Nuestros Enrique Arnaldo
La renovaci¨®n de los organismos de los medios de comunicaci¨®n de la Generalitat se asemeja al denostado modelo espa?ol de nombramientos para el Tribunal Constitucional
Una de las cosas que distingue a los carolingios de la Marca Hisp¨¢nica de los b¨¢rbaros vecinos es la festividad de Sant Esteve, un hecho diferencial al que atinadamente se refer¨ªa Jaume Padr¨®s, presidente del Colegio de M¨¦dicos de Barcelona, el mism¨ªsimo boxing day en Twitter: ¡°?Feliz Sant Esteve! Una de las fiestas m¨¢s nuestras. Y que nos recuerda ¨Ccomo otras fiestas y tradiciones¨C que el origen y personalidad de Catalu?a es carolingia, una realidad pol¨ªtica y cultural ¨²nica y diferenciada en la pen¨ªnsula. No tenemos nada que ver ni con el Cid ni con Don Pelayo¡±. S¨ª, somos distintos. A...
Una de las cosas que distingue a los carolingios de la Marca Hisp¨¢nica de los b¨¢rbaros vecinos es la festividad de Sant Esteve, un hecho diferencial al que atinadamente se refer¨ªa Jaume Padr¨®s, presidente del Colegio de M¨¦dicos de Barcelona, el mism¨ªsimo boxing day en Twitter: ¡°?Feliz Sant Esteve! Una de las fiestas m¨¢s nuestras. Y que nos recuerda ¨Ccomo otras fiestas y tradiciones¨C que el origen y personalidad de Catalu?a es carolingia, una realidad pol¨ªtica y cultural ¨²nica y diferenciada en la pen¨ªnsula. No tenemos nada que ver ni con el Cid ni con Don Pelayo¡±. S¨ª, somos distintos. Aunque la pol¨ªtica hermana a los pueblos y los pactos y los acuerdos entre los partidos acostumbran a conllevar unos tr¨¢galas muy similares.
Hace unos d¨ªas, PSC, Esquerra y Junts llegaron a una serie de acuerdos para renovar organismos como la Sindicatura de Greuges, la de Cuentas, el Consejo del Audiovisual (CAC), la Corporaci¨®n Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) y la Autoridad Catalana de Protecci¨®n de Datos. La noticia en si es buena, pues permeabiliza la pol¨ªtica de bloques y permite que civilizadamente se pacten mandatos caducados desde hace a?os y paralizados por los 10 a?os de proc¨¦s. Pero todo pacto tiene su cruz. Sin ir m¨¢s lejos, cuando el Gobierno central y el PP renovaron el Tribunal Constitucional suscit¨® pol¨¦mica que la derecha promoviera para uno de los puestos al magistrado Enrique Arnaldo, colaborador de FAES, defensor de Enrique L¨®pez, actual secretario de Justicia del PP y consejero del Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso que fue detenido por conducir ebrio cuando era magistrado del Constitucional. Arnaldo, adem¨¢s, aparece en varios sumarios sobre causas de corrupci¨®n vinculadas al PP. Pero ah¨ª est¨¢, refrendado por el Congreso.
L¨®gicamente, nadie, aspire o no a formar parte de un organismo p¨²blico, es un esp¨ªritu puro. Todos tenemos nuestra ideolog¨ªa, pero en el desempe?o de determinadas funciones es exigible que los partidos afinen y busquen personas cuya actuaci¨®n, por encima de l¨®gicas adscripciones, sugiera ecuanimidad para la ciudadan¨ªa y d¨¦, en definitiva, tranquilidad de esp¨ªritu. El asunto es especialmente peliagudo cuando afecta a la Justicia ¨Cnombramientos de magistrados¨C o a los medios de comunicaci¨®n, como es el caso de la CCMA y, singularmente, del CAC, un organismo que no se ha caracterizado en los ¨²ltimos a?os por cumplir sus objetivos, como son los de velar por el pluralismo pol¨ªtico, religioso, social, ling¨¹¨ªstico y cultural y supervisar la neutralidad y honestidad de la informaci¨®n que se trasmita. Pues bien, al frente de este organismo los tres partidos que han desbloqueado los mandatos caducados han situado a Xevi Xirgo, periodista director de uno de los diarios con m¨¢s subvenciones p¨²blicas, El Punt Avui, y autor de dos libros: Carles Puigdemont. La lluita a l¡¯exili y Carles Puigdemont. M¡¯explico. Xirgo no ha ocultado nunca no ya su respetable ideolog¨ªa, sino su militancia independentista. Ni su amistad con Puigdemont, con quien coincidi¨® en el diario gerundense El Punt. Amante de brocha gorda para hablar de la ¡°prensa espa?ola¡±, Xirgo ha considerado en diferentes escritos que la mesa de di¨¢logo entre la Generalitat y el Gobierno central es poco menos que est¨¦ril, en consonancia con la doctrina Puigdemont. Todas sus opiniones son muy respetables, pero claro, quiz¨¢s no muy adecuadas para quien debe velar por el equilibrio informativo.
El acuerdo entre PSC, Esquerra y Junts es bueno pol¨ªticamente para desbloquear mandatos caducados, cumple formalmente la ley, aprobada en octubre de 2019, pero se merienda su esp¨ªritu. El pacto respeta la vuelta a las mayor¨ªas cualificadas, mayor¨ªa de dos tercios. Es cierto que se ampl¨ªa la base social, pues el independentismo acepta compartir mesa y mantel con el socialismo con dos de los cinco vocales del CAC, pero se limita a ampliar la lottizzazione y, a partir de ahora, es de suponer que el universo de producci¨®n privada del entorno del PSC pase a sentarse en la mesa de Epul¨®n que hasta ahora solo compart¨ªan los pr¨®ximos a Junts y Esquerra. Es cierto que con una extrema derecha y una derecha que oscila entre pedir el cierre de TV3 o convertir los medios p¨²blicos en un suced¨¢neo de los coros y danzas, poco hab¨ªa que pactar. Pero tambi¨¦n lo es que la CUP y los Comunes han sido marginados en esta negociaci¨®n que se ha llevado a cabo con sumo secretismo. Quiz¨¢s todo ello no sea m¨¢s que ley de vida.
Habr¨¢ que ver si a la hora de votar ciertos nombres, alg¨²n Od¨®n Elorza es capaz de romper la disciplina de voto, como hizo el diputado del PSOE a la hora de refrendar al magistrado Enrique Arnaldo. De no ser as¨ª, habremos de coincidir parcialmente con el doctor Padr¨®s y concluir que en la Marca Hisp¨¢nica a la hora de comer canelones somos una cultura ¨²nica.