Mendoza: ¡°Barcelona es mentirosa, le gusta la escenograf¨ªa¡±
El autor de ¡®La ciudad de los prodigios¡¯ recibe el 8? Premio Internacional de Novela Hist¨®rica Barcino, p¨®rtico del festival, que ser¨¢ virtual. ¡°No existe la gran novela de la ciudad¡±, asegura
¡°Todas las ciudades crean una imagen de ellas; Barcelona tambi¨¦n la ha buscado y para ello hasta se ha inventado barrios hist¨®ricos; en ese sentido, Barcelona es mentirosa, le gusta la escenograf¨ªa¡±, ha asegurado este lunes Eduardo Mendoza, la persona que quiz¨¢ m¨¢s cerca ha estado de escribir la gran novela sobre Barcelona con su La ciudad de los prodigios, entre otras obras suyas con la urbe como tel¨®n de fondo. Unos m¨¦ritos que ...
¡°Todas las ciudades crean una imagen de ellas; Barcelona tambi¨¦n la ha buscado y para ello hasta se ha inventado barrios hist¨®ricos; en ese sentido, Barcelona es mentirosa, le gusta la escenograf¨ªa¡±, ha asegurado este lunes Eduardo Mendoza, la persona que quiz¨¢ m¨¢s cerca ha estado de escribir la gran novela sobre Barcelona con su La ciudad de los prodigios, entre otras obras suyas con la urbe como tel¨®n de fondo. Unos m¨¦ritos que le han valido el 8? Premio Internacional de Novela Hist¨®rica Barcino, que se le ha concedido esta tarde en el Born Centro de Cultura y Memoria, p¨®rtico del Festival Barcelona Novela Hist¨®rica, que tendr¨¢ lugar hasta el pr¨®ximo 14 de noviembre, en formato virtual (streaming, podcasts y aplicaciones).
La urbe abierta al progreso (La ciudad de los prodigios), la de la conflictividad social de la eclosi¨®n industrial (La verdad sobre el caso Savolta), la de la Transici¨®n (El misterio de la cripta embrujada) o hasta la preol¨ªmpica (Sin noticias de Gurb) permiten reseguir la Historia, al menos moderna y contempor¨¢nea, de la capital catalana a partir de la producci¨®n de Mendoza (Barcelona, 1943), siempre, admite, m¨¢s interesado en la historia de la ciudad misma que en la de la personas. ¡°Busco c¨®mo cambia y se forma, y m¨¢s Barcelona, que es muy proteica en eso: ha mutado mucho en la Historia reciente, se va reinventando hasta f¨ªsicamente, con eso de los barrios hist¨®ricos¡±, se?ala citando sin citar el G¨®tico. ¡°Nueva, York, Venecia, Estambul¡ todas buscan im¨¢genes potentes, y Barcelona tambi¨¦n, y si no sale, se las inventa, y eso se vio con la primera gran explosi¨®n de la Barcelona moderna, que fue con el Modernismo, y ese fue un estilo fantasioso o mentiroso, si se quiere¡±, fija el escritor.
Una Ada Colau que se ha reconocido ¡°nerviosa y peque?a, aunque lleve cinco a?os de alcaldesa, porque provengo de una familia humilde del Guinard¨® que no imagin¨® que conocer¨ªa a Mendoza, al que le¨ª de adolescente¡± ha entregado el galard¨®n a un autor que ¡°no hace novelas hist¨®ricas sino novelas que hacen historia, historia universal de la literatura¡±, como ha fijado el catedr¨¢tico de Literatura y cr¨ªtico Javier Aparicio en su glosa del autor. Gran conocedor de la obra de un escritor que ¡°juega con la verosimilitud como con una peonza¡±, ha tirado de iron¨ªa mendoziana: ¡°P¨ªdele a Onofre Bouvila [protagonista de La ciudad de los prodigios] que regrese y nos ayude a reconstruir la ciudad; y a Gurb, que se lleve el coronavirus¡±.
Mendoza ha aprovechado para hacer un elogio de bibliotecas y archivos que le sirvieron para saber de una Barcelona que ¡°estaba literariamente virgen al no haber una memoria hist¨®rica continuada, lo que me permiti¨® inventar¡±. Y tambi¨¦n elogi¨® la suerte de que sus obras coincidieran ¡°en un momento en que se hizo la ciudad m¨¢s atractiva del mundo¡±. En esa l¨ªnea, ha lanzado la teor¨ªa de que ¡°lo que m¨¢s atrae a los extranjeros es nuestra manera de vivir¡±, mezcolanza de gente ¡°m¨¢s o menos trabajadora y seria, de fiar, a la que le gusta comer y vivir bien, donde no hay mucha tensi¨®n, cierto respeto entre todos y un punto justo de gamberrismo¡±. Para Mendoza, eso ha creado una atm¨®sfera que ¡°es importante mantenerla; sobre todo no hagamos imitaciones de nosotros mismos: no hemos de querer agradar y hemos de seguir as¨ª; s¨®lo de este modo seguiremos agradando". Bajo ese mismo prisma, Mendoza cree que ¡°la gran novela de Barcelona no existe: hay muy buenas novelas, pero no la gran novela; tampoco Barcelona la necesita¡±, ha puntualizado, generoso, el autor de La ciudad de los prodigios, ya a preguntas de la periodista L¨ªdia Heredia en el mismo acto.
Dice el escritor, que se confiesa ¡°un gran lector de Historia para poder entender lo que pasa¡±, que en su carrera literaria se ha dedicado solo a ¡°poner movimiento a ese teatro inm¨®vil de la Historia¡±, en buena parte ¡°inventando a partir de bases reales, cuyos datos suelen ser, curiosamente, los m¨¢s inveros¨ªmiles: la ficci¨®n es m¨¢s exigente que la realidad, mis cosas inventadas no dejan de ser bastones para aumentar y sustentar la base absurda de la realidad¡±.
Para afrontar ese tipo de novelas, Mendoza ¡ªque acaba de publicar Las barbas del profeta (Seix Barral), sobre el impacto de la Historia Sagrada en su formaci¨®n literaria¡ª considera que ¡°la visi¨®n de la Historia necesita cierta perspectiva: calculo que han de pasar 25 a?os para que un hecho se convierta en Historia; solo entonces podemos discutir enfoques; antes solo es actualidad¡±, justifica quien ultima la tercera entrega de su trilog¨ªa Las tres leyes del movimiento, ambientada en el periodo entre los a?os 1960 y 2000. En esa l¨ªnea, no le preocupa el revisionismo hist¨®rico: ¡°Siempre ha estado ah¨ª; otra cosa es con qu¨¦ est¨¢s de acuerdo o no¡±. ?Se tardar¨¢, pues, en leer una novela sobre el proc¨¦s? ¡°Tardaremos en verla, s¨ª, pero ser¨¢ buena¡±, ironiz¨®.
Pespunteada siempre por esa iron¨ªa y el humor (¡°no es forzado, est¨¢ ah¨ª: en La ciudad de los prodigios, investigando para la Exposici¨®n Universal de 1888, me encontr¨¦ con un pabell¨®n dedicado a la ortopedia, cuando en un evento as¨ª siempre se espera la excelencia, lo mejor de la vida¡±), conf¨ªa Mendoza que su obra haya dejado cierta huella en la manera c¨®mo los barceloneses miran su ciudad. ¡°Vemos siempre lo que nos hacen ver: la pintura, la m¨²sica crean maneras de ver y entender el mundo, sino todo ser¨ªan datos¡ Querr¨ªa pensar que s¨ª he contribuido un poco a configurar el imaginario de Barcelona¡±. Una ciudad que con la pandemia (¡°primero me angusti¨® por incontrolable y por c¨®mo afectaba a mi entorno, ahora s¨¦ que ser¨¢ largo, no s¨¦ c¨®mo me impactar¨¢¡±), asegura, ¡°deber¨¢ replantearse el modelo con el que ha vivido los ¨²ltimos a?os: el turismo¡±.
La capacidad de ¡°otorgar rango de realidad a la ficci¨®n, c¨®mo ¨¦sta es el lugar donde podemos entrar en contacto con la realidad para entender la ciudad¡± es lo que el comisario del festival, F¨¨lix Riera, elogia en Mendoza y lo que espera acabe dibujando un programa (Barcelona, la historia) que la pandemia ha obligado a focalizar en autores locales (desde historiadores como Borja de Riquer a escritores como Jaume Cabr¨¦, Enric Calpena y Mari Carme Roca o periodistas como Llu¨ªs Permanyer, entre otros) y que ha obligado asimismo a suspender algunas de las rutas previstas. En cualquier caso, encuentros para que, seg¨²n Riera, ¡°Barcelona no se mida solo en metros cuadrados sino tambi¨¦n en metros pensados¡±.