El ¡®proc¨¦s¡¯ debilita la autoridad del Consejo Audiovisual de Catalu?a

La divisi¨®n parece la norma en el Consejo Audiovisual de Catalu?a (CAC). Muchas resoluciones del organismo p¨²blico que vela por las buenas pr¨¢cticas en la radio y televisi¨®n se hacen p¨²blicas acompa?adas por una retah¨ªla de votos particulares y sus correspondientes informes de disconformidad. Su presidente, Roger Loppacher, destaca que 52 de los acuerdos tomados desde 2014 ¡ªun 14,5% del total¡ª han tenido discrepancias. Antiguos consejeros alertan de que esta divisi¨®n antes era excepcional. Su vicepresidente, Salvador Alsius, constata que ¡°es evidente que el CAC es un ¨®rgano politizado, y no es un hecho deseable¡±.

Las resoluciones divididas acostumbran a ser sobre hechos vinculados a la independencia y los documentos con frecuencia acaban decidi¨¦ndose con el voto de calidad del presidente del CAC. En las situaciones de discordia, los seis consejeros del CAC acostumbran a partirse en dos grupos: Loppacher, Alsius y Yvonne Griley frente a Carme Figueras, Daniel Sirera y Eva Parera. El voto de calidad de Loppacher ha decidido una decena de acuerdos desde 2015. Los 52 informes aprobados con discrepancias a?aden votos particulares de Figueras, Parera y sobre todo del exdirigente del PP Sirera. Loppacher admite que ¡°es cierto que ser¨ªa deseable que fueran todav¨ªa menos discrepancias¡±. ¡°La situaci¨®n actual del CAC me resulta especialmente dolorosa por el buen nombre que hab¨ªa adquirido a escala europea, y que se materializ¨® con mi elecci¨®n como presidente de la Plataforma Europea de Autoridades Reguladoras¡± dice Joan Botella, catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UAB y miembro desde los or¨ªgenes hasta 2006. Botella afirma que ¡°la polarizaci¨®n pol¨ªtica y la subordinaci¨®n al proc¨¦s han conducido a una situaci¨®n poco deseable, en la que se adoptan acuerdos relevantes de oficio ¡ªno como respuesta a una queja recibida sino a iniciativa del propio consejo¡ª por un empate a tres, en el que decanta el resultado el voto de calidad del presidente¡±. Botella tambi¨¦n resalta que ¡°el trabajo puramente t¨¦cnico, su apoyo a la investigaci¨®n y la adopci¨®n de documentos orientadores en temas sociales se han mantenido de forma satisfactoria¡±.

Loppacher afirma que ¡°es m¨¢s f¨¢cil llegar al consenso deseado si todo el mundo se basa en la normativa audiovisual y en consideraciones t¨¦cnicas y profesionales, al margen de consideraciones pol¨ªticas que cada uno leg¨ªtimamente puede tener¡±. Figueras destaca la llegada de Loppacher como punto de inflexi¨®n: ¡°En julio de 2012 toma posesi¨®n el actual presidente, los votos particulares emitidos durante toda la historia del CAC pod¨ªan contarse con los dedos de una mano. A partir de esta fecha, los acuerdos que han tenido votos particulares pasan de cincuenta¡±.

Politizaci¨®n del CAC

Alsius, que fue decano del Colegio de Periodistas, afirma que ¡°parece evidente que no todos los consejeros responden al perfil que han de tener los miembros del Consejo seg¨²n su ley¡±. Esta norma, de 2000, establece que ¡°los miembros son elegidos entre personas de prestigio reconocido y contrastado y con experiencia profesional en el sector audiovisual, y que ofrecen garant¨ªas plenas de independencia¡±. Un informe de 2015 de la Comisi¨®n Europea sobre la independencia de las autoridades reguladoras del sector audiovisual criticaba del CAC y de la Comisi¨®n Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que ¡°no tienen normas concretas que definan si los miembros tienen la cualificaci¨®n o la experiencia profesional requerida¡±. Alsius a?ade que la politizaci¨®n tambi¨¦n es externa al CAC: ¡°Tambi¨¦n est¨¢ politizado, y mucho, el uso constante que quiere hacerse del CAC desde determinados sectores pol¨ªticos, poniendo en cuesti¨®n de manera sistem¨¢tica sus actuaciones, especialmente cuando se trata de poner en entredicho las actuaciones de los medios p¨²blicos catalanes¡±.

El referente fundacional del CAC fue el Consejo Superior de lo Audiovisual (CSA) de Francia. Los inicios del CAC fueron un calco del CSA excepto por el sistema de elecci¨®n de los consejeros, que fue mejorado: se mantuvo el periodo de seis a?os de mandato, para evitar relevos coincidiendo con cambios de legislatura, y se fij¨® que cada consejero deb¨ªa ser propuesto por dos grupos parlamentarios y ser aprobados por dos tercios de la c¨¢mara. Botella recuerda que en los primeros seis a?os del CAC ¡°se aprobaban una buena docena de acuerdos semanales y quiz¨¢ se produjeron tres o cuatro votaciones. El resto eran acuerdos por asentimiento o por unanimidad. ?El secreto? Una larga preparaci¨®n previa, un clima fuertemente orientado al consenso y no haber elaborado jam¨¢s informes de oficio. Y una buena distancia entre los consejeros y las fuerzas pol¨ªticas¡±.

El segundo tripartito y el Gobierno de Mas perjudicaron al CAC

El periodista Jordi Mercader, consejero en los dos primeros a?os del CAC, resalta que en los inicios ¡°se coincidi¨® en la voluntad de aprobar todo lo que se pudiera por consenso y as¨ª fue en casi todo lo que recuerdo. Esto requer¨ªa largas discusiones y muchas comisiones de trabajo, pero creo que fue muy positivo. Tampoco recuerdo ning¨²n desempate por el voto de calidad del presidente¡±. La misma experiencia tuvo la fil¨®sofa Victoria Camps, consejera del CAC entre 2002 y 2008, que asegura que por norma no se llegaba a votar y que nunca en sus a?os fue necesario el voto de calidad del presidente. Botella subraya que la politizaci¨®n del CAC ¡°se increment¨® mucho¡± con el segundo tripartito ¡°y despu¨¦s el gobierno de Artur Mas opt¨® por su pr¨¢ctica liquidaci¨®n: con la excusa de los recortes de la ¨¦poca, le redujo el presupuesto dr¨¢sticamente¡±. Camps suscribe que la disminuci¨®n del presupuesto ¡°ha hecho del CAC un organismo menos ambicioso¡±, y concluye que la ¡°diferencia fundamental es que no ha sido capaz de mantenerse como un organismo apartidista. Ha sufrido el mismo deterioro que otras instituciones los miembros de las cuales no son por el inter¨¦s y capacidad de su trayectoria, sino porque, salvo alguna excepci¨®n, son personas de partido¡±.

Stephan Dreyer, acad¨¦mico del Instituto Hans Bedrow para El Estudio de los Medios, fue uno de los responsables de un estudio de 2011 de la Comisi¨®n Europea sobre la independencia de las autoridades reguladoras del sector audiovisual. Dreyer considera que ¡°la mejor opci¨®n¡± es la selecci¨®n de los miembros del Consejo ¡°en grupo y no de forma individual¡± por parte de una mayor¨ªa parlamentaria de dos tercios. Los consejeros del CAC son elegidos de forma individual. Dreyer destaca que ¡°no es inusual¡± que las divergencias pol¨ªticas se muestren en estos ¨®rganos y resalta que el voto de calidad del presidente es un instrumento de decisi¨®n com¨²n. La particularidad, en el caso de Catalu?a, seg¨²n Dreyer, es que ¡°la divisi¨®n social ha llevado a una divisi¨®n pol¨ªtica que se refleja en el CAC¡±.