor, lector, responsable de comunicaci¨®n) para justificar la filosof¨ªa del oficio ¡°entre el arte y el negocio¡± que desprende el...
Tras salir airado, pero con toda su aura de excepcional editor, de Seix Barral, Carlos Barral fund¨® Barral Editores; a los nueve a?os, tuvo que cerrarla. ¡°?Se hab¨ªa olvidado de ser un excelente editor? No, pero hab¨ªa descuidado los n¨²meros¡±, explica el tambi¨¦n curtido en el mundo libresco Enrique Murillo (editor, lector, responsable de comunicaci¨®n) para justificar la filosof¨ªa del oficio ¡°entre el arte y el negocio¡± que desprende el M¨¢ster en Edici¨®n de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB), del que es uno de los coordinadores y que cumple ahora su 15? aniversario, tiempo por el que han desfilado m¨¢s de 400 alumnos (35% provenientes de pa¨ªses latinoamericanos), algunos hoy fundadores de sellos independientes ejemplares como Periscopi y Hoja de Lata.
¡°En los primeros a?os le a?adimos tambi¨¦n el concepto oficio, porque editar implica unos conocimientos t¨¦cnicos, unos oficios, que pueden aprenderse y ense?arse y que antes se adquir¨ªan cuando uno era aprendiz; tambi¨¦n hay una realidad econ¨®mica del negocio y, claro, lo del arte: un programa intelectual, una pol¨ªtica editorial, un dise?o y el famoso olfato¡±, enumera el director acad¨¦mico del m¨¢ster, Gonzalo Pont¨®n Gij¨®n. La mitificada nariz, si bien no puede ense?arse, ¡°tambi¨¦n se educa con los a?os¡±, sostienen al alim¨®n. ¡°Se trata, como lector que es primero un editor, no registrar solo tu alma y pensar que lo que a ti a lo mejor no te gusta s¨ª puede hacerlo a mucha otra gente¡±, analiza Murillo, con d¨¦cadas de lector y editor.
En su opini¨®n, el problema es: ¡°Hoy en Espa?a vivimos en una edici¨®n sin editores lectores, solo leen informes de lectura, no los libros; no entiendo la deriva de la industria hacia ese editor-gestor y poco o nada lector, ya no es inusual que tengan un desconocimiento notable de la palabra¡±. En las nuevas hornadas, ¡°la media de los estudiantes viene con bagaje lector desigual, los de hace 15 a?os ten¨ªan un perfil m¨¢s letraherido¡±, constata Pont¨®n, aunque la mayor¨ªa procedan ahora del ¨¢mbito de la filolog¨ªa y traducci¨®n.
Son tiempos que explican, en parte, que en el programa del m¨¢ster los ¨¢mbitos de comunicaci¨®n y comercializaci¨®n tengan tantos cr¨¦ditos como los de producci¨®n y realizaci¨®n. ¡°Un editor moderno todav¨ªa tiene que saber hoy c¨®mo marcar un original y corregir unas pruebas, igual que c¨®mo se hace una nota de prensa o tratar con el ¨¢rea de marketing¡±, delimita Pont¨®n Gij¨®n. ¡°La comunicaci¨®n y comercializaci¨®n ha cambiado mucho, son aspectos sobre los que no se pueden hacer hip¨®critas aspavientos; el libro no es solo cerebro, tambi¨¦n tiene tripas, tambi¨¦n es un producto que se debe vender y hay un sinf¨ªn de t¨¦cnicas que envuelven el proceso, como hacer un informe de lectura en menos de dos folios, pensar las cubiertas y las contraportadas, cuyos textos son m¨¢s complicados que un soneto, o el siempre olvidado editing con el autor¡±, enumera Murillo las partes menos glamurosas pero vitales de la edici¨®n, un contenido pr¨¢ctico en el que hace hincapi¨¦ el m¨¢ster. En esa l¨ªnea, este curso estrena sesiones de marketing digital.
Pero, a pesar de ello, sostiene el coordinador, ¡°la calidad a¨²n est¨¢ en este oficio por encima del marketing¡± y eso permite que el oficio del editor puro y la edici¨®n independiente que rastrean primordialmente la calidad o la apuesta puedan subsistir ante tanta fusi¨®n y predominio de los grandes grupos editoriales y los blockbusters librescos: ¡°En los conglomerados, la presi¨®n por la facturaci¨®n prima que el editor busque primero la rentabilidad, lo que permite que el n¨²mero de grandes libros olvidados crezca; solo hay que ver qui¨¦n edita en Espa?a a la ¨²ltimo Nobel, Louise Gl¨¹ck¡±, opina Murillo.
La presencia de m¨¢s mujeres que hombres en las clases estos 15 a?os ratifica la clara feminizaci¨®n del sector. ¡°La edici¨®n no se est¨¢ feminizando, est¨¢ feminizada: el porcentaje de alumnos es del 80% de mujeres ante el 20% de hombres; el problema, si acaso, es la infausta pir¨¢mide invertida: hay mucha clase media, pero pocas directivas¡±, cree el director acad¨¦mico. ¡°Es una bendici¨®n, es el sector industrial m¨¢s poblado por ellas¡±, cree Murillo, que lo vincula tambi¨¦n a que sean las que m¨¢s leen: ¡°Para las mujeres, desde hace m¨¢s de un siglo, leer es donde se pueden construir por s¨ª mismas, su lectura es el descubrimiento de lo que son, es algo m¨¢s all¨¢ del entretenimiento para los hombres¡±.
Sobre el futuro del oficio, la edici¨®n digital no ha de inquietar en absoluto, seg¨²n los responsables del m¨¢ster. ¡°Es solo un formato, no ha cambiado para nada la esencia¡±, cree Murillo. Hasta el extremo de que ¡°hace una d¨¦cada abrimos un bloque espec¨ªfico y lo hemos reducido¡±, admite Pont¨®n Gij¨®n, para quien, eso s¨ª, ¡°la digitalizaci¨®n del mundo conlleva la desaparici¨®n de filtros, de referentes de calidad y significaci¨®n cultural, y en esa funci¨®n de mediaci¨®n el editor es capital porque difunde con un marchamo que da valor¡±. Murillo s¨®lo pone un matiz: ¡°El editor es importante, pero no tanto como el escritor, sin libros un editor no existir¨ªa¡±, dice para rebajar el aura de un oficio que, remacha Pont¨®n Gij¨®n, ¡°a veces parece que es una profesi¨®n et¨¦rea, imagen cimentada en las memorias apasionantes de editores exquisitos; por eso nuestro m¨¢ster busca ser tambi¨¦n pr¨¢ctico y pragm¨¢tico¡±.
Quiz¨¢ por ello, la sesi¨®n inaugural del curso corri¨® a cargo hace unos d¨ªas de Mar¨ªa Fasce, editora de Alfaguara, Lumen y Reservoir Books (sellos de Penguin Random House Grupo Editorial). En su charla, explic¨® c¨®mo se hizo con los derechos de dos de sus mayores y m¨¢s recientes ¨¦xitos: Lucia Berlin (por el que pag¨®, sin competencia alguna, un ¡°irrisorio¡± avance, al parecer unos 3.000 euros) y Jo?l Dicker (fruto de un duro pulso y con derechos elevad¨ªsimos). No pudo haber para los alumnos mejor lecci¨®n del arte, o del negocio, de la edici¨®n.
Pocos cursos, pero nuevas becas Claudio L¨®pez de Lamadrid
Pa¨ªs de editores y de industria libresca, no abundan en Espa?a, sin embargo, los cursos universitarios de edici¨®n; entre los pocos y m¨¢s destacados, el m¨¢ster de la Complutense de Madrid, en consorcio con el grupo Santillana. En cambio, en Barcelona, la capital de la edici¨®n espa?ola (¡°aunque ha deca¨ªdo much¨ªsimo; a?oro los tiempos en que los pol¨ªticos sosten¨ªan que el biling¨¹ismo era una gran riqueza para Catalu?a¡±, opina Enrique Murillo) est¨¢n, am¨¦n del de la UAB, el m¨¢ster en Edici¨®n Digital de la Universitat Oberta de Catalunya y el m¨¢s veterano de todos, el de la Universitat Pompeu Fabra, que este curso alcanza los 25 a?os, con unos 880 alumnos formados. En ¨¦l, este a?o dos de ellos estrenar¨¢n las becas Claudio L¨®pez de Lamadrid (80% matr¨ªcula, pr¨¢cticas remuneradas en Penguin Random House Grupo Editorial, en recuerdo del que fuera malogrado director literario de ese conglomerado, fallecido en enero del a?o pasado. Las agraciadas, por cierto, dos mujeres.