El d¨ªa que Pere Aragon¨¨s dijo basta
El Gobierno catal¨¢n se encamina hacia la ruptura si Junts no cede a ¨²ltima hora ante una ERC que ya no teme mostrar la puerta de salida
Pocas cosas han marcado m¨¢s la pol¨ªtica catalana desde la Transici¨®n que la siempre t¨®xica relaci¨®n entre los dos principales partidos nacionalistas. Desde que en 1980 Jordi Pujol alcanzara la presidencia de la Generalitat gracias a los votos de ERC, los republicanos han votado hasta seis veces la investidura de un presidente de CiU, primero, o de Junts per Catalunya despu¨¦s. Y su sensaci¨®n posterior siempre ha sido agridulce por haberse visto arrinconados de los n¨²cleos de decisi¨®n y haber sido ...
Pocas cosas han marcado m¨¢s la pol¨ªtica catalana desde la Transici¨®n que la siempre t¨®xica relaci¨®n entre los dos principales partidos nacionalistas. Desde que en 1980 Jordi Pujol alcanzara la presidencia de la Generalitat gracias a los votos de ERC, los republicanos han votado hasta seis veces la investidura de un presidente de CiU, primero, o de Junts per Catalunya despu¨¦s. Y su sensaci¨®n posterior siempre ha sido agridulce por haberse visto arrinconados de los n¨²cleos de decisi¨®n y haber sido tratados como menores de edad por el partido que durante 30 a?os lider¨® el nacionalismo desde el centroderecha.
La Esquerra de Pere Aragon¨¨s se ha cansado de ser un partido subalterno. En t¨¦rminos que se entienden muy bien en la Catalu?a menos urbana, su tradicional granero de votos, ya no quiere ser el masover a merced de l¡¯amo (el aparcero a merced del amo). El empoderamiento republicano frente al espacio de la antigua CDC lo fortifican los triunfos electorales; una digesti¨®n m¨¢s anal¨ªtica de lo ocurrido en 2017, y, claro, tener la presidencia de la Generalitat, explica Manel Lucas, autor de Breve Historia de ERC (Catarata). Y ese talante ha llegado al culmen esta semana, cuando el president ha se?alado el camino de salida del Gobierno a Junts si no abandona sus posiciones maximalistas, deja de torpedear la v¨ªa del di¨¢logo y reconoce la autoridad de la formaci¨®n que, aunque sea por un esca?o, gan¨® las elecciones de 2021 dentro del bloque secesionista. Mucho tendr¨¢ que rectificar Junts, en p¨²blico y en privado, si no quiere verse fuera, teniendo que dejar los altavoces institucionales, el r¨¦dito electoral de la obra de Gobierno y m¨¢s de 250 altos cargos, muy bien pagados, en la Administraci¨®n.
La legislatura se inici¨® con Junts humillando pol¨ªticamente a sus socios, con el president en la diana. Llevaron los plazos al l¨ªmite y le hicieron tragar el sapo de un pleno de investidura frustrada. Pese a los esfuerzos para reducir el ruido interno y constante que marc¨® al Ejecutivo que lider¨® Torra (su n¨²mero dos era Aragon¨¨s), las miradas de reojo nunca cesaron y los choques fueron duros: por la mesa de di¨¢logo (el republicano impuso un veto a Junts para designar delegados que no eran consellers); por temas sectoriales como la ampliaci¨®n del aeropuerto, o pol¨ªticos, como permitir la suspensi¨®n de Laura Borr¨¤s en el Parlament.
Pero la gota que ha colmado el vaso comenz¨® a formarse antes del verano y cay¨® el martes, en el Debate de Pol¨ªtica General en el Parlament. En una maniobra imposible de entender entre socios de Govern, Junts exigi¨® a Aragon¨¨s que se sometiera a una cuesti¨®n de confianza si no era capaz de dar garant¨ªas de que se cumplir¨¢n tres puntos centrales en el eje independentista del Acuerdo de Govern y que se cerraron en falso en su d¨ªa, ante la posibilidad de repetici¨®n electoral.
Se trata de la puesta en marcha de un Estado Mayor del independentismo (ERC quiere evitar que acabe en manos del llamado Consell de la Rep¨²blica, que lidera Carles Puigdemont); una coordinaci¨®n de acci¨®n en el Congreso, donde ERC tiene 13 diputados y Junts, 4, y que la autodeterminaci¨®n sea la ¨²nica materia de la mesa de di¨¢logo.
Aunque hab¨ªa algunos intentos de acercamiento para ponerlos en marcha ¡ªla realidad es que las estrategias opuestas de Junts (confrontaci¨®n) y ERC (jugar con su influencia num¨¦rica en las Cortes) hacen imposible llegar a un acuerdo¡ª los liderados por Laura Borr¨¤s optaron por lanzar la bomba de la moci¨®n de confianza en el debate parlamentario del martes. Al d¨ªa siguiente, el president respondi¨® fulminando a su n¨²mero dos, Jordi Puigner¨®, el cargo m¨¢s alto de Junts en el Ejecutivo. Le acus¨® de deslealtad por no informarle de los planes de Junts, que afectan a la institucionalidad.
Geometr¨ªa variable
Junts, que preguntar¨¢ a su militancia este jueves y viernes si hay que seguir en la coalici¨®n, respondi¨® el viernes al descabezamiento de Puigner¨® con una propuesta para que se pongan en marcha los tres puntos pendientes. Fueron necesarias 10 horas de reuni¨®n para un acuerdo con pocos desarrollos y en el que, para sorpresa de varios miembros de la c¨²pula, se pide adem¨¢s que se restituya al ahora exvicepresident.
Aragon¨¨s rechaz¨® ayer de plano la propuesta. ¡°Junts ha de tomar una decisi¨®n ya [sobre su continuidad en el Ejecutivo], y si no lo hace, la tomar¨¦ yo¡±, sentenci¨® en una entrevista a La Vanguardia. Por primera vez, muestra a sus socios directamente la puerta de salida. En las filas republicanas se ven capaces de navegar una temporada con un Gobierno en minor¨ªa. Tienen 33 diputados, la mayor¨ªa est¨¢ en 68. El PSC se muestra dispuesto a colaborar externamente pero, hasta ahora, ERC ignora en cada pleno su mano tendida. La ayuda hipotecar¨ªa la presi¨®n en el Congreso. ¡°El momento pol¨ªtico y la crisis social ayuda a que nadie se ponga de perfil¡±, defiende una voz autorizada de los republicanos. Habr¨ªa poco margen con Junts despu¨¦s de que Aragon¨¨s les dijera basta.
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