La casa inventada del Mag Lari
El artista convierte un caser¨®n de Castellser¨¤ en un cobijo para la memoria y las leyendas
Desde que Josep Maria Lari Viaplana (Barcelona, 49 a?os), el Mag Lari, compr¨® en 2018 el casalicio de la familia Tarragona en el pueblecito leridano de Castellser¨¤ ha dedicado cuatro a?os para transformar, con sus manos y herramientas, los 1.500 metros cuadrados de aposentos y rincones. Ahora es la Casa dels ?ngels. Pero no se trata de reconstruir, por ejemplo, supuestos oropeles del ochocientos o devolverle la austeridad agraria que, quiz¨¢s, un d¨ªa tuvo esta casa solariega de 1580. Lo que ha hech...
Desde que Josep Maria Lari Viaplana (Barcelona, 49 a?os), el Mag Lari, compr¨® en 2018 el casalicio de la familia Tarragona en el pueblecito leridano de Castellser¨¤ ha dedicado cuatro a?os para transformar, con sus manos y herramientas, los 1.500 metros cuadrados de aposentos y rincones. Ahora es la Casa dels ?ngels. Pero no se trata de reconstruir, por ejemplo, supuestos oropeles del ochocientos o devolverle la austeridad agraria que, quiz¨¢s, un d¨ªa tuvo esta casa solariega de 1580. Lo que ha hecho Lari es inventarse unas habitaciones extremadamente ornamentadas con mobiliario, cuadros u objetos que salen de toda una vida comprando a chamarileros, anticuarios o encontrados en unos encantes. Y no solamente esto. Tambi¨¦n hay recuerdos familiares, piezas de la historia de la magia cedidas por amigos o instituciones, vestidos y aparatos que ha usado en sus espect¨¢culos, etc¨¦tera. El equipamiento de la enfermer¨ªa son enseres del padre y el abuelo, sanitarios. Los escolapios de Sant Antoni han dejado en dep¨®sito la maleta de juegos de manos del padre Wenceslao Ciur¨®, autor de estimad¨ªsimos tratados de ilusionismo. ¡°De ninguna forma he querido hacer un museo de la magia o del Mag Lari. Este tipo de museos no tienen mucho sentido ahora¡±, comenta Lari, mientras me acompa?a con gran gentileza, y pasi¨®n por el detalle, a visitar este caser¨®n de muy buen ver.
Durante el paseo se pasa por un oratorio, habitaciones de dormir, despachos, cocinas econ¨®micas, una prisi¨®n, la zona del servicio... La decoraci¨®n, sin embargo, no es del todo aleatoria. ¡°En 1978, una monja de la familia arregl¨® la casa y document¨® muchas cosas¡±. Hay escenas y objetos inspirados en la historia de la casa -la visita de Pau Casals, por ejemplo- o retratos del linaje de los Tarragona de 1675. Los s¨®tanos, donde la familia propietaria seguramente ten¨ªa la despensa con las longanizas y la bodega, Lari los ha convertido en una cueva, una catacumba. Sus pasillos llevan a la contemplaci¨®n del Santo Grial. ¡°Se dice que el c¨¢liz que guard¨® la sangre de Cristo pas¨® una noche aqu¨ª. Una leyenda dif¨ªcilmente sostenible porque cuando se levanta la casa, incluso los templarios hab¨ªan dejado de existir¡±. De todos modos, Lari no quiere anular todo el misterio y explica que la copa que se muestra es una copia del c¨¢liz de Do?a Urraca que se conserva en Le¨®n y que algunos expertos sostienen que es el Grial que el sult¨¢n egipcio Al-Mustansir regal¨® al sult¨¢n de D¨¨nia para agradecerle su ayuda en una ¨¦poca de gran hambruna. Hay que decir, eso s¨ª, que Parsifal no est¨¢, ni se le espera.
¡°Lo que s¨ª que est¨¢ plenamente documentado es la ejecuci¨®n en 1616, acusada de brujer¨ªa, de Francina Redorta. Dicen que era sirvienta de los Tarragona y que la familia, despu¨¦s de su muerte, ahorcada en el Tossal de les Forques, empez¨® a escuchar gritos y pasos en las buhardillas donde hab¨ªa vivido. Para protegerse, las clausuraron, convertidas en un palomar, y pusieron angelitos encima de las puertas. De aqu¨ª viene el nombre que ahora tiene la casa y porque usamos angelitos para orientar al visitante sobre qu¨¦ puertas tiene que ir cruzando¡±. Ahora las buhardillas son la zona dedicada a Francina y se acaba con un homenaje a la bruja que no lo era. Una inscripci¨®n habla de una mujer valiente, v¨ªctima de la injusticia y de un pueblo atemorizado que la delat¨® con falsedades. ¡°Es un escrito que hemos hecho nosotros y debajo he puesto una piedra, con dos cruces, que fui a buscar al lugar donde la ejecutaron¡±. En otro lugar hay un busto de Francina, obra de la escultora T¨¤nia Font, encargado por Lari con el mismo prop¨®sito de reivindicar su memoria. Sobre toda la figura hay dibujadas las hierbas que usaba para los remedios.
Cada aposento tiene su clima musical. En la habitaci¨®n dedicada a Pau Casals se escucha El cant dels ocells y d¨®nde hay una reuni¨®n fantasmal de vecinos contra la bruja se oye el griter¨ªo infamante del pueblo. En un rinc¨®n se contempla una jaula que hace pensar en el carro que transportaba los condenados hacia el cadalso. Pero no es esto. ¡°Es una jaula que usaba en mis espect¨¢culos y ahora adquiere otro sentido. Las cosas me encajan sin querer¡±.
La Casa dels ?ngels est¨¢ abierta al p¨²blico, que lo explora organizado en peque?os grupos. Lari insiste en que no es ning¨²n escape room. Todas las salidas est¨¢n claramente indicadas. ¡°Lo que proponemos es una experiencia¡±. Una experiencia nada reverencial, m¨¢s bien juguetona, porque a los visitantes se les pide localizar una serie de objetos que hay en las habitaciones. Una gu¨ªa da, de vez en cuando, unas explicaciones b¨¢sicas. La visita tambi¨¦n incluye un breve espect¨¢culo de magia en un peque?o teatro que recuerda la sala Llantiol de Barcelona donde debut¨® Lari. Y se acaba contemplando la lujosa memorabilia que Lari ha ido adquiriendo de su ¨ªdolo Michael Jackson: calcetines, guantes Swarovski, una guitarra firmada, agendas, pijamas, talonarios de banco, dibujos... Tambi¨¦n hay un restaurante abierto a todo el mundo.
En la casa hay un Pantocr¨¢tor pintado por Lari donde la divinidad es... Michael Jackson. Las dependencias que no se visitan son el taller donde Lari trabaja construyendo enseres de magia o elementos de decoraci¨®n, el piso donde vive y el lugar donde pinta. Su obra principalmente consiste en insertar ir¨®nicamente michael jacksons dentro de los m¨¢s conocidos iconos rom¨¢nicos. En Montmel¨®, el a?o pasado, mostr¨® una parte de estos trabajos. Por ejemplo, una ?ltima Cena can¨ªbal donde el cantante (Jesucristo) y los ap¨®stoles zombis se han comido a Judas, de quien, pobrecito, apenas quedan pies y manos sobre la mesa. ¡°La pintura me apasiona¡±, comenta Lari, que habla con id¨¦ntico entusiasmo de la apretada agenda de bolos que tiene por toda Catalu?a o de su responsabilidad como director esc¨¦nico del espect¨¢culo del Mago Pop, a quien acompa?ar¨¢ a los Estados Unidos. Cuando hace cosas que le gustan, pone todo el empuje. Para crear magia, para pintar iconos de una divertida malicia... o para inventarse una casa. Y todo tiene el aroma de un mundo muy particular.
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