Asombroso Pollini en su hist¨®rico regreso al Palau
El arte sereno, honesto y fiel a la partitura del gran pianista italiano emociona al p¨²blico en un recital inolvidable en Barcelona
Cuando Maurizio Pollini anunci¨® que aplazaba su actuaci¨®n en Madrid por motivos de salud -la nueva fecha de su recital en el Auditorio Nacional es el 8 de diciembre-, en Barcelona saltaron las alarmas. Llev¨¢bamos tanto tiempo esperando al gran pianista italiano -act¨²o por ¨²ltima vez en 2008- que, ante la noticia, aqu¨ª muchos cruzamos los dedos. Por fortuna, el martes lleg¨® al Palau su imponente piano Steinway-Fabbrini, al cuidado de su afi...
Cuando Maurizio Pollini anunci¨® que aplazaba su actuaci¨®n en Madrid por motivos de salud -la nueva fecha de su recital en el Auditorio Nacional es el 8 de diciembre-, en Barcelona saltaron las alarmas. Llev¨¢bamos tanto tiempo esperando al gran pianista italiano -act¨²o por ¨²ltima vez en 2008- que, ante la noticia, aqu¨ª muchos cruzamos los dedos. Por fortuna, el martes lleg¨® al Palau su imponente piano Steinway-Fabbrini, al cuidado de su afinador y dos asistentes. Y el mi¨¦rcoles, por fin, ante un p¨²blico expectante que casi llenaba el aforo del templo modernista, Pollini inaugur¨® por todo lo alto la temporada de Ibercamera en una velada para la historia.
A sus 79 a?os, Pollini es una leyenda viviente, un arquitecto del sonido que convierte cada actuaci¨®n en un acontecimiento. Lo ha sido, con creces, su nueva y esperad¨ªsima actuaci¨®n, tras trece a?os de ausencia. Fiel a su compromiso con la m¨²sica del siglo XX, dedic¨® la primera parte del programa a dos compositores que ama con pasi¨®n, Arnold Schoenberg y Luigi Nono. Del compositor austriaco, l¨ªder de la Segunda Escuela de Viena y ap¨®stol del dodecafonismo, interpret¨® las Tres piezas, op. 11 y las Seis peque?as piezas, op. 19. Y del compositor italiano, su gran amigo y marido de Nuria Schoenberg, hija del compositor, escogi¨® ...sofferte onde serene..., la hermosa pieza electroac¨²stica para piano y cinta magn¨¦tica que Nono le dedic¨® en 1976.
No se puede llenar de vida estas partituras con m¨¢s amor, convicci¨®n y honestidad. En el Schoenberg primerizo, Pollini nos iba revelando con detalles exquisitos el camino hacia el rigor y la esencialidad de un lenguaje tan perfecto como lleno de expresi¨®n.
Incluso para los menos aficionados a la m¨²sica del siglo XX, la belleza expresiva y los hallazgos sonoros de Nono cobraron una emoci¨®n especial en una interpretaci¨®n madura y serena, como las olas que evoca el po¨¦tico t¨ªtulo. Nunca, por cierto, hab¨ªamos escuchado esta obra con semejante calidad de sonido, gracias al talento y la sensibilidad como experto director de sonido del compositor Andr¨¦ Richard, fiel colaborador y experto en la obra de Nono. La espacialidad, el relieve y la fusi¨®n de planos llen¨® el Palau de magia sonora.
En la segunda parte, consagrada a su venerado Fr¨¦d¨¦ric Chopin, el entusiasmo del p¨²blico fue en continuo crescendo. No vamos a descubrir, a estas alturas, el dominio del estilo, la perfecci¨®n t¨¦cnica y la afinidad de Pollini con la rom¨¢ntica m¨²sica del compositor polaco. Solo apuntar que la fidelidad a la partitura sigue guiando unas interpretaciones asombrosas por su grandeza expresiva y plenitud sonora
Sin concesiones ni sensibler¨ªas, Chopin son¨® en sus manos con trascendencia y esp¨ªritu rom¨¢ntico. A?adi¨® la bell¨ªsima Mazurca op. 65, n¨²m. 3 a la generosa selecci¨®n chopiniana; de la Sonata n¨²m. 2, op. 35, quedar¨¢ en la memoria una Marcha f¨²nebre de belleza austera, el encanto sonoro de la Berceuse en re bemol mayor, op. 57, y la deslumbrante versi¨®n de la famosa Polonesa en la bemol mayor, op. 53, que cerr¨® la velada en un clima apote¨®sico.