Ideolog¨ªa, ese insulto

Tal vez la noticia de este mi¨¦rcoles en el Parlament de Catalu?a fuera el regreso del aforo completo, la normalidad con matices: las mascarillas siguen ah¨ª. Ten¨ªa algo de emocionante volver a ver todos los esca?os ocupados y, a la vez, la concentraci¨®n humana en ese espacio resultaba un poco chocante, prueba de que la pandemia ha afectado a nuestra percepci¨®n de la realidad: jam¨¢s hab¨ªa advertido cu¨¢n cercanos estaban unos esca?os de otros, como jam¨¢s hab¨ªa prestado atenci¨®n, con un asomo de alarma, a las t...

Tal vez la noticia de este mi¨¦rcoles en el Parlament de Catalu?a fuera el regreso del aforo completo, la normalidad con matices: las mascarillas siguen ah¨ª. Ten¨ªa algo de emocionante volver a ver todos los esca?os ocupados y, a la vez, la concentraci¨®n humana en ese espacio resultaba un poco chocante, prueba de que la pandemia ha afectado a nuestra percepci¨®n de la realidad: jam¨¢s hab¨ªa advertido cu¨¢n cercanos estaban unos esca?os de otros, como jam¨¢s hab¨ªa prestado atenci¨®n, con un asomo de alarma, a las toses de sus se?or¨ªas. El virus nos ha cambiado a todos, incluso a los que no hemos pasado la enfermedad.

En ese escenario de esca?os llenos y cercanos, Junts per Catalunya ha profundizado en su imagen de partido punky, capaz de defender opciones contradictorias, ya no en escenarios distintos, sino en el mismo hemiciclo y con una diferencia de apenas media hora: el vicepresidente Jordi Puigner¨® quiso desmarcar la reivindicaci¨®n de Rodalies del sentido del voto a los Presupuestos de Pedro S¨¢nchez, mientras el portavoz juntista Albert Batet reclamaba precisamente el traspaso de los trenes de Rodalies como una condici¨®n para apoyar esas mismas Cuentas. Puigner¨® ventil¨® la contradicci¨®n diciendo que eran propuestas complementarias: Punk¡¯s not dead. En ocasiones, la senda estrat¨¦gica de Junts la marca el objeto de ataque inmediato, sea el Estado, el Gobierno central, la Uni¨®n Europea o los socios de Esquerra, m¨¢s que un programa pol¨ªtico determinado.

Aunque, en realidad, el enfrentamiento de m¨¢s calado pol¨ªtico en esta ma?ana de mi¨¦rcoles ha girado en torno a la subvenci¨®n p¨²blica para las escuelas que separan al alumnado por sexo. La derecha antiindependentista ha cargado contra el consejero de Educaci¨®n, Josep Gonz¨¢lez i Cambray (ERC), por anunciar que no habr¨ªa m¨¢s conciertos con esas escuelas, generalmente de ¨¦lite y casi siempre religiosas. PP y Vox van tan del brazo en la defensa de esos centros que la intervenci¨®n de Eva Parera (independiente en las filas del PP) ha recibido los aplausos del l¨ªder voxista Ignacio Garriga y otros diputados de la ultraderecha. Parera ha echado mano del argumento de moda para criticar una decisi¨®n pol¨ªtica: ¡°es puramente ideol¨®gica¡±. Hace un tiempo que algunos sectores, sobre todo conservadores, utilizan la palabra ¡°ideol¨®gico¡± en sentido negativo, como sin¨®nimo de sectario. Casi como un insulto. Este relato presupone que hay decisiones pol¨ªticas no ideol¨®gicas, sino basadas en una hipot¨¦tica iluminaci¨®n del Dios del sentido com¨²n. En este caso concreto, los defensores de lo que definen como ¡°escuela diferenciada¡± y reclaman que se la siga manteniendo econ¨®micamente desde el Estado hablan de ¡°libertad de elecci¨®n¡±, lo que no deja de ser una premisa ideol¨®gica.

Sobre este asunto de las subvenciones a escuelas que separan por sexo, el portavoz de Vox, Ignacio Garriga, ha augurado un triunfo de su recurso ante el Tribunal Constitucional con un argumento indiscutible: ¡°es un recurso buen¨ªsimo¡±. Cambray les ha afeado la costumbre de ir a los tribunales cada vez que no comparten una decisi¨®n gubernamental, y la respuesta espont¨¢nea desde los esca?os ultras ha sido casi un¨¢nime: ¡°?Obviamente!¡±