Conflictividad o protesta laboral
Los sindicatos hablan con una expresi¨®n de la patronal, de los empresarios: conflictividad. La protesta, al parecer, est¨¢ mal vista. La conflictividad, a lo que parece, es la moneda de cambio. ?Entre qui¨¦n?
Este Primero de Mayo almorc¨¦ como cada domingo en El Fornet del barrio, en el Eixample de Barcelona. Esta cadena o franquicia o lo que sea tiene diversos establecimientos aqu¨ª y all¨¢ de la ciudad, decorados con una suerte de aire vien¨¦s o algo as¨ª, con un cierto gusto, y sus bocadillos y pastas est¨¢n bien. Sirven solo en la barra. Hasta hace poco, este local, de buenas dimensiones, estaba en domingo por la ma?ana casi vac¨ªo. Not¨® mucho la pandemia y la ausencia de los socorridos turistas. El servic...
Este Primero de Mayo almorc¨¦ como cada domingo en El Fornet del barrio, en el Eixample de Barcelona. Esta cadena o franquicia o lo que sea tiene diversos establecimientos aqu¨ª y all¨¢ de la ciudad, decorados con una suerte de aire vien¨¦s o algo as¨ª, con un cierto gusto, y sus bocadillos y pastas est¨¢n bien. Sirven solo en la barra. Hasta hace poco, este local, de buenas dimensiones, estaba en domingo por la ma?ana casi vac¨ªo. Not¨® mucho la pandemia y la ausencia de los socorridos turistas. El servicio mengu¨®, menos gente trabajando; pero, bueno, tambi¨¦n ¨¦ramos pocos los clientes. Ahora han vuelto los turistas, que de nuevo lo llenan. Ahora hay cola para entrar. Y no es que el local sea estrecho. Es que solo una camarera atiende la barra. No est¨¢ acompa?ada por nadie m¨¢s. No puede parar ni un momento. De las ¨²nicas dos mujeres m¨¢s que trabajan aqu¨ª, una est¨¢ en la cocina y la otra limpia. M¨¢s de diez minutos de espera para ser servidos en la barra. ?C¨®mo quejarse? La explotaci¨®n laboral de las tres mujeres era tan evidente que ven¨ªan ganas de ir a manifestarse por ellas.
Ya no hay clase obrera, oyes a veces. ?De veras? Carburo que la afirmaci¨®n se refiere a lo que hace d¨¦cadas se llamaba conciencia de clase, de saber que formas parte de un colectivo marcado por sus condiciones de trabajo y sus salarios. Lo sabes, o no. Desconozco si las trabajadoras a las que me he referido tienen o no esta conciencia, no estaba la ma?ana como para intentar pregunt¨¢rselo. Me limit¨¦ a decirle a una, tras confirmar lo evidente, que su compa?era de la barra estaba sola: ¡°Vaya explotaci¨®n, la de ustedes¡±. ¡°S¨ª¡±, respondi¨® en un suspiro, rauda a recoger la bandeja de la mesa del lado que su cliente no hab¨ªa tenido a bien retirar por su cuenta. Tal vez ¡°conciencia de clase¡± sea una expresi¨®n caduca, pero ¡°explotaci¨®n¡± es una palabra sin ninguna falta actual de comprensi¨®n, al contrario. En lo laboral, desde luego.
Me manifest¨¦ por mi cuenta, pensando en el asunto. Llevamos d¨¦cadas de trabajadores asustados por sus empleos. Si lo tienes, por c¨®mo nos pagan. Si lo pierdes, por c¨®mo encontrar otro. Si no has accedido nunca al mundo laboral, por c¨®mo hacerlo. Al mediod¨ªa, puse la tele por aquello tan fetichista de ver qu¨¦ cifras de manifestantes se dec¨ªan de aqu¨ª y de all¨¢, c¨®mo hab¨ªa ido la cosa. Lo que m¨¢s me llam¨® la atenci¨®n de las cr¨®nicas fue o¨ªr a los representantes de los grandes sindicatos hablar de ¡°conflictividad¡±.
Si no se arreglan los salarios, si no suben los salarios, habr¨¢ ¡°conflictividad¡±, repet¨ªan. No hablaban de protesta laboral, de salir a la calle, y ya no digamos de lucha. Hablaban con una expresi¨®n de la patronal, de los empresarios: conflictividad. La protesta, al parecer, est¨¢ mal vista. La conflictividad, a lo que parece, es la moneda de cambio. ?Entre qui¨¦n?
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