La restauraci¨®n de Barcelona asume que perder¨¢ espacio en las terrazas de las aceras
El Ayuntamiento revisar¨¢ las ampliaciones extraordinarias que se concedieron por el impacto econ¨®mico de la covid
Barcelona ten¨ªa 6.000 terrazas de bares y restaurantes antes de empezar la pandemia que ocupaban 59.000 metros cuadrados. Debido a las medidas extraordinarias que el Ayuntamiento acord¨® para compensar las restricciones que sufri¨® la restauraci¨®n, las mesas y las sillas ganaron 23.000 metros cuadrados m¨¢s. El consistorio concedi¨® licencias provisionales a 3.668 veladores m¨¢s, 1.588 que se colocaron en calzada y 2.180 m¨¢s nuevas o ampliaciones e...
Barcelona ten¨ªa 6.000 terrazas de bares y restaurantes antes de empezar la pandemia que ocupaban 59.000 metros cuadrados. Debido a las medidas extraordinarias que el Ayuntamiento acord¨® para compensar las restricciones que sufri¨® la restauraci¨®n, las mesas y las sillas ganaron 23.000 metros cuadrados m¨¢s. El consistorio concedi¨® licencias provisionales a 3.668 veladores m¨¢s, 1.588 que se colocaron en calzada y 2.180 m¨¢s nuevas o ampliaciones en las aceras. De estas ¨²ltimas, tanto el Ayuntamiento de Barcelona como el propio gremio de restauraci¨®n asumen que el a?o que viene ir¨¢n menguando.
Las licencias excepcionales caducan el 31 de diciembre y a partir de ese momento los restauradores tendr¨¢n un plazo de dos meses para plantear si quieren continuar con el espacio ganado en las aceras o no. Sobre las aceras se han llegado a colocar desde el a?o pasado 10.000 mesas y cerca de 39.000 sillas, seg¨²n datos del Ayuntamiento, un mobiliario que ha venido a restar espacio p¨²blico para el ciudadano que no quiera sentarse en ellas.
Desde el gremio de restauradores reconocen que ese crecimiento en las aceras ha llegado a provocar conflictos en el espacio p¨²blico porque la cantidad de mesas y sillas han copado las aceras, como es el caso de Enric Granados, que ha sido denunciado por los vecinos reiteradamente. No es el ¨²nico punto sensible: tambi¨¦n se han disparado en zonas de la Barceloneta, del Poble Sec y en muchas plazas y calles del Eixample. Mesas y sillas que desbordan el espacio que ten¨ªan acotado, que se acercan a los pasos de peatones, que restan espacio a las motos que pueden aparcar sobre la acera, o que se abalanzan sobre las pocas sillas de mobiliario urbano¡ La casu¨ªstica es interminable.
¡°Yo ten¨ªa cuatro mesas y desde la covid tengo dos m¨¢s que me han ido bien, pero cuando acabe este periodo de excepcionalidad volver¨¦ a quedarme con las que ten¨ªa porque no me saldr¨¢ a cuenta pagar m¨¢s tasas y tener que reformar el mobiliario que ya ten¨ªa¡±, explica Marc Soler, propietario del bar restaurante Ceibo, en el Eixample barcelon¨¦s. Una lectura que se repite en no pocos casos en los que los propietarios ponen en la balanza los costes de reformar el mobiliario ¡ªlos cierres con jardineras y parasoles¡ªy el pago de las tasas, que desde la pandemia se ha subvencionado en un 75%, frente a los ingresos que reporta tener m¨¢s mesas y sillas adicionales. De hecho, la modificaci¨®n de la ordenanza de las terrazas fue aprobada a finales de 2019 y fue muy contestada por el sector.
Su aplicaci¨®n, sin embargo, se vio de facto suspendida por la irrupci¨®n de la covid, el confinamiento y las restricciones de aforos y horarios ¡ªincluido cese total de la actividad¡ª que tuvieron que afrontar los m¨¢s de 9.000 bares y restaurantes de la ciudad. Aquella actualizaci¨®n supon¨ªa que la tasa se multiplicara por casi cuatro en la zona 0, en la que est¨¢n por ejemplo, el paseo de Gr¨¤cia, La Rambla, o la Sagrada Familia. Una mesa y cuatro sillas ¡ª2,25 metros cuadrados¡ª en esa zona supon¨ªa pasar de pagar 31,38 euros por mes a 105,38.
Bonificaciones a negociar
Si esos precios se van a aplicar a rajatabla a partir de 2022 es, todav¨ªa, una inc¨®gnita que no se ha despejado. En la ¨²ltima comisi¨®n que discuti¨® los presupuestos y ordenanzas, el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, contest¨® con un ni si, ni no: ¡°Se mantiene la sensibilidad con el sector pero las bonificaciones se tendr¨¢n que negociar, estamos abiertos a hablar de ello pero, en cualquier caso, no ser¨¢n las mismas que las que se aprobaron por la pandemia¡±. Desde hace una semana, adem¨¢s, han saltado las restricciones del aforo en el interior de bares y restaurantes con lo que han recuperado la ocupaci¨®n anterior a la pandemia y la necesidad de tener m¨¢s espacio en el exterior puede ser m¨¢s relativa.
El consistorio ha impulsado la revisi¨®n de la ordenanza de las terrazas de 2019 para legalizar las que se han ganado en la calzada. Janet Sanz, la teniente de alcalde de Urbanismo del consistorio ha dicho en m¨¢s de una ocasi¨®n que las terrazas en calzada han venido para quedarse ¡ªsi cumplen la normativa y adaptan los modelos que sustituir¨¢n los cierres perimetrales con las new jersey, y lo volvi¨® a repetir en el debate de la aprobaci¨®n inicial de la modificaci¨®n de la ordenanza, el pasado mes de septiembre.
La filosof¨ªa del consistorio es que esas terrazas en la calzada se ajustan a la idea de restar espacio al veh¨ªculo. En cambio, no est¨¢ tan claro el criterio en cuanto a las que est¨¢n en calzada. De hecho, durante los ¨²ltimos meses en que perviv¨ªan bastantes restricciones por la pandemia, Collboni se mostraba partidario de que se mantuvieran todas, mientras que Sanz insist¨ªa en que las peticiones de mantener la ampliaci¨®n en la acera se estudiar¨ªan ¡°caso por caso¡± y siempre que cumplieran los criterios de ¡°accesibilidad, distancias y garant¨ªas de paso para los vecinos¡±, subrayan desde el consistorio.
El coste de privatizar el espacio p¨²blico
El debate sobre las terrazas pone sobre la mesa la privatización del espacio público de una actividad económica con la única contraprestación del pago de una tasa. Algo que levantaba polémica cuando se trataba de los veladores sobre las aceras y que solía enfrentar a restauradores frente a asociaciones de vecinos y, hasta cierto punto, al consistorio. Ahora, la legalización de las que han florecido en la calzada — en regularización hasta junio de 2022— también ha abierto parecido debate. Algunas formaciones políticas del consistorio, como Esquerra Republicana, demandan una compensación por ello. Para algunos vecinos de calles en las que se han instalado, la cuestión es otra: “Si pago los impuestos y la tasa de residente, tengo derecho a poder aparcar por lo que a mí me perjudican las terrazas en la calzada”, explica Toni, un residente de la Barceloneta.