¡°Yo no abandon¨¦ la escuela, me abandon¨® ella¡±
Las escuelas de nuevas oportunidades para j¨®venes que dejan los estudios reclaman que la futura ley de Formaci¨®n Profesional les reconozca como agentes educativos
A David Rimbelschi le costaban los estudios, iba algo rezagado en las evaluaciones acad¨¦micas y no segu¨ªa el ritmo de sus compa?eros de clase. El profesor, quiz¨¢ superado por las altas ratios que existen en las escuelas catalanas, opt¨® por darle un cuadernillo. ¡°Me dieron un dosier para ir haciendo ejercicios mientras todos hac¨ªan clase normal. Ah¨ª fue cuando empezaron a quit¨¢rseme las ganas de ir al instituto¡±, explica este muchacho de 17 a?os. Poco despu¨¦s lleg¨® la pandemia, y con ella, las clases en l¨ªnea. ¡°Estaba haciendo cuarto de la ESO, dej¨¦ de conectarme, y solo me escribieron dos corr...
A David Rimbelschi le costaban los estudios, iba algo rezagado en las evaluaciones acad¨¦micas y no segu¨ªa el ritmo de sus compa?eros de clase. El profesor, quiz¨¢ superado por las altas ratios que existen en las escuelas catalanas, opt¨® por darle un cuadernillo. ¡°Me dieron un dosier para ir haciendo ejercicios mientras todos hac¨ªan clase normal. Ah¨ª fue cuando empezaron a quit¨¢rseme las ganas de ir al instituto¡±, explica este muchacho de 17 a?os. Poco despu¨¦s lleg¨® la pandemia, y con ella, las clases en l¨ªnea. ¡°Estaba haciendo cuarto de la ESO, dej¨¦ de conectarme, y solo me escribieron dos correos para preguntarme qu¨¦ me pasaba. Realmente yo no abandon¨¦ la escuela, me abandon¨® ella¡±, lamenta.
Tras un periodo de no saber qu¨¦ hacer, David es ahora uno de los m¨¢s de 3.500 alumnos que intentan reengancharse al sistema mediante una escuela de nuevas oportunidades, un centro en el que curs¨® un Programa de Formaci¨®n e Inserci¨®n (el llamado PFI, que posibilita la entrada al sistema educativo de los j¨®venes de entre 16 y 21 a?os que han terminado la etapa educativa sin obtener el graduado de ESO), lo que le ha permitido empezar a cursar un grado medio en Administraci¨®n. ¡°Ha sido todo lo contrario que en el instituto, ha sido muy m¨¢gico. Ahora me veo con ganas de hacer un ciclo superior y universidad. En el futuro me gustar¨ªa tener mi propia empresa¡±, resume.
En Catalu?a hay 13 escuelas de nuevas oportunidades. Funcionan como un trampol¨ªn para que j¨®venes que han abandonado sus estudios se reenganchen al sistema educativo, terminando la ense?anza secundaria, estudiando un PFI o cursando actividades profesionalizantes que les preparan para entrar en una FP. Son tambi¨¦n una herramienta que sirve para paliar el alto ¨ªndice de abandono escolar prematuro (del 17%), la tasa de j¨®venes sin la ESO (el 20%) o el alto porcentaje de paro juvenil (un 30%).
Pero detr¨¢s de estas cifras, hay muchas historias personales. David acudi¨® a la Fundaci¨®n Marianao, mientras que Nerea Castilla fue a la fundaci¨®n El Llindar tras tener una mala experiencia en la ESO. ¡°Repet¨ª primero de la ESO y en segundo, lo dej¨¦. No ten¨ªa el nivel de mis compa?eros y me sent¨ªa rechazada¡±, explica: ¡°No porque me dijeran que no me quer¨ªan all¨ª, sino porque cuando no sigues el ritmo, no sacas un ocho o un nueve, te van dejando un poco de lado. Hasta te apartan f¨ªsicamente y te ponen en una clase aparte. Me sent¨ªa vac¨ªa, fatal. Pero a lo mejor Matem¨¢ticas te va muy mal y otras cosas bien, o a lo mejor hay algo m¨¢s que la academia¡±. Ahora, con 16 a?os ha empezado cuarto de la ESO en El Llindar, donde lleva tres a?os, uno de ellos el de la pandemia. ¡°He madurado mucho, he sentado la cabeza. Me siento m¨¢s acompa?ada y me dan ganas de seguir. Siempre he querido estudiar Derecho o Psicolog¨ªa, aunque s¨¦ que no se me da bien la teor¨ªa, o Fisioterapia, y cuando dec¨ªa esto en el instituto, me dec¨ªan que no podr¨ªa. Aqu¨ª te dicen que s¨ª que vales y te orientan seg¨²n lo que se te da bien¡±, destaca.
El pasado viernes, las siete escuelas m¨¢s importantes (las fundaciones El Llindar, Marianao, Adsis, Comtal, Gentis, Interm¨¨dia y Salesians) celebraron un acto en el que David, Nerea y otros j¨®venes explicaron su experiencia. Algunos de los ejemplos dieron cuenta de las presiones a las que est¨¢n sometidos los alumnos, no solo acad¨¦micas, sino familiares. ¡°En casa ten¨ªa problemas, pero en clase tambi¨¦n me ve¨ªan como un problema porque fallaba en los estudios, as¨ª que lo dej¨¦ y me qued¨¦ en casa jugando, sin hacer nada¡±, explic¨® H¨¦ctor Pujol. ¡°Yo sacaba buenas notas y me met¨ª en el bachillerato. Pero mi urgencia era encontrar trabajo porque en casa no estaba bien y quer¨ªa irme, adem¨¢s de que ten¨ªa que cuidar de mi hermano. No me daba la vida, y dej¨¦ los estudios. Me hubiese gustado que me escucharan m¨¢s en el instituto, como han hecho en la escuela de nuevas oportunidades¡±, a?ade Leyre Fer¨¢ndez.
En el acto se present¨® un estudio elaborado por la UAB que demostraba el ¨¦xito de estos centros de nuevas oportunidades y la necesidad de revisar el sistema educativo. ¡°Tendemos a pensar que el abandono escolar se da porque hay una decisi¨®n racional de buscar trabajo, pero en realidad, la mayor¨ªa de veces se trata de una decisi¨®n emocional, de que los alumnos no encuentran una experiencia escolar satisfactoria. Las experiencias de fracaso muestran que el sistema es profundamente injusto¡±, afirm¨® la doctora en Sociolog¨ªa de la UAB y autora del estudio, Aina Tarabini, que quiso se?alar que el fracaso tampoco es responsabilidad de los profesores, sino de un sistema dotado con pocos recursos que no garantiza el derecho a la educaci¨®n para todo el mundo por igual.
El fracaso escolar, el paro juvenil y la necesidad de reforma de la FP ¡ªm¨¢s despu¨¦s de la avalancha de demanda que ha habido este curso y que ha desbordado al Govern y a otras comunidades, como Madrid¡ª contrastan con la realidad del mercado de trabajo, que es que faltan profesionales. Las escuelas de nuevas oportunidades quieren ser un complemento al sistema educativo y una rampa de entrada al mercado laboral, pero adolecen de una falta de reconocimiento. No pueden homologar t¨ªtulos, su financiaci¨®n depende de subvenciones por proyectos que pueden llegar o no, y no tienen una estructura econ¨®mica blindada a los presupuestos ni a la concertaci¨®n social. Por ello han presentado una enmienda al anteproyecto de ley para la reforma de la FP que se est¨¢ tramitando en el Congreso, para pedir un reconocimiento oficial de estas escuelas como parte del sistema educativo.