El grupo Mujeres inicia la recta final del ciclo Sala Barcelona del castillo de Montju?c
Carmen Zapata, gerente de la asociaci¨®n organizadora de conciertos de Catalu?a, destaca que los clubes conf¨ªan en que ¡°los borrosos horizontes a los que se enfrentan¡± por la pandemia, acaben a finales de a?o
Castillo de Montju?c, pen¨²ltimo concierto del ciclo Sala Barcelona auspiciado por ASSAC, organizaci¨®n que agrupa a la salas de conciertos, y el Ayuntamiento de Barcelona, deseoso de recuperar este espacio para la m¨²sica. Act¨²a Mujeres, tr¨ªo masculino. Antes de abordar Vete con ¨¦l, Pol, el bajista, dice ¡°por cierto, estoy en el paro, estar¨ªa bien que en septiembre tuviese una n¨®mina, lo digo por si alguien sabe de algo¡±. Minutos ...
Castillo de Montju?c, pen¨²ltimo concierto del ciclo Sala Barcelona auspiciado por ASSAC, organizaci¨®n que agrupa a la salas de conciertos, y el Ayuntamiento de Barcelona, deseoso de recuperar este espacio para la m¨²sica. Act¨²a Mujeres, tr¨ªo masculino. Antes de abordar Vete con ¨¦l, Pol, el bajista, dice ¡°por cierto, estoy en el paro, estar¨ªa bien que en septiembre tuviese una n¨®mina, lo digo por si alguien sabe de algo¡±. Minutos antes, Carmen Zapata, gerente de ASSAC, declaraba a este diario: ¡°estamos todos muy fatigados, esper¨¢bamos cierta normalidad en septiembre, y ahora vemos que esto a¨²n parece ir para largo, quiz¨¢s hay esperanza para finales de a?o, aunque no se sabe¡±.
Las salas siguen cerradas, y pese a que ya forman parte del Cens d¡¯Espais de Cultura Responsable, paso previo para recibir subvenciones compensatorias por limitaci¨®n de aforo, ¡°resulta que como nuestro aforo real es del 23%, nunca llegamos a recibir el apoyo que tienen cines y teatros, cuyo aforo es del 70%¡±, dice Zapata. ¡°Todo es una tristeza: ?hasta cu¨¢ndo podremos vivir de micro conciertos subvencionados, que sin dinero p¨²blico ser¨ªan ruinosos?, se pregunta. No solo son malos tiempos para la l¨ªrica, son peores tiempos para la m¨²sica. Suerte que Mujeres lo hizo olvidar por espacio de hora y media con un concierto anfetam¨ªnico, vitalista y, pese a todo, optimista.
El del tr¨ªo barcelon¨¦s, diez a?os de brillante carrera y a¨²n precisando trabajos al margen de la m¨²sica, fue el tercer concierto del ciclo que agot¨® las entradas ¨Clos otros fueron Ginegras, coincidieron adem¨¢s con la luna llena sobre el escenario, y I¡¯m a Soul Woman- y aun manteniendo un buen nivel de ocupaci¨®n, en torno al 70%, Zapata reconoc¨ªa las dificultades de este a?o ¡°ha habido m¨¢s oferta, la variante Delta fren¨® las ventas y a¨²n con todo, lo m¨¢s dif¨ªcil es competir con un ocio ilegal que cuenta con servicios como ¡°telebotella¡±, que te lleva bebidas, hielo y vasos donde desees¡±. En el Sala Barcelona se puede beber, no bailar, pero el baile, en este caso de medidas, genera tantas confusiones que un espectador fumaba un cigarrillo con el disimulo aplicable a un porro, sin duda desconocedor que all¨ª, en el castillo, s¨ª se pod¨ªa fumar habiendo distancia. Mientras tanto, el servicio de vigilancia sentaba a los bailarines y reconven¨ªa a quienes no usasen mascarilla. Aquello que se llam¨® nueva normalidad suena hoy a pat¨¦tico eufemismo.
De forma paralela, Mujeres iba a lo suyo, a divertirse divirtiendo. Y eso que sus letras parecen hablar de nuestros d¨ªas, como cuando cantaban ¡°una plataforma con gente / que no puede aguantar / una estructura ingente / que no puede aguantar / una destrucci¨®n de la mente / ya no puedo ni hablar¡±. Por suerte, el grupo no se a¨ªsla adormecido en el ensimismamiento, sino que empuja sus p¨ªldoras, temas de no m¨¢s de tres minutos, a base de guitarras garajeras, rock, coqueteos con el punk y un remate dulce a base de melod¨ªas pop con el apoyo de sus tres voces.
Velocidad con sentido, m¨²sica en buena medida inspirada en los sesenta que no huele a naftalina revisionista, letras m¨¢s all¨¢ de las obviedades para conformar una oferta de club, a la postre idea de este Sala Barcelona que concluye con Kokoshca este s¨¢bado y el domingo con la actuaci¨®n de Seward. No habr¨¢ Sala Barcelona de oto?o, solo una reprogramaci¨®n de conciertos en sala que la quinta ola cancel¨® en julio y esa sensaci¨®n general de que los festivales, pese a que este a?o todos hayan repetido artistas como nunca antes, siguen tapando a las salas. Acabado el concierto, en la puerta, Pol vend¨ªa discos y camisetas de Mujeres.