Acoso o abusos sexuales en el limbo judicial
Las v¨ªctimas de las agresiones machistas habidas en Junts, ERC o la CUP optan por no ir al juzgado
Los supuestos casos de acoso sexual cometidos por el ya exdiputado de Junts per Catalunya, Eduard Pujol, reconocidos el lunes por su partido, han vuelto a poner sobre la mesa el debate respecto al abordaje de este delito y la tendencia a ocultarlos por parte de las organizaciones pol¨ªticas. Con Junts son tres los partidos (la lista la completa ERC y la CUP) que se han visto afectados por problemas de ese ...
Los supuestos casos de acoso sexual cometidos por el ya exdiputado de Junts per Catalunya, Eduard Pujol, reconocidos el lunes por su partido, han vuelto a poner sobre la mesa el debate respecto al abordaje de este delito y la tendencia a ocultarlos por parte de las organizaciones pol¨ªticas. Con Junts son tres los partidos (la lista la completa ERC y la CUP) que se han visto afectados por problemas de ese cariz y que han acabado trascendiendo. Todos los afectados han terminado dimitiendo o apartados de primera l¨ªnea pol¨ªtica. Cada caso tiene sus particularidades y las c¨²pulas han actuado de forma distinta, si bien hay un elemento com¨²n: ninguna de las v¨ªctimas ha denunciado el caso ante la justicia.
De hecho, esta ¨²ltima afirmaci¨®n hay que cogerla con pinzas. Los tres partidos aseguran no tener constancia de acciones judiciales, pero la decisi¨®n final corresponde exclusivamente a la v¨ªctima. ¡°En derecho penal, el acoso, el abuso y la agresi¨®n sexual son delitos perseguibles solo a instancia de parte, es decir, si la v¨ªctima es quien presenta la denuncia¡±, esgrime Josep Maria Tamarit, catedr¨¢tico de Derecho Penal de la UOC.
¡°No tenemos que ser nosotros los que hagamos una investigaci¨®n interna. Debe ser la justicia. Hemos animado a las afectadas a que se dirijan a ella¡±, justific¨® la portavoz de Junts, Elsa Artadi, cuando inform¨® del caso de Pujol. Seg¨²n la diputada, el partido conoci¨® los hechos hace una semana. Otras voces, sin embargo, sit¨²an las sospechas en ocho meses o incluso m¨¢s atr¨¢s, en la campa?a de las elecciones generales de 2019. La periodista N¨²ria Casas revel¨® el jueves en Aqu¨ª Cun¨ª y en El Nacional que fue acosada hace ocho a?os por Pujol cuando ¨¦l dirig¨ªa RAC-1. Junts acaba de nacer y carece de un protocolo espec¨ªfico para actuar en estos casos. ERC y la CUP s¨ª disponen de ese instrumento.
Todos los pol¨ªticos acusados han acabado apartados de la primera l¨ªnea
El caso del partido de Carles Puigdemont tiene la particularidad de que no fue revelado por la prensa, algo que s¨ª sucedi¨® con los del exjefe de gabinete de Alfred Bosch en el departamento de Acci¨®n Exterior, Carles Garc¨ªas, o con uno de los que han sacudido a la CUP: el del exdiputado Quim Arrufat. En otros dos casos, fue la ya exdiputada Mireia Boya la que revel¨® ser v¨ªctima de acoso ps¨ªquico por parte de un compa?ero del grupo parlamentario y en otro fue una militante la que acus¨® en la red al alcalde Eudald Calvo de Argentona de haberla agredido sexualmente a?os atr¨¢s. El primer edil dimiti¨®.
ERC y la CUP ¡ªque ha gestionado una veintena de casos en los dos ¨²ltimos a?os¡ª tienen sus protocolos internos para actuar ante acosos y los han utilizado con resultado es distinto. En el caso del departamento del Govern ha ido en detrimento de utilizar los canales establecidos por la Funci¨®n P¨²blica. Este solo se activ¨® una vez el caso de Garc¨ªas vio la luz, lo que conllev¨® a la renuncia de Bosch al cargo de conseller. El partido cerr¨® la carpeta, pero el Govern est¨¢ a la espera de un ¨²ltimo informe de la comisi¨®n de ¨¦tica p¨²blica para aprobar las sanciones que se derivan de la investigaci¨®n de Funci¨®n P¨²blica.
Los delitos de ese cariz solo son perseguibles si la v¨ªctima denuncia
Encarna Bodel¨®n, profesora de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y miembro del grupo Ant¨ªgona, dedicado a la investigaci¨®n de mujeres y derecho, conviene que solo la v¨ªctima puede activar la v¨ªa penal, pero apunta que eso no exonera a los partidos o a las empresas de asumir su responsabilidad en el ¨¢mbito de la prevenci¨®n, adem¨¢s de sancionar al acosador. ¡°Hay medidas disciplinarias, expulsi¨®n de la militancia o suspensi¨®n de cargos, por ejemplo¡±, agrega Tamarit. Por ley desde 2007, recuerda Eva Gajardo, secretaria de Igualdad de UGT, todas las organizaciones tienen que tener mecanismos de actuaci¨®n y protocolos en caso de acoso sexual y raz¨®n de sexo. ¡°El problema es que las empresas no se lo creen. Lo ven como un tema burocr¨¢tico¡±, dice. Esas gu¨ªas deber¨ªan incluir una manera de acompa?ar a las v¨ªctimas si desean ir al juzgado. ¡°Falta formaci¨®n y difusi¨®n¡±, lamenta.
?Por qu¨¦ no ha habido ninguna denuncia en los casos de los partidos? La respuesta a esta pregunta es compleja. Enfrenta el sufrimiento de la v¨ªctima con la idea socialmente extendida de que no ir al juez resta fuerza a los hechos. ¡°Estamos ante un sistema que te pone en la palestra y te revictimiza¡±, critica Gajardo. ¡°El silencio es premiado. Se cree que si hablas le est¨¢s haciendo mal a la organizaci¨®n. Normalmente, el acosador es una persona en una situaci¨®n de poder y en la v¨ªctima est¨¢ el convencimiento de que si va en contra de ¨¦l sale perdiendo¡±, agrega el abogado Natxo Parra, del Colectivo Ronda. ¡°Se vulneran derechos y se da un mensaje social problem¨¢tico de que estas situaciones se pueden resolver entre las partes¡±, insiste Bodel¨®n, que insta a los partidos a animar a las v¨ªctimas a denunciar.
48 militantes de la CUP critican en un art¨ªculo el protocolo de la organizaci¨®n
Bajo el t¨ªtulo No ens fareu fora, 48 militantes de la CUP acaban de publicar en el Ara un art¨ªculo muy cr¨ªtico. ¡°No se reconocen socialmente las agresiones machistas cuando ocurren y en nuestros espacios de militancia¡±, revelan, ¡°a¨²n hay reticencias a abordarlas con la contundencia debida y est¨¢ recogida en el protocolo. Sin eso, no hay avance posible en la soluci¨®n del problema y en la prevenci¨®n de futuras agresiones¡±.
Y siguen: ¡°No nos malinterpret¨¦is: no pretendemos enviar a nadie a la c¨¢rcel sin un proceso judicial ni linchar a nuestros compa?eros. No se trata de eso, sino de disponer y de aplicar protocolos efectivos y fiables que en lugar de invisibilizar los casos sirvan para reparar a la v¨ªctima y prevenir agresiones¡±. El grupo expresa su ¡°rabia¡± y ¡°frustraci¨®n¡± por el papel de Arrufat, al que acusan de usar su altavoz medi¨¢tico para alimentar el mito de las ¡°denuncias falsas¡±. El texto lo firma Boya y exmiembros del secretariado de la CUP que dimitieron por c¨®mo se gestion¨® ese caso. No lo suscriben la mayor¨ªa de las caras visibles del partido.
Bodel¨®n lanza un mensaje de alarma por algo en concreto: la confusi¨®n que se est¨¢ produciendo entre acoso y agresi¨®n. ¡°Es grave que se llame acoso cuando en realidad es abuso. Un tocamiento lo es¡±, dice. Para lograr que las denuncias lleguen a los juzgados, la clave estar¨ªa en crear un espacio seguro para que las mujeres denuncien si se animan. ¡°La detecci¨®n es un pilar muy importante, que los trabajadores sean capaces de detectar peque?os hechos que revelen un acoso. Eso permite repartir las cargas de responsabilidad de denunciarlo dentro de la organizaci¨®n, pero tambi¨¦n por la v¨ªa penal¡±. Aqu¨ª, insiste el abogado, es esencial una red de confidencialidad para garantizar los derechos de todos los involucrados.