Los Casuals controlaban cultivos de marihuana y hab¨ªan invertido en clubes cann¨¢bicos
Las conversaciones en el interior del coche de ¡®Paco el Gordo¡¯, uno de los 25 detenidos, cimientan la investigaci¨®n contra los ¡®ultras¡¯ m¨¢s violentos del Bar?a
Los grupos criminales se han subido en los ¨²ltimos a?os, con entusiasmo, al carro de la marihuana. Los Casuals, uno de los m¨¢s activos y peligrosos, no iban a ser menos. La investigaci¨®n abierta por los Mossos d¡¯Esquadra, que el viernes descabezaron por segunda vez en una d¨¦cada a los ultras m¨¢s violentos del FC Barcelona, ha acreditado que controlaban directamente grandes cultivos de marihuana y, tambi¨¦n, que cobraban por la gesti¨®n y explotaci¨®n de otros, seg¨²n han explicado a EL PA?S fuentes de la investigaci¨®n. Los Casuals hab¨ªan invertido tambi¨¦n parte de su capital il¨ªcito en clubes cann¨¢bicos, asociaciones que est¨¢n en el limbo legal, que han proliferado en ciudades como Barcelona y que sirven, en muchas ocasiones, de tapadera para el tr¨¢fico de drogas. En los registros del viernes en domicilios, los agentes hallaron dos plantaciones de marihuana de 300 plantas cada una.
A la espera de saber si su l¨ªder, el veterano Ricardo Mateo, se entrega a la polic¨ªa o sigue en paradero desconocido, los 25 detenidos el viernes en un despliegue de m¨¢xima seguridad han declarado este s¨¢bado en comisar¨ªa. O mejor dicho, en comisar¨ªas, porque los agentes les han dispersado en distintos centros del ¨¢rea metropolitana. Est¨¢ previsto que este domingo pasen a disposici¨®n judicial. El auto de entrada y registro dictado por el titular del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 12 de Barcelona enumera brevemente los hechos y delitos que se les atribuye: secuestro, extorsi¨®n, des¨®rdenes p¨²blicos, lesiones, introducci¨®n de droga en centro penitenciario, tenencia de armas de fuego, organizaci¨®n criminal, encubrimiento de homicidio y tr¨¢fico de drogas.
Hace 10 a?os, Mateo y algunos de los Casuals fueron condenados por hechos muy similares, incluidos el narcotr¨¢fico y las extorsiones a empresarios del ocio nocturno. La investigaci¨®n acredita que, presuntamente, nunca abandonaron esas actividades pese al encarcelamiento de su carism¨¢tico e indiscutible l¨ªder. En sus atestados, los Mossos indican que la salida de prisi¨®n de Mateo, hace m¨¢s de dos a?os, dio a los ultras un nuevo impulso. Los Casuals se han hecho en este tiempo m¨¢s fuertes, han peleado por la hegemon¨ªa con otros grupos y han extendido su ¨¢rea de influencia territorial, lo que incluye desplazamientos por otras ciudades espa?olas para el control del tr¨¢fico de marihuana.
Las t¨¦cnicas tradicionales de investigaci¨®n (intervenciones telef¨®nicas, seguimientos) han ayudado en la investigaci¨®n. Pero lo que ha permitido cimentar la Operaci¨®n Hidra es un peque?o dispositivo de escucha que, con autorizaci¨®n judicial, los agentes instalaron en el veh¨ªculo de Francisco P¨¦rez, alias Paco el Gordo, de 44 a?os. Aunque no forma parte de la c¨²spide de los Casuals, es uno de sus cabecillas en la zona del Vall¨¨s y, sobre todo, el que habla con m¨¢s soltura de los asuntos turbios del grupo. La locuacidad de Paco el Gordo es conocida. Es el autor de un mensaje de audio que se hizo viral: amenaz¨® a un seguidor del Espanyol que hab¨ªa saltado al campo durante el derbi en el que el Bar?a se proclam¨® campe¨®n de liga con graves consecuencias si no se borraba del brazo un tatuaje de ¡°ultra¡±.
Las conversaciones tambi¨¦n arrojan luz, seg¨²n las mismas fuentes, sobre dos homicidios en los que los Casuals pudieron tener alg¨²n tipo de participaci¨®n. El primero de los cr¨ªmenes ocurri¨® el pasado 9 de marzo en el barrio de Gr¨¤cia de Barcelona. Los Mossos dieron el alto a una furgoneta y, al registrarla, hallaron el cad¨¢ver de un hombre en el maletero. Se trat¨® de un ajuste de cuentas por drogas entre clanes vinculados a la organizaci¨®n ultra. Dos hombres est¨¢n en prisi¨®n provisional por esos hechos, que indaga otro juzgado. La investigaci¨®n contra los Casuals trata de aclarar si algunos de sus miembros pudieron inducir o encubrir el crimen. En el segundo homicidio, las pesquisas se centran en saber tambi¨¦n si el grupo tuvo alguna intervenci¨®n en la ejecuci¨®n, en Badia del Vall¨¨s, del hermano del hermano de El Sardina, un conocido narcotraficante.
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