Vall d¡¯Hebron descongestiona sus Urgencias
El centro renueva la puerta de entrada al hospital y reorganiza los circuitos para evitar la saturaci¨®n del servicio
Ya no hay pacientes apelotonados en los pasillos de las urgencias del hospital Vall d¡¯Hebron de Barcelona. Tampoco salas de espera aborratadas de enfermos y acompa?antes esperando a ser atendidos. La puerta de entrada al centro sanitario ha sufrido un lavado de cara, externo e interno, y ya no hay rastro de aquel servicio saturado que enfadaba a las entidades vecinales. Al menos, por ahora. El hospital ha acometido una renovaci¨®n de las instalaciones y una reorganizaci¨®n de los circuitos asistenciales para evitar las amenazas de colapso en las urgencias y, por lo pronto, ha surtido efecto. Los...
Ya no hay pacientes apelotonados en los pasillos de las urgencias del hospital Vall d¡¯Hebron de Barcelona. Tampoco salas de espera aborratadas de enfermos y acompa?antes esperando a ser atendidos. La puerta de entrada al centro sanitario ha sufrido un lavado de cara, externo e interno, y ya no hay rastro de aquel servicio saturado que enfadaba a las entidades vecinales. Al menos, por ahora. El hospital ha acometido una renovaci¨®n de las instalaciones y una reorganizaci¨®n de los circuitos asistenciales para evitar las amenazas de colapso en las urgencias y, por lo pronto, ha surtido efecto. Los pacientes que aguardan por una cama en planta cada ma?ana ¡ªllegaba a ser m¨¢s de 50 en los peores picos prepand¨¦micos¡ª se han reducido a la mitad en poco m¨¢s de un a?o.
La gesti¨®n de la atenci¨®n urgente siempre hab¨ªa sido una piedra en el zapato para el Vall d¡¯Hebron, buque insignia de la sanidad p¨²blica catalana. Las quejas por las demoras en la atenci¨®n, con hileras de pacientes aguardando en la sala de espera o postrados en una camilla en un pasillo esperando una cama en planta, eran constantes y pusieron en pie de guerra al vecindario, que denunciaba a menudo la falta de recursos y espacios para atender la demanda. ¡°El problema de las urgencias se soluciona con obras, no con profesionales¡±, explicaba en marzo de 2019 a EL PA?S el entonces gerente, Vicen? Mart¨ªnez Ib¨¢?ez, quien aseguraba tambi¨¦n que entre un 30% y un 40% de los pacientes de Urgencias se podr¨ªan tratar fuera del hospital.
Con el cambio de gerente en el verano de ese a?o, el hospital dio un giro de tim¨®n y puso la reorganizaci¨®n de las urgencias en el punto de mira. ¡°Necesitamos unas urgencias potentes, que adec¨²en bien el ingreso urgente. Si un paciente viene con una neumon¨ªa y solo tienes dos opciones: ingresarlo en el Vall d¡¯Hebron o mandarlo a casa, esto es muy pobre. Entre estas dos opciones, tienes que rellenar este hueco. Lo que necesitas es tener dispositivos en el territorio y tambi¨¦n unas urgencias con unidades de observaci¨®n y corta estancia¡±, explicaba el verano pasado a este diario el actual responsable del centro, Albert Salazar. Esa era la idea. Y la pandemia aceler¨® los planes.
Ayer al mediod¨ªa, la sala de espera estaba casi vac¨ªa. Unas cintas separaban la zona covid de la no covid, ahora m¨¢s amplia. ¡°Vamos ajustando la zona de triaje a la demanda¡±, explica Mar¨ªa Arranz, jefa de Urgencias. Antes de la pandemia, cada d¨ªa sol¨ªan atender unos 350 pacientes ¡ªhasta 420 en los picos invernales de gripe¡ª, pero ahora las visitas han menguado y el perfil de pacientes ha cambiado. ¡°Ahora lo habitual son 250 o 260 pacientes diarios. Antes, ven¨ªan m¨¢s pacientes no urgentes, eran el 60%. Ahora, el 55% de las entradas son enfermos urgentes¡±, apunta Arranz. ¡°Hay un punto de concienciaci¨®n en el usuario sobre el uso del servicio y tambi¨¦n hay un punto de miedo¡±, tercia Bel¨¦n Fern¨¢ndez, supervisora de Enfermer¨ªa, para justificar este cambio de perfiles.
El lavado de cara de las Urgencias de Vall d¡¯Hebron empieza en la puerta, con nueva se?alizaci¨®n para que los pacientes y sus familiares no se pierdan por los laber¨ªnticos pasillos del servicio. Dentro, tres nuevos boxes para enfermos cr¨ªticos, mucho m¨¢s amplios que los dos cub¨ªculos de reanimaci¨®n que hab¨ªa antes, permiten atender tres urgencias vitales de forma simult¨¢nea. Por ejemplo, un ictus, un infarto o una parada cardiorespiratoria. En los peores d¨ªas de la pandemia, relata la subdirectora asistencial, Mar¨ªa Jos¨¦ Abad¨ªas, ¡°se intubaba un paciente cada hora¡±.
El servicio est¨¢ dividido seg¨²n la complejidad del paciente, que se dirime desde el mismo punto de triaje: cr¨ªticos, semicr¨ªticos o agudos. Tambi¨¦n hay un ¨¢rea de observaci¨®n para los que est¨¢n a punto de ser derivados a otro dispositivo asistencial y una zona de corta estancia, para aquellos casos que requieren alg¨²n d¨ªa bajo control (menos de tres), pero no precisan ingreso en planta. Cada ¨¢rea de complejidad dispone de unas camas espec¨ªficas y un equipo multidisciplinar que focaliza la asistencia en ese perfil del paciente. ¡°Antes una enfermera pod¨ªa estar atendiendo a un cr¨ªtico y tres agudos. Ahora se han diferenciado mucho las zonas y se est¨¢ trabajando el nivel de especializaci¨®n¡±, sostiene Arranz. Una enfermera de agudos atiende solo a esa tipolog¨ªa de pacientes, por ejemplo.
Seg¨²n los datos que maneja el hospital, los tiempos de espera en todas las fases asistenciales se han reducido. El triaje se hace en menos de 10 minutos (en 7.30 minutos desde la llegada) y las personas que aguardan en urgencias a una cama libre en planta han ca¨ªdo m¨¢s de la mitad. ¡°Pasamos de llegar por la ma?ana y tener 80 pacientes pendientes de traslado a tener unos 10¡±, apunta Abad¨ªas. Y la clave, asegura, est¨¢ en redirigir los flujos de entrada y de salida. ¡°Trabajados la adecuaci¨®n del ingreso. No todo el mundo necesita ingresar en una cama de agudos de un hospital terciario. Pueden derivarse a unidades de corta estancia, de convalecencia o a la hospitalizaci¨®n a domicilio. Tambi¨¦n se ha trabajado el flujo de entrada con el Sistema de Emergencias M¨¦dicas (SEM) porque hay pacientes que, por su baja complejidad, pueden ser atendidos en atenci¨®n primaria. Y para evitar que no haya retornos a las 72 horas, tambi¨¦n trabajamos conjuntamente con atenci¨®n primaria para redirigirlos¡±, explica la subdirectora asistencial. Las derivaciones a otros centros (como el Sant Rafael o el Pere Virgili, entre otros) ha aumentado un 26% y los retornos a urgencias 72 horas despu¨¦s han ca¨ªdo un 25%.
En las camas de agudos de Urgencias, la estancia media ahora es, seg¨²n el hospital, de 18 horas. ¡°Antes era de dos o tres d¨ªas, al menos¡±, apunta la supervisora de Enfermer¨ªa.