¡°Cuando empez¨® la epidemia dije: el que se quede sin trabajo, a comer a casa de la Leo¡±
La due?a del emblem¨¢tico bar Leo de la Barceloneta admite que la crisis sanitaria le ha pasado factura emocional: ¡°Hay momentos en los que paso mucha tensi¨®n, cuando le tengo que decir a las personas que quiero que no pueden entrar.¡±
El sol apenas est¨¢ despuntando sobre la playa de la Barceloneta y Leocadia Montes, La Leo, (La R¨¢bita, Granada, 76 a?os), ya est¨¢ despachando los primeros caf¨¦s en el bar. Como cada d¨ªa, desde hace casi 40 a?os, despierta al alba y se echa a la faena hasta que cae el sol.
Ella, que dej¨® su R¨¢bita natal siendo una cr¨ªa para ganarse el pan en la capital catalana, apenas ha salido de su barrio, la Barceloneta. Leo es su bar. Toda una vida cobijada entre esas cuatro paredes empapeladas de recuerdos en la calle Sant Carles. Un local que rinde homenaje ...
El sol apenas est¨¢ despuntando sobre la playa de la Barceloneta y Leocadia Montes, La Leo, (La R¨¢bita, Granada, 76 a?os), ya est¨¢ despachando los primeros caf¨¦s en el bar. Como cada d¨ªa, desde hace casi 40 a?os, despierta al alba y se echa a la faena hasta que cae el sol.
Ella, que dej¨® su R¨¢bita natal siendo una cr¨ªa para ganarse el pan en la capital catalana, apenas ha salido de su barrio, la Barceloneta. Leo es su bar. Toda una vida cobijada entre esas cuatro paredes empapeladas de recuerdos en la calle Sant Carles. Un local que rinde homenaje al cantaor flamenco Bambino, amigo de la ama, y guarda la esencia de la Barceloneta que fue. Que a¨²n es. Sobre el frente del comedor, una virgen; tras el mostrador, una ristra de billetes antiguos y decenas de cachivaches que sortean fotograf¨ªas de cantantes, de las Leo de otros tiempos e, incluso, de una sonriente alcaldesa Ada Colau: ¡°A la Colau la quiero mucho. La estimo de siempre. Yo la tengo en mi pensamiento de antes de que fuera presidenta. Hab¨ªa o¨ªdo de ella que hac¨ªa muchas cosas buenas por la gente¡±, explica.
Leo, viuda desde hace 20 a?os, se sabe querida: ¡°Todos los que entran por la puerta, lo que saben decirme es: eres una madraza, te queremos¡±. Y, efectivamente, como una madre ¡ªcon sus cuatro hijos y con cualquier cliente que entra por la puerta¡ª, la Leo ordena, dispone y manda. Y todos cumplen.
Pregunta. ?C¨®mo ha llegado la Leo hasta aqu¨ª?
Respuesta. Yo empec¨¦ a trabajar en los merenderos de la playa, los chiringuitos que tiraron abajo. Luego me cas¨¦ y tuve a mis hijos. Llevo 39 a?os con el bar y desde que empec¨¦ no he perdido un d¨ªa de trabajar. Me he levantado todos los d¨ªas a las siete de la ma?ana hasta las nueve de la noche. Sin fiestas, ni vacaciones ni nada. En la Barceloneta es donde yo he estado. No he salido de aqu¨ª, de los merenderos, de mi casa y de mi negocio. He conocido a muchas personas, soy muy querida de ellos y yo los adoro.
P. ?Por qu¨¦ cree que la quieren tanto?
R. He trabajado solo para comer, no para guardar. Y me he comportado como ellos me han querido. Ese es el cari?o que yo le doy a mi gente.
P. ?Por qu¨¦ empez¨® a empapelar las paredes con el Bambino?
R. Cuando terminaban de actuar, ven¨ªan por la ma?ana a la Barceloneta, a un bar que le dec¨ªan La Barca. Y ese se?or era como un hermano para m¨ª. Llegaban muchos artistas por la ma?ana, tomaban la copa de la barrecha y el pesca¨ªto frito los s¨¢bados, los viernes y los domingos. A m¨ª me gustaba el baile y me pon¨ªa con ellos. Me dec¨ªan mama, me quer¨ªan mucho.
P. ?Qu¨¦ queda de la Leo que lleg¨® a la Barceloneta?
R. Todo. Lo he dado todo en la Barceloneta: todo mi trabajo, mi juventud, tener cuatro hijos, tres nietos. Y a todos los que entran por la puerta: yo no tengo clientes, son familia.
¡°Lo he dado todo en la Barceloneta. Yo no tengo clientes, son familiaLeocadia Montes
P. ?Le gusta el barrio ahora?
R. A m¨ª me gusta la Barceloneta porque le tengo mucho cari?o. Todav¨ªa en la calle que vivo hay mucha gente buena, de la de antiguamente, que me quiere y me adora. Es muy grande. Sigue siendo la Barceloneta.
P. ?C¨®mo ha sido la pandemia para usted?
R. Muy mala. He estado cinco meses cerrada y no he recibido nada. He perdido que me entrara dinero para pagar todos los impuestos. Para m¨ª ha sido muy triste porque yo no soy una persona de muchos bienes. Ten¨ªa que acabar de pagar una hipoteca y me qued¨¦ sin nada. Si no trabajaba, no pod¨ªa pagar.
P. ?Es f¨¢cil que la gente cumpla las restricciones?
R. A m¨ª me respetan mucho. Lo que yo diga, se hace. La cuesti¨®n es que, ni que fuera para tres personas, la gente no quer¨ªa que cerrara, para poder venir a la Barceloneta y entrar en el Bar Leo, que era lo m¨¢s bonito para ellos.
P. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le preocupa a usted ahora?
R. Que me gustar¨ªa volver a como yo he trabajado toda la vida. Que no tenga que intimidar a mi gente para echarlos para un lado o para otro y que yo no tenga que estar pendiente de que no est¨¦n juntos. Y que los viera a todos felices. Hay momentos en los que paso mucha tensi¨®n, cuando le tengo que decir a las personas que quiero que no pueden entrar.
P. Ser mujer, viuda, cuatro hijos y llevando un negocio¡ ?Ha sido todo m¨¢s dif¨ªcil como mujer que si fuera un hombre?
R. La verdad es que como yo estoy acostumbrada a trabajar desde jovencita, le he echado valor porque ten¨ªa cuatro hijos y ten¨ªa que ayudarles y sacarlos adelante. Estoy satisfecha de haber sido mujer y tener la potencia que he tenido yo sola.
P. ?Qu¨¦ le queda por hacer a la Leo?
R. Me gustar¨ªa haber visto cosas que no he visto. Total, con los a?os que tengo, no creo que las haga ya. Mi fundaci¨®n ser¨¢ esto, el bar Leo. Y mi vida est¨¢ metida aqu¨ª. Y mi suerte y mi carisma est¨¢n metidos aqu¨ª. Y mi buena gente, que me quiere y me adora, entran por la puerta. Y ellos no quieren que sufra. Cuando me ven con la carita un poco triste, sufren conmigo. Y cuando viene gente con un problemilla, yo le digo: venga, no te preocupes, que de comer no te falta, que La Leo tiene un plato de comida, que aqu¨ª vamos a comer todos. Cuando empez¨® la epidemia dije: el que se quede sin trabajo, a comer a casa de la Leo.
¡°Estoy satisfecha de haber sido mujer y tener la potencia que he tenido yo solaLeocadia Montes
P. ?Y vino gente a comer a casa de la Leo?
R. No, yo he dado para que se lo lleven a su casa. Yo he dado de mi comida, de la comida de mis hijos, que yo hago estofados o cocidos, y le he dado a mucha gente. Y si vienen chavales conocidos y me piden un caf¨¦ con leche o un bocadillo, pues tambi¨¦n se lo doy. Dinero, no porque no tengo.
P. ?La Leo se va a jubilar alg¨²n d¨ªa?
R. Claro que me tengo que jubilar alg¨²n d¨ªa, pero cuando pueda porque ahora no tengo fondos para jubilarme. Si me dan 500 euros, yo no tengo para vivir. Tampoco s¨¦ lo que puedo vivir, lo que me puede quedar. Hoy est¨¢s bien y ma?ana no sabes lo que te puede pasar. Yo estoy contenta conmigo y con toda la Barceloneta.