El Liceo acaba temporada con un Donizetti en los EE UU de Kennedy
Nadine Sierra y Javier Camarena salvan un fallido montaje de ¡®Lucia di Lammermoor¡¯
El tenor mexicano Javier Camarena y la soprano estadounidense Nadine Sierra salvaron ellos solos, con un canto delicado y mucho arte belcantista, el montaje de Lucia di Lammermoor, de Gaetano Donizetti, que cierra la temporada oper¨ªstica del Liceo a finales de este mes de julio. Frente al buen nivel vocal y musical, decepcion¨® la producci¨®n de la ?pera Estatal de Baviera dirigida esc¨¦nicamente por la ...
El tenor mexicano Javier Camarena y la soprano estadounidense Nadine Sierra salvaron ellos solos, con un canto delicado y mucho arte belcantista, el montaje de Lucia di Lammermoor, de Gaetano Donizetti, que cierra la temporada oper¨ªstica del Liceo a finales de este mes de julio. Frente al buen nivel vocal y musical, decepcion¨® la producci¨®n de la ?pera Estatal de Baviera dirigida esc¨¦nicamente por la actriz y directora polaca Barbara Wysocka, que recibi¨® un contundente abucheo. La acci¨®n del drama tr¨¢gico, que el libreto, basado en una novela de Walter Scott, ambienta en Escocia a finales del XVII, salta en el tiempo a los Estados Unidos de los a?os cincuenta, antes del ascenso de John Fitzgerald Kennedy. La propuesta, m¨¢s caprichosa que coherente, bordea el rid¨ªculo en algunas escenas.
Wysocka se monta una pel¨ªcula propia, una especie de Rebelde sin causa de andar por casa. Cuando Sir Edgardo di Ravenswood irrumpe en escena en un cadillac descapotable, con cazadora de cuero, ya se intuye el corto vuelo de las ¨ªnfulas cinematogr¨¢ficas del montaje. No pasa nada teatralmente excitante y el d¨²o con su amada Lucia ¡ªen este montaje es una joven muy elegante, con gabardina y zapatos de tac¨®n, que parece evocar la triste aureola de Jackie Kennedy¡ª, finaliza con una artificial pose junto al descapotable.
Tanto en la novela de Walter Scott que inspira el libreto (La novia de Lammermoor) como en la magistral partitura de Donizetti, se respira la tenebrosa atm¨®sfera g¨®tica de una Escocia, en gran parte ficticia. La negrura de la tragedia rom¨¢ntica ¡ªuna joven, Lucia, forzada por su hermano, Lord Enrico Ashton, a un matrimonio de conveniencia¡ª se pierde en una nube de referencias cin¨¦filas, entre pistolas y el humo de los cigarrillos, en busca de un tono crepuscular que nunca acaba aflorando. El escenario ¨²nico ¡ªun sal¨®n en estado ruinoso, con cristales rotos y sillas y mesas de despacho vetustas¡ª tampoco es que ayude mucho.
El director de orquesta italiano Giacomo Sagripanti intent¨® insuflar vida musical al montaje, cosa harto dif¨ªcil, pues el gran Donizetti expresa musical y vocalmente unos sentimientos que chocan con la moderna, pero trivial, puesta en escena.
La versi¨®n musical, algo renqueante en los tempi, fue correcta en l¨ªneas generales, con finos detalles ¡ªlas intervenciones del arpa fueron preciosas¡ª, pero sin ese punto de brillo en la respuesta orquestal acorde con la exaltaci¨®n dram¨¢tica de toda la partitura.
En una ¨®pera para prima donna marcada por la huella de voces legendarias, triunf¨® la soprano ligera Nadine Sierra, ganadora del Concurso Montserrat Caball¨¦ de 2013. Sierra canta muy bien, con elegancia, buen gusto en las ornamentaciones y matices expresivos de gran belleza. As¨ª se llev¨® la primera gran ovaci¨®n tras una exquisita interpretaci¨®n del aria y cabaletta de salida, y mantuvo el tipo en el fulgor pirot¨¦cnico de la m¨¢s famosa escena de la locura del repertorio, que cant¨® pistola en mano. Una muy buena Lucia que, con sobreagudos de m¨¢s proyecci¨®n y firmeza, ser¨ªa excepcional.
M¨²sica de guateque
Comenz¨® con suma cautela, por su parte, Javier Camarena, primando los matices belcantistas m¨¢s delicados y luciendo un fraseo de gran nobleza y efusivo lirismo. El famoso tenor ¡ªes el m¨¢ximo gancho medi¨¢tico de las funciones programadas, hasta el 28 de julio¡ª, fue a m¨¢s y, despu¨¦s del famos¨ªsimo Sexteto ¡ªanta?o sol¨ªa bisarse en el Liceo; hoy corren otros tiempos¡ª, su interpretaci¨®n de Edgardo (que no es su mejor papel) fue ganando intensidad l¨ªrica hasta culminar la velada con una escena final antol¨®gica que cant¨® blandiendo una pistola hasta el ¨²ltimo y fatal disparo.
El bar¨ªtono mexicano Alfredo Daza encarn¨® con voz sonora, mucho temperamento y cierta monoton¨ªa expresiva a un Lord Enrico Ashton con tics de fumador compulsivo, violento y presto a sacar la pistola al primer incidente. En el resto del reparto, cumpli¨® el bajo italiano Mirko Palazzi como Raimondo Bidebent y resultaron m¨¢s discretos el tenor italo-argentino Emmanuel Faraldo (Lord Arturo Buklaw), la soprano catalana Anna Gom¨¤ (Alisa), y el tenor andaluz Mois¨¦s Mar¨ªn (Normanno). Bien el coro, que en la fiesta nupcial qued¨® muy forzado al intentar bailar, con ritmos de guateque, una m¨²sica claramente de otro mundo.