Barcelona pasa del arte urbano
Desaparecen dos murales pintados por reconocidos artistas en una semana. Entidades y profesionales piden que la ciudad fomente y respete estas obras
En las dos ¨²ltimas semanas el Ayuntamiento de Barcelona ha tapado dos grandes murales de artistas de renombre: el tibur¨®n de Blu en el Carmel y los castellers de Gonzalo Borondo en el Poblenou. La ciudad acumula en unos meses ...
En las dos ¨²ltimas semanas el Ayuntamiento de Barcelona ha tapado dos grandes murales de artistas de renombre: el tibur¨®n de Blu en el Carmel y los castellers de Gonzalo Borondo en el Poblenou. La ciudad acumula en unos meses incidentes vinculados a la eliminaci¨®n de obras pintadas en la calle que abren el debate sobre qu¨¦ papel tienen y qu¨¦ valor se da al arte urbano: del graffiti (la expresi¨®n m¨¢s al filo de la norma) al muralismo (la m¨¢s profesional). Artistas y entidades especializadas lamentan que Barcelona, cantera de grandes nombres, est¨¢ perdiendo el tren.
El Ayuntamiento responde que est¨¢ revisando protocolos y relajando la aplicaci¨®n de la Ordenanza de Civismo de 2006, que marc¨® un antes y un despu¨¦s, por las elevadas multas que impone por pintar. Pero la ciudad tiene pendiente reflexionar c¨®mo quiere encajar estas expresiones. En el marco de los derechos de unos y otros; y de la aportaci¨®n al patrimonio de los barrios que muchas veces supone. M¨¢s all¨¢, en definitiva, del debate de cada obra, sobre si es grande o peque?a; fea o bonita; o limpia o sucia.
La actual racha de incidentes comenz¨® en febrero, con la censura (reconocida por el Ayuntamiento, que pidi¨® disculpas) de la obra de Roc Black Block sobre el Rey Em¨¦rito. Luego otra pieza alusiva a la libertad de expresi¨®n de Txinorri junto a la Kasa de la Muntanya (¡°error humano¡±, seg¨²n el Consistorio). Y la semana pasada se cubri¨® la obra del italiano Blu en el Carmel, que el barrio consideraba un s¨ªmbolo; y un andamio tap¨® el Fent llenya de Gonzalo Borondo. La pared ser¨¢ un jard¨ªn vertical, precisa el consistorio.
Las voces consultadas coinciden: el Ayuntamiento no da al arte urbano la entidad de otras expresiones art¨ªsticas. Se preguntan por qu¨¦ el gobierno de Ada Colau no incluye el arte urbano en la ambiciosa apuesta por recuperar el espacio p¨²blico. Cuando corrieron las im¨¢genes de operarios con el rodillo en el Carmel, puso el grito en el cielo Xavi Ballaz, de B-Murals y Difusor. ¡°El problema es la falta de una pol¨ªtica respecto al arte urbano¡±. ¡°El tema no est¨¢ en si se les ha avisado o no; sino en la falta de espacios en condiciones, no se considera el arte urbano como de pleno derecho¡±.
En ambos casos eran paredes no consolidadas, que en su d¨ªa se cedieron temporalmente, autorizadas por Paisatge Urb¨¤. ¡°Hay que hablarlo. No lo podemos conservarlo todo, pero s¨ª establecer mecanismos para consensuar, porque nos tiraremos de los pelos pensando en lo que tuvimos. En DF conservan los murales de Diego Rivera¡±, constata Ballaz. ¡°No se entiende que no haya muros donde pintar, cuando hay skate parks donde patinar o pipicans para los perros. Las actuaciones de las ¨²ltimas semanas son consecuencia de d¨®nde venimos y de que no hay un criterio u oficina para el arte urbano¡±. Remacha Marc Garcia, de Rebobinart: ¡°El Ayuntamiento no ve un sector al que apoyar como a otras expresiones culturales, falta generar un modelo de ciudad de arte urbano¡±.
Ana Manaia trabajaba en el Espai Jove Boca Nord en 2009 cuando el CCCB organizaba el festival The Influencers y les pid¨® localitzar un muro para una gran obra de Blu. Pint¨® un fin de semana lluvioso: escalera, p¨¦rtiga y un pincel. ¡°Tuvo la sensibilidad de pintar un tibur¨®n hecho de billetes de 100 euros con la boca abierta ante una pintada comunista. Lo importante no es quien dio la orden o si ¨¦l autoriz¨® o no borrarlo, es la relaci¨®n entre la comunidad y el mural, y el barrio lo sent¨ªa suyo. De ah¨ª el rechazo, se hab¨ªa convertido en patrimonio del Carmel. Nadie habl¨® con el entono¡±. Gonzalo Borondo, por cierto, no fue avisado.
Los artistas profesionales creen que deben ser las comunidades donde se ubican los murales quien decida sobre ellos. Javier de Riba, de Reskate, alude al mural que pintaron en la fachada del distrito de Gr¨¤cia por el segundo centenario de la fiesta mayor. La intervenci¨®n fue previa a unas obras y cuando se borr¨® el mural, seis meses despu¨¦s, al entorno le supo mal. ¡°Cuando alejas el pincel de la pared, la obra deja de ser tuya, puede haber una intervenci¨®n individual; pero si es el Ayuntamiento, hay una intenci¨®n sobre c¨®mo debe ser el espacio p¨²blico. Deber¨ªa ser el p¨²blico quien decidiera¡±.
De Riba reivindica el muralismo como oficio: ¡°Busca reforzar la identidad de un lugar, entenderlo y crear una imagen que lo represente¡±, defiende y recuerda que en Barcelona viven artistas de todo el mundo que apenas tienen obra en la ciudad. Lo constata tambi¨¦n Roc Black Block. Cita a Mr Aryz, Cinta Vidal, Mohamed l¡¯Ghacham, Sixe..., ¡°tienen poco o nada en Barcelona¡±. ¡°A Barcelona se le est¨¢ escapando un tren del que hab¨ªa sido referencia¡±. Y se suma a la idea de que ¡°quien debe tener la ¨²ltima palabra son los vecinos, cuando un mural se convierte en ic¨®nico¡±.
Pintar en Barcelona sin permiso es ilegal. La Ordenanza de Civismo fija multas de hasta 450 euros por pintar en la calle, m¨¢s que las que impone la Ley Mordaza. Hay muros libres, legales, gestionados por entidades, pero adem¨¢s de que son insuficientes, no todo el mundo est¨¢ dispuesto a limitarse a estas paredes.
El colectivo mira a grandes ciudades pero tambi¨¦n al pueblo de Penelles (Noguera) que ha hecho del arte urbano una se?a de identidad. Citan tambi¨¦n Zaragoza, Linares o Valencia. En Barcelona tiene una buena colecci¨®n la Nau Bostik, un espacio privado.
¡±Nuevo protocolo¡±
En el Ayuntamiento, el Arquitecto Jefe, Xavier Matilla, lamenta ¡°la tradici¨®n restrictiva sobre la ubicaci¨®n del arte urbano en la ciudad, vinculada a una autorizaci¨®n¡± y revela que se trabaja en ¡°un nuevo protocolo para fijar nuevos criterios y requerimientos en paredes medianeras no consolidadas, consolidadas, muros... con la idea de permanencia y l¨®gica de mantenimiento, para facilitar la aparici¨®n de m¨¢s arte urbano, que tiene una aceptaci¨®n ciudadana mayor¡±.
En una jornada celebrada hace tres semanas en La Farinera, el concejal de Derechos de Ciudadan¨ªa, Marc Serra, admiti¨® que ¡°Barcelona tiene muchos deberes¡± y defendi¨® ¡°situar el arte urbano como un derecho que ayuda a democratizar el acceso a la cultura¡±. Serra anunci¨® la creaci¨®n de 30-40 muros libres y se?al¨® que las multas han ca¨ªdo a la mitad y que se impone un importe menor.
Las cr¨ªticas, con todo, fueron duras. ¡°Vamos en bicicleta¡±, protest¨® Marc Mascort de Montana Colors. Defendi¨® muros en ubicaciones que ¡°tengan impacto¡± y el ¡°poder transformador¡± de arte urbano. Carlos Garc¨ªa (Spogo) se?al¨® que prohibir pintar es censura y reivindic¨® ¡°la profesi¨®n que es pintar en la calle y vivir en el espacio p¨²blico para mejorarlo¡±. Roc Black Block mantuvo que la habilitaci¨®n de espacios son ¡°migajas¡± y apunt¨® la idea de regular sobre d¨®nde no se puede pintar.