El independentismo, sin br¨²jula desde el 1-O
La continuidad del Govern pende de una alineaci¨®n de estrategias que todos dicen querer y nadie aplica
El mar de fondo pol¨ªtico que rode¨® a la jornada del 11 de septiembre de este a?o en Catalu?a ha dado pie a hablar de la Diada de la discordia. El conflicto dentro del independentismo sigue marcando la actualidad pol¨ªtica, con un Govern bipartito que afronta su peor crisis desde que ech¨® a andar en mayo de 2021. De momento, los intentos de apaciguar los ¨¢nimos entre ERC y Junts no fructifican. Ese domingo, por primera vez desde que comenz¨® el proc¨¦s en 2012, el mundo secesionista exhib¨ªa en la calle una divisi¨®n interna que tradicionalmente se disimulaba en la manifestaci¨®n que organiza cada a?o la Assemblea Nacional Catalana (ANC), a la que el president Pere Aragon¨¨s, opt¨® por no acudir. La unidad de planteamientos y de acci¨®n, indispensable para celebrar el refer¨¦ndum ilegal de autodeterminaci¨®n del 1 de octubre de 2017 y declarar despu¨¦s la fallida ruptura con Espa?a, ha pasado en cinco a?os de ser un dogma a convertirse en un arma arrojadiza para los partidos partidarios de la secesi¨®n, cada vez m¨¢s alejados.
La semana posterior a la Diada ha sido de infarto, y lo que queda del mes apunta en la misma direcci¨®n. En agosto, Junts dio de plazo a ERC hasta finales de septiembre para que corrija la supuesta falta de avance en el eje independentista del programa de Govern. Si no hay cambios tras la celebraci¨®n del Debate de Pol¨ªtica General en el Parlament, el d¨ªa 29, ser¨¢ la militancia de Junts quien decida sobre romper o no con los republicanos. ¡°Depende mucho de Pere Aragon¨¨s y ERC la continuidad de la legislatura. Es muy sencillo: hay que cumplir el acuerdo de gobierno que suscribimos¡±, record¨® el viernes el portavoz de Junts, Josep Rius. El jueves, el president hab¨ªa pedido a sus socios negociar ¡°sin ultim¨¢tums, en positivo¡±, ¡°reforzando el Govern¡±, al margen de ¡°debates internos de un partido¡±. No todo el mundo en Junts ve conveniente abandonar el poder.
El n¨²mero dos de Junts, Jordi Turull, puso el 31 de agosto sobre la mesa las tres condiciones de su partido: crear un ¡°espacio de coordinaci¨®n, consenso y direcci¨®n estrat¨¦gica colegiada¡± del independentismo; un golpe de tim¨®n en la mesa de di¨¢logo con el Gobierno para centrarla exclusivamente en la autodeterminaci¨®n y la amnist¨ªa; y pactar la acci¨®n de los diputados secesionistas en el Congreso. ¡°Es bueno que ofrezcamos una trazabilidad y un horizonte a los ciudadanos para que encuentren sentido a sus movilizaciones¡±, manifest¨® Turull en Catalunya R¨¤dio al d¨ªa siguiente de la Diada.
La unidad entre partidos, entidades y ciudadan¨ªa independentista, simbolizada por la candidatura unitaria de Junts pel S¨ª para las elecciones auton¨®micas de 2015, a las que los secesionistas otorgaron un car¨¢cter plebiscitario, forma parte del relato m¨¢s ¨¦pico del proc¨¦s. Si no hubiera existido un plan y una coordinaci¨®n, por ejemplo, habr¨ªa sido imposible adquirir, esconder y repartir las urnas, dejando en evidencia a los servicios de inteligencia del Estado. Cuesti¨®n distinta es que ese acuerdo transversal fuera monol¨ªtico o m¨ªnimamente s¨®lido. Como se demostr¨® posteriormente, siempre pendi¨® de un hilo que se rompi¨® tras el 1-O y la fallida declaraci¨®n unilateral de independencia del 27 de octubre de 2017, la famosa DUI que llev¨® al Gobierno de Mariano Rajoy a aplicar por primera vez en democracia el art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n e intervenir la autonom¨ªa catalana durante seis meses.
La digesti¨®n del fracaso de 2017 fue distinta en cada actor. La parte de la ciudadan¨ªa que hab¨ªa cre¨ªdo en el Govern y se top¨® con la gran mentira sinti¨® que la hab¨ªan dejado tirada. ERC concluy¨® que hab¨ªa que ganar masa cr¨ªtica en la calle e influencia aritm¨¦tica en el Congreso para poder forzar al Estado a negociar un refer¨¦ndum. Junts no se apart¨® de la idea de que hay un mandato del 1-O por ejecutar (como lo dice la ANC, que ya le vuelve a poner fecha a la DUI para el segundo semestre de 2023), y mantuvo la v¨ªa de la confrontaci¨®n. La huida del entonces president Carles Puigdemont a B¨¦lgica, adem¨¢s, abri¨® un nuevo frente, el de la internacionalizaci¨®n, con la creaci¨®n del llamado Consell per la Rep¨²blica.
Puede que en las dos ¨²ltimas elecciones auton¨®micas (diciembre de 2017, convocadas tras la aplicaci¨®n del 155, y febrero de 2021) el bloque independentista haya ganado en esca?os y mantenido el Govern, pero la confianza y, sobre todo, la unidad de acci¨®n distan mucho de la que ayud¨® a celebrar el 1-O. Entonces, el discurso era otro. Las Diadas del ¨²ltimo lustro ten¨ªan como segundo lema m¨¢s cantado ¡°Unidad¡±, solo por detr¨¢s del de ¡°Independencia¡±. Los l¨ªderes pol¨ªticos ve¨ªan en cualquier cuestionamiento a esa unidad un ataque al proyecto independentista. Pero, fuera de los focos, no hab¨ªa d¨ªa sin pu?alada por la espalda al adversario, al que acusaban de ser el que no se quer¨ªa coordinar. El dogma se iba convirtiendo en arma.
Todo este tiempo, aceptan diferentes fuentes de los actores del independentismo, se ha trabajado de manera sigilosa para intentar un acuerdo de m¨ªnimos. Eso pese a choques muy fuertes a ra¨ªz de decisiones como la del entonces presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC), de acatar el veto de la Junta Electoral Central a investir a Puigdemont tras los comicios de diciembre de 2017 o la retirada del esca?o a Quim Torra. En enero de 2020, Torra anunci¨® el fin de la legislatura, dando as¨ª respuesta a un c¨²mulo de desencuentros. La pandemia alter¨® sus planes, y tambi¨¦n dej¨® ver c¨®mo ambos, posconvergentes y republicanos, se boicoteaban en la gesti¨®n de esa crisis sanitaria.
Lejos de los focos, sin embargo, se intentaba recoser la unidad. Las negociaciones vivieron un momento ¨¢lgido tras las elecciones de febrero de 2021. En los tres meses y tres d¨ªas que tardaron ERC y Junts en pactar la investidura se hizo evidente que el rol que deber¨ªa tener el Consell per la Rep¨²blica era motivo de discordia. CUP, Junts, ANC y ?mnium hab¨ªan logrado anteriormente moderar las intenciones iniciales de Junts de delegar en el entorno de Puigdemont la coordinaci¨®n de la hoja de ruta, pero ERC consider¨® que el planteamiento segu¨ªa siendo inasumible.
Los republicanos siempre han sentido que Junts quiere imponer el liderazgo de Puigdemont dentro del independentismo, menospreciando la victoria de ERC. La investidura se cerr¨® con un acuerdo que establece que el Consell lleve la coordinaci¨®n, previa reformulaci¨®n de la entidad belga en ¡°consenso¡± con los otros actores independentistas. Las votaciones a la Asamblea del Consell, en noviembre pasado, dejaron como resultado que solo dos de los 40 esca?os est¨¦n en la ¨®rbita de ERC. Para m¨¢s inri, la ANC y ?mnium se sintieron traicionadas pues, dicen, no se les consult¨® el texto final del pacto. Con todo, los contactos siguieron hasta principios de este a?o. En Junts acusan a ERC de separarse de la mesa. Voces de ANC y ?mnium aceptan que ese momento coincidi¨® con el proceso de renovaci¨®n de sus respectivas c¨²pulas, obligando a cierto par¨¦ntesis, pero no entienden por qu¨¦ no se reactiv¨®. La pregunta es si en dos semanas se podr¨¢ apurar lo que lleva cinco a?os sin resolverse.
Un grupo de ERC pide una candidatura a Junqueras
El Colectivo Primero d'Octubre de ERC ha hecho un llamamiento este sábado a la militancia del partido a buscar alternativas a la actual dirección del partido, liderada por el presidente, Oriol Junqueras, y la secretaria general, Marta Rovira. El grupo, minoritario, aprovecha que el próximo 6 de noviembre se tiene que escoger la nueva ejecutiva. Defienden que, si se mantienen al frente, acumularán más de 15 años. Asimismo, el colectivo denuncia que desde 2019 la actual dirección ha ido "alejándose de los objetivos resultantes del referéndum del 1 de octubre".
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